Patricia Español: "Pensamos que Espiello sería un festival minoritario, y nos equivocamos"

El Festival de Documental Etnográfico de Sobrarbe abre su 19ª edición. Su directora explica la singularidad del certamen, que no por casualidad se llama Espiello (espejo).

Patricia Español, directora del festival, en el Palacio de Congresos de Boltaña, sede del certamen.
Patricia Español, directora del festival, en el Palacio de Congresos de Boltaña, sede del certamen.
Alba Fité

Sobrarbe, una comarca con 7.000 habitantes, se lanzó en 2003 a organizar el primer festival de cine etnográfico de España, y durante mucho tiempo el único. ¿Tuvo que ver que es un territorio objeto de interés en esta materia desde los primeros pirineístas franceses que retrataron esas montañas?

El Sobrarbe había sido protagonista de numerosas películas etnográficas, desde los primeros pirineístas, como Lucien Briet, a los documentales de Eugenio Monesma. Existía una larga tradición de estudio de nuestras tradiciones y pensamos que si éramos protagonistas, por qué no espectadores. De ahí el nombre, Espiello (espejo). Habíamos visto nuestro reflejo y queríamos ver otros reflejos diferentes. Nos parecía de interés conocer otras culturas a través del audiovisual. Al principio pensamos que sería un festival minoritario, más académico, que no interesaría a un público más grande, y ahí nos equivocamos.

¿Cómo es su público?

Tenemos público de diferentes edades que llena el Palacio de Congresos de Boltaña. Sorprende a los documentalistas que vienen de fuera: llegan por la noche, a un pueblo, pensando que quién verá aquí su película, y luego encuentran la sala llena. No es solo la asistencia, también el interés que se nota en los coloquios.

¿Espiello es también una reivindicación del mundo rural?

Desde hace unos años hay más iniciativas culturales, y ha calado el mensaje de la España vaciada, pero hace 20 años existían muy pocos festivales, menos aún fuera de la época de vacaciones. Era importante hacer actividades de calidad para los que viven aquí todo el año.

Y no es el único festival de cine en Boltaña. En Ascaso, en el mismo municipio, se celebra la Muestra de Cine más Pequeña del Mundo.

Boltaña ha tenido durante muchos años tres festivales, porque también se celebraba la Muestra de Cine de Mujeres.

Para ustedes es muy importante la participación de los vecinos, ¿cómo se concreta?

Espiello es un festival un poco especial, por el tema y por la organización. Corre a cargo de la Comarca (yo soy la técnico de Cultura) y hay un grupo de 20 o 30 vecinos que lo organizan. Los educamos para que puedan hacer una preselección. También tenemos un voto del público, e intentamos apoyar iniciativas del territorio: la escuela de música, el instituto, asociaciones de la comarca... Además, damos opción para que realizadores que ruedan en Sobrarbe pueda estrenar aquí y todos los años vemos producciones de gente de la comarca.

Sus documentales difícilmente llegan a las salas de cine.

Asistimos a un nuevo auge del cine documental. Hasta hace poco era el patito feo, pero ahora algunos se estrenan en salas. Aún así el etnográfico es bastante minoritario, con muchos problemas de distribución, por eso los directores nos agradecen tener un espacio. Nuestro festival es presencial y ‘on line’, se puede ver desde cualquier parte del mundo. El cine comercial existe independientemente de nosotros pero los festivales tenemos que intentar programar lo que no se puede ver en otros sitios.

¿Y qué podremos ver este año?

Son 81 proyecciones. Hay 10 operas primas, porque queremos apoyar a los que empiezan. Tenemos dos documentales de dos chicas de aquí, Susan Labich y Sara Sarrablo, y hemos creado una nueva sección, Parlaches, en la que nos acercamos a nuevas herramientas de las redes sociales poniendo el punto de mira en Youtube, desde Eugenio Monesma, que se ha reconvertido con un canal de éxito, hasta jóvenes como Lethal Crysis, con 4 millones de suscriptores.

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