Es el tiempo de bailar y cantar porque el presente "es lo que tenemos"
‘San Lorenzo, San Lorenzo, en buen tiempo has venido’ empieza la canción que resuena por dentro desde hace tres años. Hoy, por fin, volverá a oírse.
Las fiestas de San Lorenzo se anunciaron este martes con un sonoro petardo en la residencia de mayores Ciudad de Huesca, del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) y donde están de obras para transformar parte del espacio en unidades de convivencia, un nuevo modelo de atender a los usuarios. Es una nueva filosofía y una nueva era. Los centros de la tercera edad fueron azotados por la pandemia y aquel sufrimiento busca la manera de acomodarse en una rutina que quiere celebrar la vida.
Hace días que las salas comunes lucen en blanco y verde. Noelia Alcubierre, la terapeuta ocupacional, ha llegado con más aire fresco para ayudar a lo mayores a recortar guirnaldas de papel. "Tienen muchas ganas de colaborar y de que vuelvan las fiestas... son unos soles", asegura. Elena García, que llegó a la residencia en 2019, recuerda que aquel San Lorenzo "lo pasamos muy bien". "Ya tenemos ganas de reunirnos, de cantar, pasarlo bien y olvidar", afirma, porque "el pasado ya se fue y el futuro...". "Lo que tenemos es el presente y hay que vivirlo a tope", afirma.
Un gran cartel anuncia la semana laurentina en la puerta de entrada y en el pasillo que da acceso a la cafetería y al salón hay que detenerse por obligación. Sobre un gran tablero se ha recreado una procesión de San Lorenzo a la que no le falta detalle. Acompañan a la peana con el busto los danzantes, peñistas, figuras con trajes tradicionales... y hasta el obispo. "Empezamos a hacerlo durante el confinamiento", dice Mercedes Mairal, integrante del equipo de directivo que celebra sus últimas fiestas en la residencia porque se jubila.
En los dos últimos años no hubo actuaciones, ni música que llegara de fuera. "Los trabajadores se volcaron, hicieron bailes (todavía hay vídeos circulando) para celebrar las fechas", explica. Pero esta vez sí, llegarán rondallas, charangas, jotas y teatro.
Mairal cuenta que empezó a trabajar aquí cuando en la residencia había internos válidos. "Todos los fines de semana había fiesta, colaboración, viajes... pero ahora la mayoría son dependientes y todo es más duro". Aunque el centro ha pasado por etapas difícil, la trabajadora afirma que lo peor "han sido los dos años de pandemia, de aislamiento y soledad, por mucho que tratáramos de paliarlo". Con la normalidad han vuelto las familias, y las hay que van todos los días.
Mariano Mairal supone que "estas serán unas buenas fiestas" y remarca que, desde el punto de vista de la alimentación "siempre es algo "especial". Será un buen momento para olvidar porque "en estos últimos dos años nadie se sentía feliz". Él, que es músico y puede "hacer arreglos y distribuir voces", se encarga del coro de la residencia, del que también forma parte Presentación Arnal. "Espero que nos vayamos animando y que pasemos buenos ratos juntos después de estos dos años encerrados".
El fisioterapeuta, Miguel Ángel Omiste, asegura que los residentes "tienen muchas ganas, mucha ilusión por las fiestas". "Este año, que ya se puede salir más y que hay visitas, San Lorenzo será muy especial", dice mientras Elena García afirma que esta vez lo hará cantar. Seguro que sí.
Además del menú, hoy con pollo al chilindrón, el ritmo diario cambia, todos visten estos días de blanco y verde y los ramos de albahaca adornan las mesas. A la fiesta también le gusta transitar tranquila por estos conocidos y agradecidos caminos.
