El drama de Antón moviliza un convoy humanitario desde Binéfar para traer refugiados

La iniciativa de dos empresarios para organizar una caravana hasta Polonia provoca una oleada de solidaridad que moviliza a particulares e instituciones.

David Viudas y Fran Pallarol, a la izquierda, con el grupo que partió hacia Polonia en furgonetas. Con la camisa oscura remangada, Antón.empleado ucranino a David.
David Viudas y Fran Pallarol, a la izquierda, con el grupo que partió hacia Polonia en furgonetas. Con la camisa oscura remangada, Antón.empleado ucranino a David.
José Luis Pano

"Esto es una desgracia. Hay que buscar soluciones y solo se encuentran actuando. No hay que pensar lo que vas a hacer, hay que hacerlo". Así de claro lo tiene David Viudas, que junto a Fran Pallarol, ambos empresarios binefarenses, partieron el viernes por tarde rumbo a la frontera entre Polonia y Ucrania para llevar ayuda humanitaria en seis furgonetas y regresar con una treintena de exiliados. Será un viaje de 30 horas de tirón, comiendo y durmiendo en los coches, con dos conductores en cada uno, cinco de ellos ucranianos.

La iniciativa surgió como reacción a la impotencia que provocaba ver la tristeza de uno de los empleados de David, Antón, de nacionalidad ucraniana, que conserva mucha de su familia en su país natal. "Yo vivo este conflicto mucho más de cerca que otros porque tengo un empleado joven al que cada día veía más triste y preocupado por su familia y por no poder ayudarles", señala.

La caravana, ya en territorio francés.
La caravana, ya en territorio francés.
Heraldo

David Viudas y Fran Pallarol tuvieron una conversación el martes por la noche y en apenas 5 minutos ya habían fraguado la idea. El resultado ha desbordado sus expectativas más optimistas. El primero, que se dedica al sector de la automoción, ha puesto sus vehículos, y el segundo, dueño de una inmobiliaria, ha facilitado una vivienda de su propiedad para albergar a los refugiados. Además han realizado gestiones con los Escolapios de Peralta de la Sal para acoger allí a otras familias que regresarán con ellos en el viaje iniciado el viernes. Otros irán a Zaragoza y hay ayuntamientos de la comarca de la Litera que se han puesto en contacto con ellos para ofrecer alojamientos en sus municipios.

La respuesta social ha sido más que notable. Hasta las instalaciones de la empresa de David Viudas han acudido vecinos de Binéfar y también ucranianos residentes en la zona para echar una mano recogiendo mantas, comida, ropa… todo tipo de material de primera necesidad.

Trabajos para organizar el convoy en una de las empresas.
Trabajos para organizar el convoy en una de las empresas.
José Luis Pano

"Hemos llamado a las parroquias, a los Boy Scout, hemos corrido la voz y todo el mundo quiere ayudar, no solo de Binéfar sino de toda la comarca, nos dan desde ropa de abrigo, a gasolina, medicinas… La respuesta ha sido brutal", señala Fran Pallarol. Su compañero matiza que varios de sus clientes de Lérida han movido sus contactos para conseguir vehículos o material farmacéutico entre sus conocidos.

"Toma 1.000 euros y ve a buscar medicamentos"

La ola de solidaridad se ha hecho tan grande que se plantean realizar un viaje cada semana para llevar ayuda y traer a refugiados hasta La Litera. "La respuesta es espectacular. Nos han llamado de ayuntamientos para ofrecer vivienda y ha habido chóferes de Tarragona que vendrán gratis a hacer viajes en un microbús, también autobuses escolares, o clientes míos de Lérida que han dicho toma 1.000 o 1.500 euros y ve a buscar medicamentos a las farmacias", afirma Viudas, que no tiene ninguna red social para promocionar su iniciativa. "Todo ha sido boca a boca, y cuando la gente ve que se hacen cosas, apoya", señala.

Entre los que realizarán el viaje junto a estos empresarios y una decena de voluntarios se encuentra su empleado Antón, que lleva 11 años viviendo en Binéfar, donde se han asentado una decena de familias ucranianas. Se muestra agradecido por la "importante respuesta" que ha cosechado la iniciativa en su ciudad para atenuar una situación, dice, "muy complicada". "En lo que se pueda ayudar hay que hacerlo. Allí tengo a mi hermano, mi sobrino y parte de la familia de mi mujer. Nos están esperando en diferentes fronteras", explica.

El convoy de regreso traerá a mujeres y a niños con los que ya se ha contactado previamente. Los hombres de 18 a 60 años, como los familiares de Antón, no podrán abandonar el país porque tienen que luchar en la guerra.

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