El Ministerio ha perforado ya los 2 túneles de la N-260 y colocado 1,3 km de voladizos

El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) ha ejecutado ya unos 22 millones de euros en las obras de acondicionamiento del tramo de 12 km entre Campo y el Congosto del Ventamillo del Eje Pirenaico (N-260), lo que supone cerca del 50% de la inversión prevista. Y es que, entre otros trabajos, se han perforado ya los dos nuevos túneles de 568 y 280 metros, respectivamente, y se han colocado 1.300 de los 3.300 metros de voladizos sobre el río Ésera para poder ensanchar la calzada en los tramos en los que hasta ahora no podían cruzarse dos vehículos pesados.

Después de 50 días de cierre y atendiendo la petición de los alcaldes y los agentes sociales del valle de Benasque, la carretera reabrirá al tráfico el próximo fin de semana del 10 al 12 de junio, a partir del viernes a las 14.00, para facilitar el acceso de los 1.400 participantes del Gran Maratón Montañas de Benasque. Se volverá a cerrar el domingo a medianoche para entre semana continuar las obras, y de nuevo estará operativo del viernes 17 al domingo 19 de junio. Y ya el 23 de junio quedará abierto definitivamente para todo el verano aunque en determinados tramos habrá paso alternativo.

El ingeniero jefe de la demarcación de carreteras del Estado en Aragón, Rafael López Guarga, asegura que están cumpliendo el ritmo previsto "gracias a los esfuerzos que se hacen para trabajar en los períodos de corte de la carretera en primavera y otoño, que nos han permitido dar un empujón importante, y también sobre todo a la comprensión de los habitantes del valle y del resto de usuarios", agradece.

Tras finalizar la excavación de los dos túneles, han empezado con la impermeabilización de unos de ellos y están preparando los encofrados para revestirlo con hormigón. Además, han ejecutado ya el 75% del movimiento de tierras previsto.

Con todo, lo que más trabajo les está llevando en esta fase es la instalación de las losas de hormigón de unas 18 toneladas de media cada una para ensanchar la carretera hasta los 8 metros. "Es la única posibilidad que tenemos de hacerlo ya que debemos tocar la ladera lo menos posible por razones ambientales y de estabilidad", recalca López Guarga.

Esta compleja operación requiere una primera cimentación con micropilotes a una profundidad de 12 o 14 metros a ambos lados. Estas losas prefabricadas se transportan en tráileres y se colocan con grúas. Su longitud oscila entre los 2,5 y los 6 metros "y el principal problema es que luego hay que unirlas, impermeabilizarlas...", destaca. Les quedan por colocar todavía 2.000 de los 3.300 metros previstos. Además, van a aprovechar las dos semanas de cierre intermitente que les quedan hasta verano para asfaltar estas piezas "para eliminando el traqueteo de las juntas de hormigón, que es incómodo".

Drones para analizar el Congosto del Ventamillo

En paralelo, también han finalizado el grueso de la intervención que tuvieron que acomater en el Congosto del Ventamillo tras un grave desprendiimiento que por suerte no causó daños personales. Hubo que coser con mallas el tramo, sanear, reponer el muro y colocar algún pequeño voladizo. "Lo más importante está hecho pero como la zona es poco accesible, con el apoyo de drones hemos analizado y fotografiado las paredes que tienen casi 200 metros de altura y hemos observado que aún hay alguna zona inestable por lo que estamos estudiando a ver cómo la podemos acometer", señala López Guarga.

Aunque hace hincapié en que las obras están supeditadas a la orografía montañosa, a las inclemencias del tiempo -el pasado invierno tuvieron que levantar el cierre temporal antes de tiempo por la imposibilidad de poder trabajar- y a la duración de los cortes que se acuerden con los vecinos y empresarios del valle, el ingeniero jefe de la demarcación de Carreteras del Estado confía en cumplir el plazo y acabarlas a finales de 2023 o en primavera de 2024 como tarde.