La iglesia que se salvó del pantano pero no de la ruina

Los vecinos de Erés y la Coordinadora de Biscarrués-Mallos de Riglos promueven una campaña de recaudación para arreglar la ermita, símbolo de la lucha contra el embalse, como se ha hecho con las torres de Mediano o Jánovas. 

Ermita de Erés, actualmente en obras. Su campana fue el símbolo de la lucha contra el pantano.
Ermita de Erés, actualmente en obras. Su campana fue el símbolo de la lucha contra el pantano.
Heraldo

La campana de Erés sonó en todas las movilizaciones contra el embalse de Biscarrués. Y sonó tan fuerte que finalmente los ayuntamientos y las asociaciones ecologistas consiguieron ganar la batalla planteada en los tribunales. Esa campana está fuera de su iglesia, la ermita de san Jorge, porque el templo lleva años cerrado al culto debido a la situación de ruina. 

Una ruina a la que se quiere poner remedio a través de una campaña de 'crowndfunding' para el arreglo de la cubierta del campanario, mientras que la diócesis de Huesca se ocupa del resto de la rehabilitación. Los promotores son la Asociación de Vecinos de Erés y la Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos. 

El coste de la reconstrucción del tejado es de 6.000 euros. La mitad del dinero se pretende conseguir con la plataforma Verkami y el resto con aportaciones directas en la cuenta de la coordinadora o por Bizum (606340951). Los impulsores confían en conseguirlo porque "muchos conocen nuestra lucha". 

La iglesia logró salvarse y no quedar sumergida bajo las aguas del embalse, pero no se ha librado de tres décadas de abandono. "Lleva años cerrada y el deterioro ha ido a más. Es necesario intervenir ya, por eso los vecinos han unido sus fuerzas para colaborar en la rehabilitación", ha explicado Lola Giménez, portavoz de la Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos, acompañada de Sira Mañas, responsable de la campaña. "La torre de Erés estaba destinada a morir ahogada y se ha salvado de eso, pero no de una mala situación tras 30 años de abandono", han reiterado.

Para los promotores, la torre de Erés es un símbolo como lo es la de Mediano, sumergida bajo las aguas y que emerge con la sequía, actualmente en proceso de rehabilitación. También la de Jánovas, que sobrevivió al descartarse la presa y también se recuperó. 

Quedan 10 días para hacer donaciones en la plataforma Verkami, con 2.000 euros ya recaudados, y otros 700 euros a través de otros sistemas. Los participantes tendrán recompensas, como mochilas o toallas del río Gállego, el libro 'La campaña de Erés' o actividades gratuitas de rafting, paintball o arborismo, con la colaboración de las empresas de Murillo de Gállego, según si la donación es de 10, 25 o 50 euros. Si alcanza los 100, prometen dos experiencias exclusivas: un baño de bosque y un concierto.

La campaña se realiza en paralelo a las obras que acomete la diócesis. "Una parte la queríamos asumir los vecinos", según Lola Giménez, que espera que cuando acabe la actuación la campana pueda volver a la torre. 

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