Jaca vive con orgullo y emoción su Primer Viernes de Mayo tras la pandemia

Al almuerzo en la ermita le ha sucedido el desfile de las tropas del conde Aznar, el saludo de la bandera y el canto del himno. 

Saludo de la bandera, uno de los actos más emotivos.
Saludo de la bandera, uno de los actos más emotivos.
Laura Zamboraín

La festividad del Primer Viernes de Mayo de Jaca se vive hoy con más fuerza e ilusión que nunca, tras dos años sin poder celebrarse por la pandemia. La capital jacetana luce radiante y con un sol espléndido en una jornada en la que el Viernes de Mayo se estrena como Fiesta de Interés Turístico Nacional. Como en años anteriores, los jaqueses y jacetanos han demostrado su orgullo a la sombra del monte Oroel, tal y como reza el himno de la ciudad.

En este día se conmemora la Batalla de la Victoria, en la que los jacetanos vencieron a los musulmanes que pretendían invadir la ciudad, y lo hicieron encabezados por el Conde Aznar. Por ello, el desfile, acto central de la jornada, ha recreado la entrada victoriosa del ejército del conde, encarnado por Miguel Carasol, y acompañado por los jaqueses y  jaquesas que consiguieron vencer al invasor.

La gran fiesta de los jacetanos ha comenzado muy temprano, con el almuerzo en la explanada situada junto a la ermita de la Victoria a donde se va en romería. Las parrillas con chorizo, longanizas, costillas o suculentos platos de migas, sirven para iniciar esta intensa jornada, que con tanto sentimiento viven los jacetanos cada año. Y en esta ocasión con más motivo. 

Pero este no fue el único lugar donde se ha almorzado, ya que otras personas optan por degustar este suculento menú en los establecimientos hosteleros de la ciudad, completos desde hace días por las reservas. Mientras tanto, la misa en la ermita ha estado presidida por el obispo de la diócesis de Jaca y Huesca, Julián Ruiz Martorell, y han asistido también las autoridades. 

A las 12.00 ha tenido lugar la entrada triunfal del Conde Aznar, dando inicio al desfile, con la participación de más de 850 personas de todas las edades. Las bonitas y vistosas vestimentas de labradores, artesanas o miembros del cortejo histórico han puesto color a la fiesta. Durante toda la jornada predominará el olor a claveles, y también a pólvora, por las descargas de los trabucos.

El cortejo del conde y la caballería con las cuatro cabezas moras, labradores y labradoras y artesanos y artesanas, forman parte del desfile, a lo que se suman las autoridades y la banda de música Santa Orosia. Y al paso del Conde Aznar, los vítores del público este año han sido más intensos, con muchas más ganas. 

Parte importante es el saludo de banderas, que se realiza en la Catedral y en la puerta del Ayuntamiento. Todas las banderas de las escuadras y Cortejo saludan a la de Jaca, portada por el Síndico, figura que este año representa la concejal Olvido Moratinos. El Viernes de Mayo es el único día que la bandera de Jaca sale del consistorio y quien la porta, tiene que prepararse anteriormente. Moratinos ha comenzado nerviosa, tal y como ha destacado, pero este año ha hecho algo que ninguna mujer síndico había hecho hasta la fecha, bandear.

Una vez que finaliza el desfile, toda la ciudad se une en una sola voz para entonar el himno del Primer Viernes de Mayo, un momento único y especial para los vecinos de Jaca. Miles de personas abarrotan la calle Mayor y las aledañas para gritar más fuerte que nunca ‘Jaca libre sabe vivir, a la sombra del Monte Oroel’, junto a los acordes interpretados por la Banda Municipal de Música Santa Orosia.

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