El aeropuerto de Huesca continúa sin despegar tras el último tropiezo con la escuela de pilotos

El aeropuerto Huesca Pirineos lleva dos años sin apenas actividad más allá de vuelos particulares, de aeroclubs o del helicóptero de rescate de la Guardia Civil y acaba de sufrir un nuevo tropiezo en esa aspiración.

En los últimos meses se había generado una nueva expectativa para abrir una nueva escuela de pilotos que cogiera el relevo de Top Fly, que operó entre 2006 y 2011, y de Airways Aviation, que retomó esta actividad formativa entre 2015 y cerró en 2020 por el duro golpe económico que le supuso la cancelación por impagos del contrato con el Gobierno libio para formar a pilotos de ese país.

Barbatus Aeronautics lanzó un proyecto para crear una escuela como primer paso para un gran campus aeronáutico. Pero el Gobierno de Aragón le ha denegado el aval de 500.000 euros al considerar que era "inviable", lo que ha vuelto a dejar sin perspectivas a esta infraestructura que costó más de 58 millones de euros.

El futuro no parece nada halagüeño ya que, tal y como confirman desde Aena, "en estos momentos, no hay previsto que opere ninguna compañía o empresa en el aeropuerto". Además, tampoco se atreven a dar a más pronósticos a corto y medio plazo "porque se hace complicado prever cómo va a evolucionar la situación para los próximos meses", señalan las mismas fuentes.

El vicepresidente del Gobierno de Aragón y consejero de Industria, Arturo Aliaga, justificó la semana pasada a preguntas del PP el rechazo al aval solicitado por Barbatus Aeronautics afirmando que la empresa no cumplía los requisitos al no haber encontrado "el punto de equilibrio financiero para ser viable".

Fuentes de la consejería explican que el estudio de viabilidad que hizo el IAF sobre el proyecto cifraba en 2,5 millones la inversión mínima necesaria para poner en marcha la escuela y que sus promotores solo aportaban los 3.000 euros del capital social, lo que impedía conceder el aval. Y ahondan en que tampoco se les podía conceder una ayuda directa que no fuera por concurrencia competitiva "porque se trata de dinero público y hay unos límites muy garantistas".

Pedro Ortiz, antiguo jefe de enseñanza de Airways Aviation, y Marcos Vila, también instructor en la empresa, impulsan ahora Barbatus Aeronautics y admiten que la decisión de Industria ha sido un "palo duro", ya que tras tener contactos con todas las instituciones a nivel local, provincial y autonómico "se nos dio a entender que nos iban a ayudar de una y otra forma pero en la última reunión nos dijeron, para nuestra sorpresa, que no iban a poder hacer nada porque había que capitalizar más la sociedad".

«Es absolutamente viable»

Sobre las justificaciones de la DGA, replican que el proyecto es "absolutamente viable", ya que, según su plan económico, a partir del tercer año prevén superar los cuatro millones de facturación con un aumento gradual de alumnos hasta llegar al centenar por curso a partir del sexto o séptimo año. Además, destaca que han rebajado la inversión mínima inicial de 2,5 millones a 500.000 euros al descartar la compra de aviones y optar por el alquiler.

Admiten que con menos dinero también se podría crear una escuela, "pero queremos que sea un centro de formación de referencia a nivel mundial en la formación de profesionales de la aviación". Y es que insisten en que su proyecto es muy ambicioso, ya que prevé crear un campus donde se puedan profesionalizar los trabajos y dotarlos de titulación universitaria, además de generar un tejido aeronáutico.

Pese al varapalo, los dos socios de Barbatus Aeronautics van a buscar ahora inversores privados que quieran aportar 1,5 millones de euros ya que, además de las instalaciones de la propia escuela, necesitarían construir una residencia para los alumnos, entre otros servicios. Su objetivo ahora es abrir la escuela en 2023 ya que una vez obtenida la financiación, podrían poner en marcha el curso en solo dos o tres meses, "porque tenemos ya todo el trabajo previo hecho", aseguran.

Ayuntamiento y Diputación, a la espera

En cuanto al futuro del aeropuerto, el equipo de gobierno del PSOE en el Ayuntamiento dice estar abierto a cualquier iniciativa, ya sea comercial o formativa para potenciar la actividad en esta infraestructura. Y subrayan su apuesta por trabajar de forma conjunta con otras instituciones para lograrlo "porque la repercusión económica que tendría para la ciudad sería muy importante".

Mientras, el presidente de la Diputación de Huesca, Miguel Gracia, coincide en que habría que buscar una "solución" para que una infraestructura de estas dimensiones tuviera una "utilidad, ya fuera como servicio público de transporte y movilidad o con alguna actividad que generara economía alrededor de Huesca. "En lo que podamos ser útiles, como en cualquier otro proyecto importante de la provincia, allí estaremos para apoyar", subraya.

Estadísticas demoledoras

Las estadísticas a veces resultan algo engañosas, pero en otras son demoledoras y en el caso del aeropuerto Huesca Pirineos ocurre lo segundo. Y es que en los nueve primeros meses del año, solo han pasado por su terminal 298 pasajeros, un 70% menos que en el mismo período de 2021.

Una cifra que queda muy lejos de la previsible demanda marcada en la última revisión del plan director publicada a principios de 2021 por el Ministerio de Transportes. En ella, se llega a concluir que el caso "más probable de desarrollo" del aeropuerto oscense a largo plazo es que se puedan alcanzar las 9.840 operaciones anuales (240 comerciales y 9.600 de otras clases de tráfico) con un total de 9.930 pasajeros.

Y es que aunque reconoce que desde el cese de las actividades de Pyrenair en 2011 y de los vuelos chárter de Air Europa hasta 2012, ninguna otra compañía ha operado en el aeropuerto, el plan apunta que "sí se espera que las rutas comerciales de temporada invernal puedan restablecerse a medio plazo". También considera "factible" ofertar vuelos chárter en verano a destino de la costa "a medio o largo plazo" y se plantea la posibilidad de conseguir alguna conexión regular con Madrid-Barajas, por ejemplo.

Para absorber este crecimiento de tráfico, proponía varias actuaciones como reconfigurar la plataforma de aviación comercial, adecuar el edificio multiservicio como hangar para el helicóptero de la Guardia Civil o adquirir de camiones de bomberos aptos para operaciones de Airbus 320.

El récord, 6.207 en 2009

Cabe recordar que el primer vuelo comercial despegó el 14 de abril de 2007 con destino a La Coruña. Aquel primer año hubo 1.386 pasajeros, una cifra que fue creciendo hasta llegar a su máximo en 2009 con 6.207, sobre todo esquiadores que iban al Pirineo, a bordo de 147 aeronaves.

Entonces comenzó un descenso paulatino que se hizo ya brusco a partir de 2013 al desaparecer el tráfico comercial a destinos como La Coruña, Madrid, Londres, Palma o Santiago. Desde entonces, las cifras de viajeros han sido mínimas (162 en 2013, 13 en 2014, 159 en 2015, 31 en 2016 y 99 en 2017). A partir de 2018 hubo otro repunte con los equipos de fútbol de Primera y Segunda, entre ellos la SD Huesca, pero en 2022 ha llegado una nueva caída. Las escuelas de vuelo también dispararon las operaciones, especialmente en 2008 y 2009 (19.284 y 21.267, respectivamente).

En esa última revisión del plan director, que actualizaba la anterior que databa de 2002, el Ministerio reconocía que "para la provincia de Huesca, es uno de sus principales atractivos, por lo que representa el aeropuerto y el transporte aéreo como elemento de conexión con el resto de puntos de España como por las diversas actividades relacionadas con la aviación general y deportiva que se llevan a cabo en él".

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