Se cumplen 40 años de la riada de Fraga: "Íbamos con barca a las huertas para evacuar a la gente"

La ciudad afronta el aniversario con el reto de reducir el riesgo de inundación y crear nuevos espacios en torno al río.

Imágenes de la riada de 1982 en Fraga.
Imágenes de la riada de 1982 en Fraga.
Foto Enric

El Papa acababa de decir adiós a Zaragoza con el ruido de los tambores del Bajo Aragón. Horas después de que Juan Pablo II diera por concluida la histórica visita al Pilar, en la madrugada del 8 de noviembre de 1982, otro ruido, el de las aguas del Cinca, anticipaba las graves inundaciones que anegaron la ciudad de Fraga y dejaron aisladas a numerosas localidades del Pirineo. No hubo que lamentar víctimas, a diferencia de lo ocurrido en otras partes del país. En Cataluña y en el Principado de Andorra, que estos días también conmemora aquel episodio, murieron 13 personas. 

La riada de 1982 volvió a recordar la fuerza del Cinca, que a su paso por Fraga alcanzó los 6 metros de altura en el cauce y cubrió la parte nueva de la ciudad, más baja. Al cumplirse hoy 40 años de aquel episodio, la capital del Bajo Cinca sigue mirando de reojo al río pero intentando integrarlo en su desarrollo urbanístico. Este año se ha aprobado el plan de inundabilidad y hay un proyecto financiado con 3 millones de euros por Europa, 'Cinca Revive', que busca por mejorar la seguridad y al mismo tiempo congraciarse con el río para convertirlo en un aliado.

Los embalses de Mediano y El Grado redujeron la crecida pero no evitaron que el río se desbordara. La estampa era de calles cubiertas de agua, cuantiosos daños al comercio, así como a la agricultura y la ganadería. En algunas granjas se ahogaron los animales, y hubo que evacuar a las familias residentes en núcleos aislados y huertas. Y no solo en Fraga, también en Ballobar, Albalate, Belver o Alcolea de Cinca.

Fue un episodio generalizado. El Cinca se desbordó ya en la cabecera. Las localidades del valle de Chistau se quedaron incomunicadas, sin acceso por carretera, sin luz y sin teléfono. También afectó a la cuenca del Ésera. Hubo que evacuar en helicóptero a 40 personas en Benasque, que 30 años después sufriría otra riada.

Ramón Mesalles estaba entonces al frente de las brigadas y los servicios municipales de Fraga. "Toda la noche la pasamos vigilando. Se preveía que iba a bajar la riada pero que se controlaría en El Grado y Mediano, y de repente por la mañana empezó a subir el agua y a entrar en Fraga. Resulta que nadie contaba con el Alcanadre, que no estaba regulado y que también se desbordó e hizo aumentar más el caudal del Cinca. Nos avisaron de Ballobar", explica.

No se había producido una riada similar desde los años 40. "Fue un auténtico caos. La suerte estuvo en que el agua entró a través de las huertas, muy laminada, aunque sí se llevó por delante algún coche e inundó comercios, viviendas, hoteles, colegios, el instituto, se cortó la luz...", recuerda el trabajador municipal. Afectó a más de la mitad de la zona nueva, no al casco viejo, a mayor altitud. La central de Telefónica estaba cubierta por 1,60 metros de agua y se interrumpió el servicio, pero la compañía aportó un teléfono único para dirigir el operativo de emergencia.

Bomberos de toda la provincia de Huesca y también de Zaragoza acudieron a ayudar. "Evacuamos a gente mayor, a los vecinos del Grupo 28 de Marzo, a los que tenían sus residencia en las huertas. Íbamos con barcas, e incluso alguien nos prestó una retroexcavadora y con la pala levantada hacíamos viajes con afectados. En la avenida de Madrid el agua alcanzó un metro", cuenta. El entonces responsable de las brigadas reconoce que apenas había medios para afrontar una inundación así. "Ahora los bomberos tienen lanchas, camiones mejor preparados, mejores bombas, grupos electrógenos...". La limpieza duró semanas, concluye. 

El alcalde de Fraga, Santiago Burgos, tenía solo 14 años en 1982. Cuando aquella mañana fue a coger el autobús para viajar a Lérida, donde estudiaba, el nivel del río casi llegaba a la acera del puente que conecta el casco viejo con la parte nueva. "Daba miedo, pánico, pasar por aquel puente de la cantidad de agua que había". Cuando regresó, el autobús ya no pudo cruzar. Desde entonces, aunque ha habido otras crecidas, ninguna ha puesto en riesgo a la población como la de 1982.  

El plan de inundabilidad

Fraga cuenta desde hace unos meses con un plan de inundabilidad que prevé puntos de encuentro y vías de escape para la población en caso de una crecida del río o los sistemas para alertar a los ciudadanos y a los servicios de emergencia. También se han hecho limpiezas en el cauce bajo supervisión de la CHE. Pero sobre todo el alcalde destaca el proyecto 'Cinca revive', entre cuyas acciones está el recrecimiento de las motas desde Velilla de Cinca, donde se desbordó el río hace 40 años, hasta Fraga, para evitar que se repita. "Hay que devolverle al río el terreno que le pertenecía para que ese cauce tenga la amplitud suficiente para absorber la avenida del agua", dice Burgos. Reconoce que el desarrollo urbanístico se ha visto condicionado, "porque un porcentaje muy alto del barrio de las Afueras está dentro de la mancha de agua", lo que lleva por ejemplo a prohibir hacer sótanos en algunas partes de la ciudad. 

Por eso, el proyecto 'Cinca revive', aunque pretende mejorar la seguridad frente al riesgo de inundaciones, de manera que en el núcleo urbano se eliminen las afecciones para el periodo de retorno de 100 años y se reduzcan los riesgos en el periodo de 500 años; también va dirigido a dotar las condiciones urbanísticas y constructivas para que la ciudad pueda seguir creciendo. Dejará de ser inundable la zona del Sotet y se permitirán usos socio-culturales como el recinto peñero, creando nuevos espacios naturales (rutas, senderos, humedales...) con nuevas posibilidades turísticas, de ocio y medioambientales.

Críticas del PSOE

Sin embargo, la oposición política en el Ayuntamiento, aprovechando el aniversario, ha recordado que hay cuestiones todavía pendientes. El grupo municipal socialista exige al gobierno municipal que acometa "sin dilación ni excusas" actuaciones encaminadas a proteger el núcleo urbano ante posibles avenidas del río. Según recuerda su portavoz, Ángel Sorolla, fue "un episodio que, afortunadamente, no causó daños personales pero si cuantiosos daños materiales y que paralizó durante 15 días la ciudad mientras se realizaba tareas de limpieza y recuperación de servicios".

En estas cuatro décadas, señala el portavoz socialista, se han llevado a cabo diversas actuaciones orientadas a reducir el riesgo de inundabilidad, "y alguna se ha quedado en el tintero", de lo que culpa a la "inacción" del Ayuntamiento. El PSOE se refiere al retranqueo de la mota en el denominado pk-6 propuesta por Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), punto por el que se desbordó el río. 

Para los socialistas, el proyecto 'Cinca Revive' es “una ocasión magnifica para reducir las afecciones por inundaciones en todo el núcleo urbano y permitirá salvar las limitaciones del decreto de Rajoy de zonas inundables que ha hipotecado el desarrollo de la ciudad". El alcalde, por su parte, niega la inacción, dice que el decreto venía ordenado por Europa y aclara que precisamente la inversión en el Cinca permitirá intervenir en las motas.  

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