Unas 1.500 ovejas cruzan la ciudad de Huesca en su camino hacia el Pirineo
La capital oscense es lugar de paso para los rebaños que a principios del verano trashuman hacia los pastos frescos de la montaña, donde permanecerán hasta la llegada del otoño.
Un coche de la Policía Local de Huesca ha abierto a primera hora de la mañana de este jueves camino a un rebaño de unas 1.500 ovejas que, como es habitual en esta época, han pasado por el centro de la ciudad en su trayecto hacia el Pirineo, en busca de los pastos frescos de la montaña que las alimentarán durante el verano.
Los ganaderos y los animales recorrerán durante unos 10 o 12 días las cabañeras que durante décadas han pisado sus antecesores, con paradas en sitios ya programados para qua las ojeas pasen la noche y puedan beber y alimentarse. Aunque hay quienes optan por hacer el traslado en camiones (más rápido más caro) otros prefieren hacer el viaje a pie, manteniendo una práctica que desde 2011 está reconocida como Bien de Interés Cultural por el Gobierno de Aragón.
La trashumancia no solo ha generado un importante patrimonio inmaterial compuesto por oficios y saberes, prácticas y creencias, sino un variado conjunto de construcciones quizá todavía poco valorado: caminos y cañadas, bordas y casetas, parideras y arnales, fuentes y abrevaderos..., que salpican aún hoy unos paisajes modelados por la ganadería.
