Poesías y lágrimas en el homenaje a Sol Acín, que ya da nombre a la Escuela de Idiomas de Huesca
Su hijo, Sergio Lindemann, ha agradecido "emociónado" este reconocimiento a su madre y ha destacado de ella su "carisma" y las dos intolerancias que tenía "a la muerte y la injusticia".
"Emocionado". Así ha reconocido sentirse Sergio Lindemann al asistir este viernes al homenaje que ha rendido la Escuela Oficial de Idiomas de Huesca a su madre, Sol Acín Monrás (1925-1998), hija de Ramón Acín y Conchita Monrás, fusilados por los sublevados durante los primeros días de la Guerra Civil por su compromiso con las ideas anarquistas. Y es que el centro oscense ya lleva el nombre de esta poeta, profesora y traductora.
De hecho, Sergio Lindemann no ha podido evitar que se le escapara más de una lágrima al recordar su figura en un acto al que han acudido también dos hijas de su tía Katia Acín, Katy y Ana, la directora provincial de Educación, Amparo Roig, la diputada provincial de Cultura, Maribel de Pablo, el concejal de Cultura, Ramón Lasaosa, personal docente y administrativo del centro con su director José Luis Nadal a la cabeza, además de varios alumnos y exalumnos.
"Mi madre tenía un carisma enorme que empezaba por la mirada y en mí influyó mucho porque era muy analítica y emocional pero sin doctrinalismos ni fanatismos, de ahí que yo tenga una visión de la política y del mundo muy tolerante", ha explicado Sergio Lindemann, quien ha asegurado que la homenajeada "tenía dos intolerancias, la muerte y la injusticia". También ha alabado la "precisión" con la que manejaba el lenguaje y ha desvelado el gran defecto que tenía: "Era más despistada que un pulpo en un garaje. Solo conozco a una persona que sea aún más y ese soy yo".
Una de sus primas, Katy, ha querido leer un poema que le escribió su marido Joaquín Coll. Pero también se han escuchado otras poesías en voz de una alumna y otra exalumna del centro, de una administrativa en representación del personal no docente y de Pilar Domínguez, coordinadora de Igualdad de la escuela, como portavoz del profesorado. Por último, tres alumnas del Conservatorio de Música han interpretado la canción 'The lost words blessing'.
Como ha explicado el director de la escuela, José Luis Nadal, la idea surgió al aprobar el plan de Igualdad ya que entonces decidieron poner al centro el nombre de una mujer. Y a raíz de la exposición sobre la familia de Ramón Acín que se celebró en Huesca, se propuso a Sol Acín ya que "encajaba muy bien en el perfil porque era oscense, había sido profesora de Francés y traductora, hablaba también alemán y, además, había sido poetisa".
Además del homenaje de este lunes, el centro ha organizado desde principio de curso actividades sobre textos de Sol Acín Monrás en todos los cursos de inglés, francés, alemán e italiano, un concurso de marcapáginas, una charla sobre la infancia de la docente impartida por el autor y ensayista Víctor Juan y una exposición fotográfica que se puede ver en la cafetería.
Sol Acín Monrás nació en Huesca el 23 de julio de 1925. Tras el asesinato de sus padres, fue acogida junto a su hermana mayor, Katia, por sus tíos y se trasladaron a Jaca hasta el final de la guerra. Tras regresar a Huesca, ambas cursaron el bachillerato en el Instituto Ramón y Cajal. Después, Sol se fue a Madrid a estudiar Filosofía y Letras, donde se inició en la poesía. En 1952 se licenció en Lenguas románicas. Residió en París y en Munich, donde se casó y tuvo dos hijos. En 1968 volvió a España, donde ejerció como profesora de francés en un Instituto de San Sebastián y después en el Instituto Ramón y Cajal de Huesca. En 1972 pasó a ser profesora titular de esa misma materia en la Universidad Laboral de Zaragoza, donde se jubiló a principios de los 90. Tradujo varios libros y en 1979 publicó su único poemario, 'En ese cielo oscuro', donde recopiló obras escritas desde sus años universitarios hasta final de la década de los 70.
