¿Por qué se trasladan a Aragón las empresas catalanas?

Huesca es un destino preferente para las 428 firmas deslocalizadas de Lérida en 6 años. Los empresarios destacan las "facilidades" encontradas en la Comunidad aragonesa frente a las trabas burocráticas y la falta de suelo en Cataluña.

Las empresas de Lérida encuentran en Aragón menos trabas burocráticas y más suelo.
Las empresas de Lérida encuentran en Aragón menos trabas burocráticas y más suelo.
Víctor Meneses

Cataluña ha dejado de ser un paraíso para las empresas. Aragón, y más concretamente la provincia de Huesca, se ha convertido en los últimos años en lugar de destino preferente para firmas del otro lado de la frontera autonómica, atraídas por las facilidades de implantación: disponibilidad de suelo, menos burocracia y receptividad por parte de los responsables públicos aragoneses.

"El Gobierno de Aragón es mucho más ágil que la Generalitat de Cataluña", reconoce Jaume Saltó, presidente de la Cámara de Comercio de Lérida. Este organismo, ante la preocupación por la deslocalización en su provincia, encargó un estudio que cuantifica el goteo. Además de consultar los registros, entrevistaron a los empresarios para que explicaran sus motivos. Los políticos aragoneses, decía uno de ellos citado textualmente, "valoran muy positivamente las inversiones de economía productiva y te ponen facilidades para gestionar ágilmente todos los permisos, encontrar el suelo industrial, realizar las expropiaciones, dotar las infraestructuras necesarias, etcétera".

Según investigadores de la Universidad de Lérida y la Pompeu Fabra, autores del estudio, durante el periodo 2015-2020, 428 empresas trasladaron su sede social de Lérida a a otros territorios. Su primer destino fue el resto de Cataluña, pero en segundo lugar estaba Aragón, a donde llegaron 81, la mayoría, 61, a la provincia de Huesca, más atractiva para ellos que Madrid, la tercera, mientras que Zaragoza ocupó el quinto lugar.

La fuga se intensificó a la vez que el proceso independentista: 17 llegaron a Huesca en 2015, 8 en 2016, y 23 en 2018. En este año se convirtió en el principal destino, por delante incluso de Barcelona. 

La mayoría optó por localidades cercanas, como Fraga, Binéfar o Monzón, curiosamente ninguna a la capital de la provincia. La lista de los 10 municipios con más traslados la encabezan Barcelona (90) y Madrid (47), seguida de Fraga (14), Tarragona (8), Zaragoza (8), Sant Josep de Sa Talaia (7), Binéfar (7), Monzón (7), Zaidín (7) y Tudela (7).

Este hecho demuestra el atractivo de las comarcas limítrofes, reconocen los investigadores Jordi Moreno, Andrei Boar y Oriol Montanyà. La proximidad geográfica permite situarse a ambos lados de la frontera administrativa sin consecuencias relevantes en el día a día de la actividad.

Uno de los ejemplos más recientes es Semillas Batlle, empresa familiar catalana con dos siglos de historia, que invertirá casi 10 millones de euros en una nueva planta en Torrente de Cinca. "Necesitábamos ampliar y hemos encontrado una región, Aragón, y una localidad con un alcalde predispuesto", afirmó David Giné, director general, al dar a conocer la noticia.

También llegó del otro lado Ponentia, promotora de la plataforma logística de Tamarite de Litera, con 350 millones de euros y 2.000 empleos bajo el brazo. Planeaba desde 2019 un proyecto similar en Lérida cuando en 2021 aterrizó en Aragón. Allí sigue en trámites, aquí espera empezar en 2023. Según el alcalde, Francisco Mateo, "cuando lo planteamos al Gobierno de Aragón, el presidente Lambán solo tardó unos días en recibirlos".

Tanto Semillas Batlle como Ponentia forman parte de los proyectos de interés autonómico (PIGA) tramitados en 2021 en Aragón, una declaración que recorta a la mitad los tiempos. "La actitud de las autoridades y la burocracia" son precisamente unas de las razones del trasvase de empresas, según el estudio.

Burocracia y suelo

En el caso de las empresas deslocalizadas a Huesca, la mayoría pertenecen al sector agrario. En Cataluña tienen dificultades adicionales por las características de su actividad y la necesidad de altura de sus naves industriales, mientras que en diversos polígonos industriales de Huesca, el máximo es de 25 metros o directamente no hay límites.

Además de la burocracia, otro factor relevante es la disponibilidad de suelo industrial. Aragón ha potenciado la creación de plataformas logísticas, y los PIGA facilitan la tramitación de los grandes proyectos de forma "rápida y eficiente", al permitir la transformación de terrenos rústicos en industriales

Los empresarios consultados por el estudio, tanto grandes como pequeños, reconocen que han encontrado "más trabas que facilidades" en el momento de expandir su empresa en su Comunidad. Mientras en Aragón "impera una actitud de ayuda y colaboración constante", en Cataluña "el cumplimiento medioambiental se convierte en una barrera que nadie ayuda a saltar".

Aragón, potencia logística

El problema, dicen los investigadores, se puede agravar por la competencia de una Comunidad Autónoma tan cercana como Aragón, que apuesta cada vez más por convertirse en un centro logístico de primer orden mundial siendo un nudo de conexiones de diversos corredores viarios y ferroviarios y disponiendo de un aeropuerto especializado en transporte de mercancías como el de Zaragoza.

