El quinto año más seco en la cuenca del Ebro deja los grandes embalses en situación crítica

El nuevo periodo hidrológico 2022/2023, que comenzó el 1 de octubre, se encara con incertidumbre por las escasas reservas, sobre todo en Yesa (12%) y Mediano (16%), tras una campaña de riego "dramática"

Imágenes de Mediano de este fin de semana, donde los curiosos aprovechan para cambiar por la zona habitualmente inundada.
Imágenes de Mediano de este fin de semana, donde los curiosos aprovechan para caminar por la zona habitualmente inundada.
Javier Navarro

La cuenca del Ebro acaba de cerrar el quinto año hidrológico más seco de las dos últimas dos décadas y afronta el nuevo periodo, que se inició el 1 de octubre, con "incertidumbre" por las escasas reservas de agua embalsada, aunque según la Confederación Hidrográfica los abastecimientos están garantizados.

En los doce meses últimos llovió un 13% menos que la media (un 50% entre mayo y julio), nevó un 25% menos y las olas de calor dispararon la demanda en el campo y aceleraron la evaporación. Con este panorama, no es extraño que en el inicio del nuevo año hidrológico apenas quede un 37% de agua en los embalses de la cuenca frente al 53% de la media de los últimos 5 años, 1.100 hm3 menos con los que se podrían llenar 2,5 veces Mediano.

Ese porcentaje general cae casi a niveles de embalse muerto en algunos de los principales pantanos, como Yesa (al 12% de su capacidad) o el mismo Mediano (16) %. Son el cuarto y el quinto más grandes de la cuenca. Mequinenza, que encabeza el ranquin, y Canelles, el segundo, solo tienen un 31% y un 28% de sus reservas.

En el inicio del otoño se mantienen en situación de emergencia el río Aragón, el Segre y el Bajo Ebro; en alerta, el Gállego, el Cinca y el Noguera-Pallaresa; y en prealerta la cabecera del Ebro y el Noguera-Ribagorzana. La perspectiva es totalmente distinta en la margen derecha, donde impera la normalidad, con embalses como los del Guadalope por encima del 80%.

La CHE lo describe como un año "complicado" en el que han convivido inundaciones en diciembre y enero con la prolongada sequía posterior, después de otro periodo, 2020-2021, también bajo. "Es relativamente normal finalizar con reservas mermadas, pero esta vez son aún más bajas", afirma Mario Carreras, jefe de Recursos de Explotación.

"Se han atendido con total garantía los abastecimientos de agua y en el caso de los riegos (un 80% del consumo), se han podido desarrollar las campañas, aunque con ajustes", precisa. De cara al nuevo periodo prevé que "si es un año húmedo, no habrá problemas en recuperar el sistema, pero si persiste la sequía tendremos dificultades. Habría que hacer prorrateos que tendrían un impacto mayor que este año".

La luz roja está enfocada en el río Aragón, uno de los que más ha sufrido la falta de lluvias, el deshielo prematuro y el estiaje del verano. "En mayo la reserva empezó a descender. Se adelantó el vaciado un mes o mes y medio, y eso ha propiciado que en lugar de terminar con 100 hm3, haya 55", señala Carreras. Es un caso singular porque en la primavera estaba lleno por las crecidas, pero su capacidad de almacenamiento es muy limitada (está pendiente de las obras de recrecimiento) y sus demandas, muy elevadas.

La comunidad de Bardenas interrumpió el riego el 30 de septiembre para dejar lo poco que queda a los abastecimientos, principalmente la ciudad de Zaragoza y su entorno. El aspecto de Yesa es el de un pantano vacío, aunque no se ha llegado al embalse muerto. "Sigue saliendo agua por el canal y seguirá así hasta octubre y noviembre", explica el presidente, José María Vinué, quien precisa que si no llueve siempre queda la opción de bombear la reserva hasta el canal. "Lo normal es que el otoño y el invierno traigan lluvia y nieve, pero ahora mismo hay incertidumbre, agravada por la necesidad de cerrar anticipadamente la campaña", admite.

Riegos del Alto Aragón sembró un 30% menos

El Aragón tuvo un 35% menos de aportaciones, pero los recursos aún cayeron más en el Cinca, un 40%, de forma que el sistema Mediano-El Grado solo recibió 720 hm3 (la media es de 1.200). Estos regantes hablan de una campaña "dramática" desde el inicio en marzo hasta el final a principios de octubre. "Empezamos con cupos. Teníamos la esperanza de corregir la situación con las lluvias de primavera, pero no fue así", se lamenta José Antonio Pradas, presidente de Riegos del Alto Aragón.

Y si se ha podido acabar, dice, es gracias a que se sembró entre un 25 y un 30% menos, en vista de la escasez. "Es lógico finalizar con pocas reservas, pero este año estamos casi en embalse muerto. Debemos ser optimistas, pero no podemos perder el sentido de la realidad. Si hay un otoño seco, nos veremos abocados a no poder abrir la campaña siguiente", advierte Pradas.

Huesca tiene agua para resistir varios meses, según la CHE

La CHE asegura que el abastecimiento a Huesca, la ciudad con más problemas por la falta de lluvias, no está comprometido. El uso de agua del Cinca desde el embalse de Valdabra, a través de una obra de emergencia hecha en la gran sequía de 2005, ha permitido estabilizar el volumen del pantano de Vadiello, su principal fuente de suministro. Este apenas se encuentra al 15% de capacidad, pero la reserva se puede alargar los próximos meses. 

Mario Carreras, jefe de Recursos de Explotación de la Confederación, dice que el suministro alternativo del canal del Cinca da seguridad al abastecimiento. "En las últimas semanas, como se ha empleado agua de los dos, el ritmo de vaciado de Vadiello es más bajo y permitiría alargar el suministro durante los próximos meses, incluso en el peor de los escenarios. Aunque no tuviéramos ni una gota de agua de lluvia, se atendería la demanda".

Desde agosto, el Ayuntamiento está aplicando restricciones, que por ahora no han llegado a los grifos domésticos. La capital oscense cerró fuentes, prohibió el riego de huertos y jardines desde la red y reutiliza el agua de las piscinas. 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión