Cáritas Huesca batió un nuevo récord de ayudas en 2021 "y este año no apunta nada bien por el aumento de los precios"

Los programas de acogida, promoción y empleo llegaron el año pasado a 2.676 personas. La entidad atiende a personas de más de 50 nacionalidades, aunque casi el 48% son españoles.

Acción de formación para el empleo de Cáritas Huesca en 2021.
Acción de formación para el empleo de Cáritas Huesca en 2021.
Cáritas Huesca

Cáritas Diocesana de Huesca destinó en 2021 un total de 300.830 euros a ayudas directas, batiendo el récord del año anterior, porque la pobreza se ha cronificado todavía más con la pandemia. Y las perspectivas para este 2022 "no pintan nada bien por el aumento de los precios". Así lo han advertido desde la entidad en la presentación de la memoria del año pasado en el marco de la campaña 'Somos lo que damos. Somos amor' que ha lanzado con motivo del Día de la Caridad que se celebrará el próximo domingo 19 de mayo. En el acto han participado el obispo de Huesca y Jaca, Julián Ruiz, además de Felipe Munuera y Jaime Esparrach, director y secretario general de Cáritas Huesca, respectivamente. 

"Desgraciadamente, la dinámica se mantiene este año porque aunque se va recuperando la actividad económica y laboral, el aumento de los precios en los últimos cinco o seis meses está provocando que muchas familias vulnerables no puedan remontar el vuelo", lamenta Esparrach, quien ha criticado que recursos que pretendían acabar con las situaciones de mayor exclusión social como el Ingreso Mínimo Vital, "no está llegando a una gran parte de la población que nosotros atendemos porque las personas en situación irregular no tiene  derecho y por las trabas administrativas y la complejidad de la solicitud, por lo que muchas familias terminan recurriendo a Cáritas y otras entidades". 

Las principales demandas que atienden son para los gastos de la vivienda ya sea de alquiler o de suministros "porque en el tema de la alimentación la cubren de una manera u otra, pero si tienen un alquiler de 500 o 550 euros, muchas economías débiles no lo resisten si a eso sumas más de 100 euros al mes de luz o gas y una cesta de la compra que se ha multiplicado por dos", destaca el secretario general de Cáritas.

Cáritas Huesca acompañó en 2021 a 1.973 personas, lo que se traduce en 2.676 personas beneficiarias contando el número de miembros de los núcleos familiares. Además, se han realizado 8.296 respuesta (casi 1.000 más que en 2020). La edad media de las personas acompañadas es de 35 años y el perfil más frecuente es el de pareja con hijos, hogar monoparental o personas sin hogar. Un 62% del total de las personas tienen entre 30 y 65 años. En cuanto al género, un 53% son mujeres frente al 47% que son hombres.

La entidad atienda a personas de más de 50 nacionalidades, aunque casi la mitad son españolas. Un 6% han sido comunitarias y un 48% extracomunitarias, de las cuales un 19% están en situación irregular y otro 20% son refugiadas.

El pasado curso se llevaron a cabo 30 proyectos. Dentro del área de Acción Social, en el Programa de Acogida atendió a 1.111 personas y tramitó 1.150 prestaciones de diverso tipo. Se dedicaron 243.000 euros para ayudas urgentes, un 13 % más que en 2020. El 74% se destinaron a apoyo para vivienda y suministros y un 16% a primera necesidad. Además, prestaron atención a 235 personas sin hogar y otras 21 se alojaron en las cuatro viviendas de acogida que tiene Cáritas Huesca. Asimismo, se recuperó la actividad del Centro de Día Fogaril.

Presentación de la memoria de Cáritas Huesca 2021 con Jaime Esparrach (secretario general), el obispo Julián Ruiz, y Felipe Munuera (director).
Presentación de la memoria de Cáritas Huesca 2021 con Jaime Esparrach (secretario general), el obispo Julián Ruiz, y Felipe Munuera (director).
Cáritas Huesca

En el Programa de Promoción participaron 127 personas adultas entre los cursos motivacionales y promocionales; 15 menores en el servicio de conciliación y 51 niños y niñas en el Proyecto de Apoyo Escolar, que se ha reubicado en el Centro Arroclar. Como novedad, el año pasado 18 mujeres participaron en el curso Edyta, centrado en la alfabetización digital. Se recuperó el ritmo y la incorporación de voluntariado, aunque se decidió suspender la Escuela de Verano por prudencia.

En cuanto al Programa de Empleo, la participación disminuyó un 12% respecto de 2020 debido a la pandemia, pero se está recuperando la actividad poco a poco. Un total de 131 personas asistieron a talleres prelaborales y ocupacionales y los cursos del Punto de Formación Incorpora. En Trobaempleo, la agencia de colocación de Cáritas Huesca, 778 personas recibieron orientación laboral y se ha intermedió con 456 en relación al empleo. Sin embargo, solo 90 personas consiguieron empleo desde esta oficina. La empresa de inserción, Carinsertas, realizó 20 contratos de inserción y 10 personas obtuvieron un puesto de trabajo en el mercado laboral.

El área de Animación Comunitaria también se está reactivando progresivamente ya que un 70% del voluntariado se ha reincorporado (303 personas) y poco a poco se están recuperando los encuentros presenciales y los grupos parroquiales, tanto urbanos como rurales. Por primera vez, se llevó a cabo en el último trimestre del año la I Escuela de Otoño de formación y se retomaron las Formaciones Básicas para las personas que se incorporaron recientemente a la familia de Cáritas Huesca. Durante los últimos años se ha realizado un gran esfuerzo de comunicación, sensibilización e incidencia, especialmente sobre la vivienda, la irregularidad sobrevenida y sobre el Ingreso Mínimo Vital.

La Tienda de Comercio Justo mantuvo su actividad y alcanzó unas ventas de 23.700 euros. Se promovieron 16 acciones de sensibilización. Y en cuanto a la dimensión de la cooperación fraterna, se destinaron 15.000 euros de colaboración con Cáritas Burkina, 4.300 para Cáritas Haití, 5.300 a Somalia y más de 2.000 a la emergencia de la Palma.

Desde Cáritas no olvidan la guerra de Ucrania que tanta repercusión social y económica está teniendo en España y ni a las miles de personas que siguen huyendo de otros conflictos, de la persecución y la pobreza, de los efectos de las catástrofes climáticas. “Ojalá estas desagradables situaciones sirvan para reflexionar, aprender y continuar caminando hacia sociedades más justas, que no descarten a ninguna persona”, apunta Esparrach. 

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