Asaja alerta de que miles de hectáreas de cereal se quedarán sin sembrar este año en Aragón

Los costes de producción se han incrementado hasta 450 euros por hectárea respecto al año pasado.

Cosecha de cereal en la Hoya de Huesca.
Cosecha de cereal en la Hoya de Huesca.
Rafael Gobantes

La siembra de una hectárea de cereal de secano en los Monegros, que en 2021 costaba 530 euros, se ha disparado este año a 750 euros. No habría problema si el rendimiento cubriese los costes, pero cuando la cosecha apenas es de entre 1.000 y 1.500 kilos por hectárea, eso supone perder dinero. El sindicato Asaja Aragón ha alertado sobre la posibilidad de que miles de hectáreas cerealistas de la Comunidad se queden sin sembrar debido a los altos costes de producción y a la falta de materias básicas, lo que puede generar un problema de desabastecimiento que repercutiría en la fabricación de piensos para granjas.  

Si esas son las cuentas para el secano árido de los Monegros, no le va mejor al secano fresco de comarcas del norte de la Comunidad, como la Jacetania, donde para poder sembrar una hectárea un agricultor necesitará esta campaña 310 euros más. En el caso del regadío, el coste de producción se dispara a los 1.277 euros, 450 más que hace doce meses, eso sin contar con la subida del recibo de la luz necesaria por el bombeo de agua.

"Muchos agricultores están dudando de si sembrar o no. Nuestros asociados nos preguntan qué deben hacer", ha afirmado en una rueda de prensa el presidente de Asaja Aragón, José Fernando Luna, con el periodo de siembra a la vuelta de la esquina, entre octubre y diciembre. Según asegura, los costes actuales de los abonos, las semillas o los herbicidas, que hacen inviables algunas explotaciones, tienen que ver con el aumento del precio de la energía. "Los agricultores no podemos ser los paganos de las decisiones del Ministerio de Transición Ecológica", ha declarado, criticando a los ministerios de Economía y Agricultura por "dejarse comer la alforja" por el departamento encabezado por Teresa Rivera. 

El presidente de Asaja Aragón, José Fernando Luna (izquierda), junto al gerente, Gerardo Torralba.
El presidente de Asaja Aragón, José Fernando Luna (izquierda), junto al gerente, Gerardo Torralba.
Heraldo

El problema se agrava ante la incertidumbre de la nueva PAC. Las subvenciones están pendientes de la futura normativa para el periodo 2023-2027, todavía no publicada, que promueve, por ejemplo, nuevas prácticas ambientales en la siembra. La decisión de los agricultores también puede verse condicionada por la superficie de barbecho establecida para recibir ayudas.

"Ahora mismo no saben cuál es la base para hacer su planificación. Otros años los agricultores se planteaban el mínimo barbecho que tenían que dejar y este año se preguntan cuál es la mínima superficie que tienen que sembrar", según Asaja. Y es que la PAC supone de media un 30% de los ingresos de los agricultores, "lo que a uno le queda de beneficio, y no se pueden arriesgar a no cobrar y dejar la explotación en números rojos".   

La organización agraria ha solicitado medidas de apoyo para contrarrestar los elevados costes, a través de exenciones fiscales o de la ampliación del barbecho sin penalización en la PAC. Asegura al mismo tiempo que no se ha echado de menos el cereal ucraniano, pero sí ha tenido una importante repercusión la huelga encubierta en el puerto de Tarragona, donde se almacena el cereal procedente del continente americano, sobre todo para la fabricación de pienso. 

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