Los negocios náuticos del embalse de Canelles buscan alternativas para huir de la sequía

La situación del pantano más grande del Pirineo es "muy preocupante", coinciden los regantes.

Aspecto que presenta el congosto de Montrebei, prácticamente sin agua, lleno de barro.
Aspecto que presenta el congosto de Montrebei, prácticamente sin agua, lleno de barro.
Paula Mestre

La reserva de los embalses del Ebro ha seguido cayendo en la última semana debido a la falta de precipitaciones, hasta el punto de que ya se sitúa por debajo de la mitad de su capacidad, al 48,5 %, frente al 61% de hace un año. La escasez afecta a los regantes, que han tenido que aplicar restricciones, pero también a las empresas dedicadas al turismo activo en los pantanos.

Una de las peores sequías se vive en Canelles. El embalse con mayor capacidad del Pirineo (679 hectómetros cúbicos) y el segundo del Ebro, solo superado por Mequinenza, está al 34%. Aquí los negocios de navegación han tenido que buscar ubicaciones alternativas para poder hacer navegar las embarcaciones.

La joya de la corona en este pantano del Noguera-Ribagorzana es el congosto de Montrebei, un paraje idílico entre grandes paredes, donde normalmente se concentran las actividades náuticas, pero el agua es tan escasa en esa zona que es imposible meter una barca porque solo hay barro.

La navegación se ha trasladado a zonas más cercanas a la presa, como la muralla de Finestres, también de gran atractivo.
La navegación se ha trasladado a zonas más cercanas a la presa, como la muralla de Finestres, también de gran atractivo.
Paula Mestre

Montrebei Explora, empresa del municipio de Viacamp y Litera, ha derivado sus actividades a una zona más cercana a la presa, la muralla de Finestres, porque el congosto "está impracticable", afirma su responsable, Joan Pascual. "Hemos cambiado el embarcadero y estamos trabajando, pero mucho menos".

Los dos negocios de kayats de Puente de Montañana también se ven muy afectados. "Están realizando actividades, pero menos que otros años", explica el alcalde, José Peris. Tanto él como otros representantes de Viacamp, Estopiñán del Castillo y los municipios catalanes del otro lado del río participaron en una reunión con la Confederación Hidrográfica del Ebro a mediados de julio para pedirle explicaciones por la escasa reserva de Canelles.

Joan Pascual, que además de empresario es concejal, dice que la CHE lo justifica todo por la sequía, "que son los ciclos del embalse", pero a él no le salen las cuentas y cree que detrás hay una sobreexplotación hidroeléctrica. "La media anual de consumo de Canelles en la última década ha sido de 100 hectómetros cúbicos, pero en este 2022 se han consumido 380, más del triple", señala analizando las cifras.

Los regantes coinciden en valorar como "muy preocupante" la situación de Canelles y en general de las tres presas de la cuenca del Noguera-Ribagorzana, lo que les ha llevado a tener que aplicar restricciones este año. "Son embalses con mucha capacidad de regulación, que permiten guardar agua de años anteriores pero que cuando se vacían cuesta varios años llenarlos", indica el presidente del Canal de Aragón y Cataluña, José Luis Pérez. "Y si no viene un año húmedo, la cosa aún se pondrá peor, haciendo peligrar todos los usos", añade, los de abastecimiento para riego y también los recreativos, que se sitúan a la cola en las prioridades marcadas por la Ley de Aguas.

Los bomberos siguen llevando cisternas a una decena de núcleos

Por otra parte, los bomberos de la Diputación de Huesca siguen llevando agua a los depósitos de una decena de núcleos, sobre todo en el Pirineo, por el estiaje de los manantiales. "Algunos se han buscado fuentes o pozos alternativos o los han recargado las tormentas, de forma que ya no nos requieren", comenta Óscar Aguarta, jefe de servicio del Speis. Es el caso de Campodarbe o Espierba. Pero por otro lado la lista se sigue engrosando.

En la Jacetania y el Alto Gállego, desde principios de julio se suministra habitualmente con cisternas a Tiesas Altas, Artosilla, San Esteban de Guarga y Arraso. Además han colaborado puntualmente con el campamento Scout de Griébal, en Sobrarbe, y con el refugio de Montrebei, en Ribagorza. En esta comarca llevan agua también a Aguinaliu, Piedrafita y otros núcleos de la entidad local de San Feliu de Veri. Y en el Somontano, a Torres y Blecua. Óscar Aguarta agradeció que las necesidades se hayan visto frenadas por el esfuerzo realizado por los ciudadanos para reducir el consumo. 

Empiezan aplicarse las restricciones en Huesca

Y la ciudad más grande de la provincia también está afectada por la sequía. Desde entre martes, el Ayuntamiento de Huesca ha reducido un 50% el consumo de agua destinado a limpieza viaria y un 25% la del riego por aspersión para el mantenimiento de parques y jardines. Además ha decidido no llenar el estanque del solárium del parque Miguel Servet. 

Las medidas ya se anunciaron la semana pasada, cuando el alcalde emitió un bando instando a todos los oscenses a hacer un consumo responsable y moderado del agua potable, evitar el rellenado de piscinas particulares y minimizar los riegos de jardines y huertos, dejándolos para primera hora de la mañana para evitar su evaporación.

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