La masiva afluencia este fin de semana a las estaciones de esquí del Pirineo se ha notado en las carreteras, sobre todo a la hora del regreso. Muchos conductores han tenido que armarse de paciencia al volante para poder salir de los centros invernales, cuyos aparcamientos se han llenado, y después para viajar hasta sus destinos. Se han producido retenciones con circulación lenta tanto en la A-136, la ruta que comunica Formigal con Biescas, como en la autovía A-23, a la altura de Sabiñánigo.  

Algunas estaciones de esquí ya avisaron el sábado de que sus párquines estaban completos, como por ejemplo Formigal, que advertía de que no había plazas en Sextas, Anayet y Portalet. A las cinco de la tarde, cuando se ha producido este domingo la masiva salida de esquiadores, algunos han tardado hasta una hora en llegar a la carretera. 

La congestión de tráfico se ha ido trasladando hasta la autovía A-23. Pasado Sabiñánigo, cuando la vía rápida desemboca en la carretera convencional, la N-330, de nuevo se ha generado un embudo que ha atrapado a cientos de conductores. Según la Dirección General de Tráfico, los vehículos no estaban parados, aunque sí tenían que circular muy lentamente en caravana. "Vamos a 10 kilómetros por hora", comentaba uno de los muchos afectados que se dirigía hacia Zaragoza.

La sucesión de tramos de autovía y carretera convencional provoca habitualmente problemas circulatorios en la A-23 y la N-330, sobre todo durante la temporada invernal, coincidiendo con la presencia de miles de vehículos con origen o destino en las estaciones de esquí.