Recompensa para el inquieto corazón del planeta blanco y verde

Las peñas toman el pulso a la ciudad y, tras su temor por el parón de la pandemia, reafirman su liderazgo festivo.

Jennnifer Iglesias (Zoiti), Álvaro Antoñanzas (Los que Faltaban), Javier Ibarz (Alegría Laurentina), Ana Lite (10 d’Agosto), Fran Ferrer (La Parrilla) y Tomás Hernández (Los 30).
Jennnifer Iglesias (Zoiti), Álvaro Antoñanzas (Los que Faltaban), Javier Ibarz (Alegría Laurentina), Ana Lite (10 d’Agosto), Fran Ferrer (La Parrilla) y Tomás Hernández (Los 30).
Verónica Lacasa

Salí de casa con la sonrisa puesta, hoy me he levantado contento, de verdad, el sol de la mañana brilla en mi cara, una brisa fresca me ayuda a despertar...». Lo cantaba el grupo Tequila hace muchos, muchos años, pero esta letra bien valdría para la mañana de hoy 10 de agosto, festividad de San Lorenzo, sobre todo para que la tarareen los más de 6.000 peñistas que este año quieren coger en volandas a las fiestas de Huesca y vivirlas de forma tan profunda que compensen los mil días que ha sido necesario esperar para volver a anudarse la pañoleta verde.

Ser peñista en la capital oscense del 9 al 15 de agosto es un plus. Significa sentir la semana laruentina por dentro y por fuera sin escatimar fuerzas ni alegría. Esta vez, conllevará además olvidar un tiempo aciago que llegó a hacer temer a estas seis entidades por su futuro más inmediato. Afortunadamente, los oscenses han reafirmado su sentimiento como hace tiempo no hacían.

«Hace tres años que despedimos al santo, dos más el natural que le corresponde, y eso a la gente se le nota mucho», afirma Álvaro Antoñanzas, presidente de Los que Faltaban. En su opinión, este podría ser el momento para dar un cambio a las peñas. «Creo que cada una, a nivel particular, tenemos mucho trabajo por hacer y si todo el mundo lo hace bien pueden venir años muy buenos», asegura.

Irene Flores, Jesús Sieso, José María Lleida, Asunción Moreno y Carmen Buisán, en la peña.
Último día de campaña y últimos socios para las peñas.
Verónica Lacasa

Hace días que la gente pasea por Huesca con la sonrisa puesta, como una muestra de felicidad tras superar la pandemia. «Estamos con ganas e ilusión después de dos años con las puertas cerradas porque vemos que la vida normal cobra sentido», dice Jennifer Iglesias, de Zoiti. Antes del inicio de la campaña, estas ganas de celebrar San Lorenzo se empañaron de incertidumbre y miedo al no saber la respuesta de los socios. «Este tiempo ha sido de tristeza y rabia por no poder hacer nada», explica la peñista, agradeciendo el respaldo recibido en 2020 y 2021, «ese granito de arena en momentos tan críticos».

El presidente de la peña Los 30, Tomás Hernández, afirma que hay ganas de fiesta, pero «estos dos años nos pesan mucho, hemos cambiado... la situación nos ha dejado tocados a todos. Según dice, puede que este sea un año de «transición» porque «después de estos dos años nos hemos quedado pelados y no podemos ofrecer cambios». «Dependemos de los socios y del Ayuntamiento», manifiesta.

Para la peña La Parrilla sí será un San Lorenzo especial, ya que celebra su 65 aniversario. El presidente, Fran Ferrer, está seguro de que la gente responderá porque «hay ganas de fiestas, de pasarlo bien sin miedo y sin restricciones». En todo caso, asegura que estos dos años «nos han dejado tocados emocional y económicamente, al tener local propio, cada mes había hipoteca, impuestos, luz... y no había ingresos».

Irene Flores, Jesús Sieso, José María Lleida, Asunción Moreno y Carmen Buisán, en la peña.
Irene Flores, Jesús Sieso, José María Lleida, Asunción Moreno y Carmen Buisán, en la peña.
Javier Navarro

Antes de confirmarse el respaldo de los oscenses, Ana Lite (Peña 10 d’Agosto) reconoce que hay veces que han dado ganas de tirar la toalla. «Pero San Lorenzo dentro de una peña es otra vida», afirma, y las fiestas necesitan a las peñas porque, de lo contrario, se perdería la animación en la calle». La presidenta de esta entidad, la más joven de las seis porque se fundó hace 27 años, habla del socio «de toda la vida» como aquel «que vive y disfruta la peña, que se compromete con ella, sale con la pancarta de los toros, se involucra... porque quiere que sus hijos sigan disfrutando de unas fiestas como nosotros lo hemos hecho».

Javier Ibarz, al frente de la junta directiva de la Alegría Laurentina, afirma que siempre hay que esperar a final de la campaña para tener idea de cómo serán las fiestas. Por el resultado, este San Lorenzo, además de muy esperado, parece que será muy celebrado y muy intenso.

Un tiempo complicado con cambio de sede incluido

Los dos últimos años han sido especialmente difíciles para la peña Os Casaus de Huesca, fundada hace treinta años. Se constituyó con 25 matrimonios de Huesca que echaban de menos una oferta acorde con sus edades y gustos en las Fiestas de San Lorenzo.

El día de San Valentín de 2020 se celebró se celebró la última fiesta en la que desde 1992 había sido su sede en la avenida de Martínez de Velasco de la capital altoaragonesa. Se trata de una nave de grandes dimensiones que forma parte del polígono de harineras, que se convertirá en un solar para construir 1.300 viviendas. A finales de 2019 ya recibieron el aviso de que era necesario su traslado antes de que acabara 2020 porque el local iba a derribarse. Decidieron entonces buscar otro domicilio. Dejaron pasar lo más duro de la pandemia y en enero de 2021 encontraron un lugar que les convino.

Tras acondicionarlo en la medida que los 95 socios pudieron hacerlo, y con el permiso de obras del Ayuntamiento, no pudieron inaugurarlo porque no cumplía las normas de seguridad requeridas para desarrollar su actividad. Protestaron en la calle hasta que, a finales del pasado mes de mayo, abrieron su nueva sede, en el número 9 de la calle de Rafael Gil. «Estamos adaptándonos e intentando recuperar lo que era la peña», explica su presidenta, Irene Flores. El local no es tan grande como les hubiera gustado pero su alquiler es asumible y el espacio les permite reunirse para ensayar las obras de teatro, los bailes y las canciones que después interpretan en hogares y residencias de mayores.

Recuperando su costumbre, varios socios de Os Casaus acudieron vestidos de blanco y verde al Homenaje a la Cuna de San Lorenzo, celebrado el pasado domingo en el santuario de Loreto, para hacer una ofrenda de flores. «Lo que hemos pasado va por dentro, y hay que echarle ánimo a la vida», dice la presidenta. 

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