¿Qué bayas (letales) comió la senderista intoxicada en Ordesa?

Una mujer ingirió en la zona de Cotatuero un fruto tóxico que puede provocar alucinaciones y hasta la muerte. 

Detalle de los frutos de la belladona.
Detalle de los frutos de la belladona.
Ministerio de Sanidad

Una senderista tuvo que ser evacuada de urgencia este fin de semana en el helicóptero del 112 desde el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido al Hospital Miguel Servet de Zaragoza por una intoxicación que le había provocado alucinaciones.

Según fuentes del departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, la mujer, de 46 años y vecina de Majadahonda (Madrid), ingirió unos frutos cuando paseaba por un bosque en dirección a Cotatuero: ¿cuáles eran y por qué son peligrosos?

Se trata de bayas de silvestres de belladona, una planta que se puede encontrar en todo el parque. En este sentido, los responsables de Ordesa han aprovechado este incidente para volver a recordar que está prohibido recolectar animales, plantas, minerales o rocas. La legislación aragonesa impide en concreto "la alteración de las condiciones naturales de un espacio natural protegido o de sus recursos mediante ocupación, invasión, roturación u otras acciones, así como alterar o destruir la vegetación". En este caso se consideraría una infracción leve, que está castigada con una multa de entre 100 y 1.000 euros (con un descuento del 50% por pronto pago). 

La Guardia Civil recibió el aviso el pasado viernes por la tarde a través del 112 indicando que una senderista que se encontraba en el Parque Nacional había sufrido una intoxicación por comer unas bayas silvestres que le estaban causando alucinaciones. Debido a la gravedad, se activó al Greim de Boltaña, al helicóptero de Benasque y al médico 061. Tras sobrevolar la zona, descartaron evacuarla con un ciclo de grúa dadas las características del terreno, por lo que los especialistas junto con el médico tuvieron que descender de la aeronave y llegar a pie hasta la mujer. 

Al valorar el estado de la paciente, se requirió el helicóptero medicalizado del 112. Mientras, los socorristas la llevaron en camilla hasta una pista accesible para el vehículo de los agentes del Parque Nacional, que hicieron el traslado hasta la pradera de Ordesa, donde esperaba el helicóptero que la evacuó al Miguel Servet. Llegó a estar ingresada en la UCI en observación aunque, al parecer, evolucionó favorablemente. 

Entre 5 y 10 gramos, la dosis mortal

Tuvo suerte ya que, según el catálogo de plantas tóxicas publicado por el Ministerio de Sanidad, la belladona contiene dos sustancias venenosas (hiosciamina y atropina) en toda la planta, aunque las partes más peligrosas son las hojas y sobre todo el fruto. La dosis tóxica depende de la cantidad ingerida y, por ejemplo, entre 5 y 10 gramos pueden llegar a producir la muerte (en niños, la ingesta de 2 o 3 bayas puede resultar mortal). 

A los 15 o 30 minutos de ingerirla, ya genera algunos efectos como sequedad de boca e intensa sed, rubicundez facial, hipertermia, aumento de la frecuencia cardiaca y midriasis y, en función de la dosis, cuadro vertiginoso acompañado de alucinaciones, agitación psicomotriz e incoordinación motora, que puede derivar en convulsiones, coma y parálisis respiratoria. Dada la potencial gravedad del cuadro, el paciente debe permanecer monitorizado y en observación al menos 12 horas tras la ingesta debido a la absorción lenta del tóxico. Puede requerir distintos fármacos en función de los efectos.

La belladona puede alcanzar más de 1 metro de longitud y tiene un tallo grueso que se ramifica, por lo general en tres ramas, con hojas grandes ovaladas. Florece en mayo hasta el verano siendo estas de color purpúreo. El fruto es una baya de color negro brillante, del tamaño de una cereza que contiene en su interior pequeñas semillas en forma de riñón. Se encuentra principalmente en los claros de los bosques de haya y roble del Pirineo y en las sierras prepirenaicas y del Sistema Ibérico.

El nombre científico (Atropa belladona) deriva, por un lado, del griego Átropos, la mayor de las tres Moiras de la mitología griega (hilanderas que controlan el destino de las personas), la cual cortaba con sus tijeras el hilo de la vida, haciendo referencia a la peligrosidad de su uso, letal en dosis inadecuadas. Y por otro, del italiano Bella donna, ya que las mujeres romanas y del Renacimiento usaban sus propiedades para favorecer la rubicundez facial y la midriasis, cualidades relacionadas con la belleza de la época. Por sus propiedades alucinatorias era utilizada en la Edad Media en rituales de brujería.

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