Las cumbres más altas del Pirineo se libran del amianto

El Instituto Geográfico Nacional cambia los vértices geodésicos del Aneto, Posets, Monte Perdido y Vignemale por su grave deterioro. Uno de los puntos ya ha sido víctima del vandalismo en el primer mes.

Mediciones con una antena colocada sobre el nuevo vértice del Aneto.
Mediciones con una antena colocada sobre el nuevo vértice del Aneto.
Francisco Javier Rafael Cruz

El amianto, un residuo peligroso ampliamente utilizado en la construcción hasta su prohibición en 2002, llegó hasta las cumbres más alejadas del Pirineo. Muchos de los vértices geodésicos, empleados para medir la altitud y las coordenadas, están fabricados con ese material, altamente cancerígeno cuando se fragmenta y el polvo de las fibras se expande por el aire. Entre ellos los de los cuatro picos más altos, Aneto, Posets, Monte Perdido y Vignemale, que pasados más de 40 años han conseguido librarse por fin de él.

El Instituto Geográfico Nacional (IGN), del que depende la red geodésica de España, acaba de sustituir los vértices con amianto de esos picos, que además estaban muy dañados, hasta el punto de que su estado suponía un peligro para los montañeros y dificultaba las mediciones.

Una imagen del antiguo vértice del Posets donde se observa su grado de deterioro.
Una imagen del antiguo vértice del Posets donde se observa su grado de deterioro.
Andrei Vaideanu

Los vértices retirados en el Aneto (3.403,349 metros, según el IGN), Posets (3.368,308) y Monte Perdido (3.347,529) se colocaron entre el 12 y el 26 de julio de 1982. El de Vignemale (3.299,100), el cuarto en altitud, un año antes, el 5 de septiembre de 1981. Eran idénticos: una base con un pilar cilíndrico de 1,20 m de alto por 0,30 m de diámetro. También tenían en común su "deterioro", reconocido en las fichas descriptivas de las redes geodésicas del Instituto Geográfico. A esto se suma que tres de los cilindros se consideraban "no estacionables", es decir, por sus fracturas no eran eficaces para colocar encima el instrumental topográfico de medición, con el que se hacían las triangulaciones de las coordenadas con otros puntos. 

Punto geodésico de Monte Perdido, donde alguien pintó el nombre del pico y la altitud.
Punto geodésico de Monte Perdido, donde alguien pintó el nombre del pico y la altitud.
Fco Javier Rafael Cruz

"Son lugares singulares"

Según Alejandro Asín, director del servicio regional del IGN en Aragón, se ha decidido sustituirlos por ser puntos geodésicos "singulares", ya que con la tecnología GPS y los satélites su utilidad es relativa. "Antiguamente había que subir con un teodolito que se montaba sobre el cilindro para observar en una vuelta de 360 grados los demás vértices. Hoy en día el operador sube con una antena y un ordenador".

Acín admite que estaban muy estropeados, hasta el punto de que el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido pidió la sustitución del ubicado en su principal cima. "Sube mucha gente y daba mala imagen. Eran de hormigón, pero tal y como estaban de rotos, tampoco cumplían su función", añade.

El cambio de los cuatro se llevó a cabo el pasado mes de septiembre. Una empresa de Huesca, Arizón y Gracia, especializada en rehabilitación, impermeabilización y retirada de amianto, recibió el encargo del IGN de retirar los viejos cilindros para construir nuevos vértices, estos formados por dos cubos de distinto tamaño donde apoyar más eficazmente los aparatos.

Se esperó al final del verano para evitar las épocas de mayor afluencia de montañeros a las cumbres. Hubo que subir el material, más de una tonelada en cada caso, con un helicóptero, que acercó al personal a la cumbre, aunque no pudo llevarlos justo hasta el pico. "Fue un trabajo muy complicado", indican fuentes de la empresa, sobre todo por la retirada del residuo peligroso, que hubo que encapsular para bajarlo en la aeronave.

Trabajos en la cumbre de Monte Perdido.
En el centro de la imagen se puede ver el cilindro que se sustituyó por el nuevo punto en la cima del Parque Nacional de Ordesa.
Jon Sanz

"Los trabajadores tienen una formación obligatoria, iban con epis y se había elaborado el preceptivo plan específico de retirada", añaden. Además, debían tener conocimiento de albañilería para levantar el nuevo vértice de hormigón, configurado según la forma indicada por el Instituto Geográfico. El viaje se aprovechó para retirar de las cumbres todo tipo de basura, como plásticos, banderas o cintas que dejan los montañeros, y en el caso de Monte Perdido una figura de forja de San Jorge luchando contra el dragón colocada hace unos años sin permiso.

Según la firma especializada, son muchos los vértices construidos con amianto, pero estos estaban más castigados. A la antigüedad se sumaban los efectos de los rayos y las inclemencias meteorológicas, más extremas a 3.000 metros sobre el nivel del mar. "Si un elemento con amianto está desgastado suelta fibras al aire. A esa altitud el polvo queda diluido, pero no deja de ser un residuo peligroso", precisa.

Vandalismo en Monte Perdido

Los técnicos del IGN ya han realizado mediciones en el del Aneto mediante una antena colocada sobre el cubo de hormigón, mientras que el de Monte Perdido fue víctima del vandalismo en el primer mes de su instalación (se colocó el 8 de septiembre). Hubo cierta polémica en las redes sociales sobre el impacto visual de estos elementos de medición científica, y un día apareció la placa con rastros de haber sido golpeada con una piedra. También trataron de arrancarla. De poco sirvió la advertencia que figura en la misma, recogida en el real decreto sobre la protección de los vértices geodésicos de 1975: "La destrucción de esta señal está penada por la ley"..

Una placa recuerda que la destrucción de los vértices está penada por la ley.
La placa del vértice de Monte Perdido fue objeto de un acto vandálico, pese a la advertencia de que la destrucción de la señal está penada por la ley.
Arizón y Gracia
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