El cañón de Añisclo seguirá cerrado por el peligro de nuevos desprendimientos

Las máquinas no entrarán a reparar el socavón provocado por la caída de piedras hasta que se considere que no existe riesgo para los trabajadores.

Socavón provocado por el desprendimiento en la carretera del cañón de Añisclo.
Socavón provocado por el desprendimiento en la carretera del cañón de Añisclo.
Heraldo

Casi un mes después de que un desprendimiento causara un gran socavón en la carretera del cañón de Añisclo, esta sigue cerrada al tráfico, ya que el peligro de nuevas avalanchas de piedras desaconsejan incluso la entrada de trabajadores para reparar los daños. Y dado que es una vía sin mantenimiento invernal, todo apunta a que se mantendrá cerrada varios meses.

Técnicos de la Dirección General de Carreteras han realizado vuelos con drones sobre la HU-631, en Fanlo, para comprobar su estado, y han visto que siguen produciéndose desprendimientos. "No entrarán con las máquinas hasta que consideren que no hay riesgo para los trabajadores", indicaron desde el departamento de Vertebración del Territorio del Gobierno de Aragón.

El alcalde de Fanlo reconoce que la situación de la carretera "asusta". "Es importante que se abra cuanto antes, pero el riesgo persiste porque cuando cae una roca 300 o 400 metros se mueve todo. Quedaron piedras colgando", detalla Horacio Palacio. Es difícil que se pueda reparar para reabrirla próximamente porque carece de mantenimiento invernal. "La quitanieves no pasa, hay que emplear una máquina especial", explica. 

Los vecinos disponen de un desvío alternativo por el valle de Vió, a través de la carretera que discurre entre Puyarruego, Buerba y Escalona, que ya se utiliza en verano cuando el cañón de Añisclo se convierte en un paso de un solo sentido para evitar aglomeraciones.

Hay un proyecto para mejorar la movilidad en esta entrada del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido con una rotonda y un parquin que evite, dice el alcalde, "ver 300 o 400 coches aparcados donde pueden junto a la carretera", algo muy peligroso en caso de incendio. Se trata del tercer sector más visitado del espacio protegido, con 140.000 personas en el 2021.

La HU-631 es una carretera de alta montaña donde frecuentemente se producen desprendimientos. Ya estuvo cerrada durante dos años, entre 2017 y 2018, debido al peligro de derrumbe de un túnel, donde hubo que hacer obras de reparación por valor de 2 millones de euros.

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