El canto del Tota Pulchra volverá a sonar este miércoles en la catedral de Huesca

La ceremonia comenzará a las 19.00 y estará presidida por el obispo, Julián Ruiz, con la asistencia del Cabildo catedralicio, la corporación municipal y el claustro de profesores del instituto Ramón y Cajal.

Imagen de la celebración del Tota Pulchra en la catedral de Huesca.
Imagen de la celebración del Tota Pulchra en la catedral de Huesca.
Rafael Gobantes

El canto del Tota Pulchra volverá a sonar en la catedral de Huesca este miércoles, 7 de diciembre, a las 19.00. La ceremonia será presidida por el obispo, Julián Ruiz, con asistencia del Cabildo catedralicio, la Corporación municipal y el claustro de profesores del instituto Ramón y Cajal, heredero de la antigua Universidad Sertoriana de Huesca. Contará con el coro de la capilla de música de la santa iglesia catedral de Huesca y una orquesta de músicos oscenses unidos para este acontecimiento. Les dirigirá José Vicente Pardo Bellido, profesor de orquesta y coro del conservatorio de Huesca.

Los oscenses celebran el oficio de vigilia de la Inmaculada Concepción de María todos los 7 de diciembre desde el voto realizado por las instituciones de la época en 1450 a causa de una epidemia de peste que asoló la ciudad. Un coro y una orquesta interpretan algunos himnos litúrgicos, entre ellos el ‘Tota Pulchra es, Maria’.

Comenzará con la recepción del concejo y los herederos de la Universidad Sertoriana en la puerta de la catedral. Tras ello, habrá una procesión claustral con el canto del ‘Ave Maris Stella’, para seguir con la oración, el salmo, el aleluya y el evangelio. Tras las palabras del obispo y las preces se cantará el Tota Pulchra. Posteriormente se entontará la Salve de Hilarión Eslava a cuatro voces y orquesta y, por último, llegará a procesión claustral del regreso a la sacristía.

La celebración del Tota Pulchra forma parte de la liturgia oscense desde el siglo XV, lo que se refleja en el manuscrito catedralicio Consueta Oscensis. En aquella época el oficio de celebración del voto a la Inmaculada Concepción tenía lugar en el antiguo convento franciscano que se situaba en la actual plaza de Navarra y la liturgia que se seguía en oficio era la misma que se seguía en la celebración de la Natividad de Jesucristo.

Se conserva el testimonio documental del voto realizado por las instituciones oscenses a la Inmaculada Concepción. Este voto de la ciudad y sus instituciones se ha mantenido y renovado a lo largo de los siglos hasta nuestros días.

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