La autovía que comunica Fraga con Lérida, con la Plataforma Logística al fondo.
La autovía que comunica Fraga con Lérida, con la Plataforma Logística al fondo.
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Las empresas que se han trasladado de Lérida a Huesca triplican las que han hecho el camino inverso, y aunque el tejido industrial de la primera es más potente, en términos porcentuales también tiene más peso el éxodo hacia Aragón.

Fraga es el tercer municipio, después de las dos grandes urbes españolas, Barcelona y Madrid, donde se han traslado más empresas, 14 en seis años. En sus polígonos se ubican firmas como Envases Petit, Niubó o Envases Jové. Ahora mismo no hay suelo disponible, ya que en los últimos años se ha ocupado todo con estas y otras compañías.

La ampliación en 14 hectáreas de la Plataforma Logística no se materializa, y en el polígono Fondo de Litera, la otra gran zona industrial, solo hay pequeños terrenos o naves en alquiler o venta. "Hasta el 2018, la plataforma se llenó, pero actualmente no podría venir ninguna empresa, ni de Lérida ni de otros lugares porque no hay espacio", señalan desde el Ayuntamiento.

El presidente de la Cámara de Comercio de Lérida insiste en que la mayor parte de empresas que se van de Lérida a Huesca lo hacen por las facilidades administrativas. Destaca las ventajas del PIGA para convertir un suelo rústico en una zona industrial en aquellos proyectos de interés general, lo que permite sortear el problema de la falta de terrenos. "Es lo que nos han dicho varias empresas, que al no encontrar suelo en Cataluña, se han ido a Fraga, Tamarite o Monzón. Aquí no lo tenemos o no con las características que requerían para el tipo de industria", explica Jaume Saltó. De ahí que algunas, si bien mantienen su actividad en Lérida, opten por hacer fuera la ampliación. No cree que otros factores, como el precio del suelo o las ventajas fiscales, sean muy distintas.

"Cuando la inversión es muy grande, rápidamente el presidente o un consejero les atiende. La voluntad del gobierno hace que todo vaya más rápido"

Saltó sí reconoce la diferencia en el trato. "En Aragón, se pone una persona que se encarga de gestionar todo lo que haya que hacer con la administración, mientras en Cataluña tenemos varios interlocutores y eso hace que se ralentice más el proceso de implantación". Cuando la inversión es muy grande, añade, "rápidamente el presidente o un consejero les atiende". "La voluntad del gobierno hace que todo vaya más rápido". Cita el caso de Ponentia como "claro ejemplo de agilidad administrativa". En Lérida tienen que hacer un plan director para la plataforma logística proyectada, de ámbito supramunicipal. "Aquí no han sido ágiles", reconoce, pese a que los inversores son de Lérida.

"En una semana nos recibió el presidente"

Uno de los últimos grandes desembarcos lo ha hecho Ponentia. El suyo no es un caso de deslocalización de libro, porque mantiene la sede en Lérida, pero mientras el proyecto emprendido en 2019 en esta Comunidad sigue sin arrancar, en poco más de un año ya ha dado pasos de gigante en su emplazamiento en Tamarite de Litera. El director general, Rafael Peris, se refiere a la alabada figura del PIGA, "que en Cataluña no existe". Para su plataforma logística necesita 130 hectáreas, difícil de encontrar ya desarrollados en un polígono.

Peris no oculta que en Aragón "los ritmos son diferentes". "Después de hacer nuestros estudios, fuimos a ver al alcalde de Tamarite, y él intermedió para que en una semana, menos quizá, nos recibiera el presidente Lambán. Le expusimos nuestro proyecto y él, los trámites a realizar, de forma muy clara y muy rápida. Ninguna queja, al contrario", resume el director general.

Los planes de Ponentia en Aragón comenzaron en diciembre del 2020. Nueve meses después, la DGA lo declaró de interés general, tras la presentación del proyecto de urbanización, las licencias con Adif para la conexión a la red ferroviaria... A finales del 2021 se pudo presentar ya toda la documentación para tramitar el PIGA y esperan tener el próximo otoño las licencias definitivas para acometer las obras, que empezarían en diciembre del 2022 o enero del 2023. "Para quien no conozca estos procedimientos, dos años le pueden parecer mucho, pero tratándose de una transformación urbanística es corto", afirma Peris. Su cronograma contempla empezar antes la actividad en Tamarite que en Lérida.

"Todo fue muy fácil, muy ágil y muy llano para poder empezar a trabajar, sin tener que esperar meses para obtener un papel"

Otro empresario ilerdense, Jordi Serrate, aterrizó en el polígono Fondo de Litera de Fraga con la empresa de maquinaria agrícola Niubó hace tres años. En Lérida tenían dos plantas pero necesitaba ampliar y allí no había suelo. "Fraga está tan cerca que daba igual hacer 30 km hacia un lado que hacia otro. Tanto el Ayuntamiento como el Gobierno de Aragón nos recibieron muy bien. Hablábamos directamente con el alcalde y él nos dirigía al departamento oportuno. Además encontramos un polígono bien comunicado". No es una cuestión de recibir más o menos ayudas, "porque a día de hoy no nos han dado ni un euro de subvención", pero, aclara, "todo fue muy fácil, muy ágil y muy llano para poder empezar a trabajar, sin tener que esperar meses para obtener un papel".

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