Retratos de Huesca bajo las bombas
La Fototeca de la Diputación guarda el fondo de Vicente Plana Mur, quien captó desde la primera línea del frente la destrucción de la Guerra Civil. Mamó la fotografía del gran Ricardo Compairé, a quien acompañó siendo un chaval en sus rutas por el Pirineo.
Vicente Plana Mur (Huesca 1910-1997) mamó la fotografía con uno de los grandes. Siendo un mozalbete, acompañó a Ricardo Compairé en sus expediciones por el Pirineo. A lomos de un burro, le porteaba el trípode de camino a la alta montaña, donde su mentor inmortalizaría a los pastores ansotanos y a los contrabandistas. Había empezado como aprendiz en la farmacia de la familia Compairé a la que luego se incorporó una tienda de fotos y donde aprendió las técnicas del revelado.
Con el paso de los años, Plana desarrolló su propia carrera como fotógrafo y parte de su obra ingresó en la Fototeca de la Diputación de Huesca, donde está también el fondo de su maestro, tras un acuerdo con la familia. Son 618 obras (344 negativos y 274 positivos), buena parte de las cuales reflejan su labor como fotorreportero de guerra durante el asedio a Huesca entre 1936 y 1939. También hay imágenes de su etapa al frente de un negocio de fotografía profesional en el Coso Bajo. Tomadas entre 1930 y 1970, han sido donadas por su hijo, Vicente Plana Gella, para garantizar su conservación, difusión y acceso al público.
Entre las imágenes más espectaculares se pueden ver el Teatro Olimpia bombardeado, los sacos terreros protegiendo los Porches de Galicia o los soldados en las trincheras de pueblos como Lupiñén. Vicente Plana hijo recuerda especialmente la que tomó subido a la torre de la catedral de Huesca mientras la ciudad era bombardeada. Imágenes que sirvieron en la prensa de la época para relatar la contienda. También una parada del Frente de Juventudes en la plaza de Navarra, frente al Casino, a inicios de los años 40, ya en la postguerra. O imágenes del entierro de un fallecido en la contienda en el antiguo cementerio de las Mártires.
"Empezó de aprendiz a los 11 años en la farmacia de Compairé, que era también droguería y perfumería", recuerda su hijo. Allí aprendió a preparar medicamentos y a revelar fotografías. En verano se iba a Ansó para ejercer de ‘cadi’ de Compairé, siendo testigo de algunos de los retratos captados por este en esos valles, que luego serían expuestos en Barcelona con motivo de la Exposición Internacional de 1929.
Cuando llegó la guerra y Vicente Plana fue reclutado a filas en el antiguo cuartel de Artillería de Huesca, se enteró de que buscaban a alguien con conocimientos de farmacia. Él no tenía título, pero sí experiencia y acabó en la botica militar de Zaragoza. Sus conocimientos de fotografía también le permitieron, por encargo del bando nacional, acercarse hasta el frente de Huesca, donde retrató los efectos de la destrucción de las bombas durante la Guerra Civil.
El fondo de la Fototeca también se compone de retratos en exteriores, excursiones y festividades locales, ritos y costumbres tradicionales. A ella pertenecen las de un grupo de caballeros de la cofradía de San Lorenzo durante la procesión del 10 de agosto de 1933, otras de los Danzantes bailando en la puerta de la iglesia en los años 50, o del equipo de fútbol de la U.D. Huesca en la década de los 40 en el campo de San Jorge. Y es que una vez acabada la guerra, Plana Mur abrió una tienda de fotos en el Coso de Huesca, un negocio que heredó su hijo hasta su jubilación en 2017.
Este había recibido encargos de la Fototeca. "Revelé 40.000 fotos de un autor que se encontraron tiradas en una buhardilla, entre plumas y excrementos de palomas. Viendo aquello pensé que lo mejor es que las de mi padre se guardaran en un lugar donde pudieran conservarlas adecuadamente", comenta justificando el legado a la Diputación.
La diputada del área de Cultura, Maribel de Pablo, se refiere al fondo como "parte de la historia del territorio, tomando como ejemplo la Guerra Civil en la ciudad de Huesca o la celebración de costumbres como los Danzantes de las fiestas de San Lorenzo. Su preservación asegura que estos documentos históricos lleguen a las futuras generaciones".
El también fotógrafo y escrito Fernando Biarge escribó sobre él en HERALDO DE ARAGÓN relatando algunas anécdotas, como la dificultad para la adquisición de material fotográfico con la que se encontró en las décadas de los años 40 o 50. "Trataba comercialmente siempre con Barcelona, a la que le costaba desplazarse entre 7 y 9 horas. Pero él decía que nunca había tenido problemas porque las hogazas de pan blanco que utilizaba para pagar le abrían todas las puertas".
En su opinión, su producción más importante corresponde al trabajo realizado como corresponsal de guerra durante el asedio de Huesca y años posteriores. La lástima, explicó, es la pérdida de parte de su colección. "Un valioso conjunto de clichés, hasta las 1.500 imágenes, conservado en tres grandes cajas de cartón, desaparecido en 1952 debido a las vicisitudes y azares del tiempo y los traslados".
300.000 documentos
La colección forma parte de la Fototeca Provincial desde hace años pero ha sido en este 2022 cuando se ha formalizado oficialmente el ingreso mediante una cesión gratuita y en exclusividad. El servicio gestiona y preserva más de 300.000 documentos gráficos y audiovisuales de diversas procedencias, fondos y colecciones particulares, de entidades públicas y privadas o producidos por la propia Diputación.
Solo de Ricardo Compairé guarda 4.400 fotografías en varios soportes: vidrio, plástico y papel. La mayor parte datada en las décadas de 1920 y 1930, en las que retrató la vida cotidiana, labores y oficios artesanales, tradiciones y costumbres, arquitectura, paisaje y las gentes de la provincia de Huesca, especialmente de los valles de Hecho y Ansó.
