La factura de infraestructuras pendientes en el Pirineo para los Juegos suma 516 millones

Quedan por terminar las autovías y la modernización del Canfranc, entre otras infraestructuras.

Las obras de la variante de Sabiñánigo, en la A-23, siguen el ritmo previsto y podrían finalizar en 2023.
Las obras de la variante de Sabiñánigo, en la A-23, siguen el ritmo previsto y podrían finalizar en 2023.
Verónica Lacasa

La candidatura para los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030 ha despertado grandes expectativas en el Pirineo. Si el sueño se hiciera realidad, el Gobierno de España estaría más obligado que nunca a acelerar la finalización de la larga lista de infraestructuras carreteras y de ferrocarril que siguen pendientes en la provincia de Huesca. Para llegar a tiempo a esa fecha, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias deberían hacerse cargo de una factura de 516 millones de euros.

De ellos, unos 320 corresponden a las dos autovías del Pirineo A-23 y A-21 ya que, más de dos décadas después de haber puesto la primera piedra, aún faltan por poner en servicio 40 de los 130 km el eje Huesca-Jaca-Pamplona.

En la A-23, están ya muy avanzadas las obras de la variante de Sabiñánigo (6,9 km), pero en los Presupuestos Generales del Estado de 2023 faltarían por incluir 19,8 millones para acabar los trabajos, presupuestados en 64,5 millones. Además, recientemente el Ministerio dio un paso definitivo para impulsar el último tramo entre Lanave y Sabiñánigo Sur (8,7) aprobando provisionalmente y sometiendo a información pública el proyecto que pondrá fin al cuello de botella del acceso al puerto de Monrepós para poder licitarlo ya este año. Los PGE de 2022 solo incluyen 2 millones de los 96,3 en los que está presupuestada la obra. Hasta 2025 hay 50 millones comprometidos en los plurianuales, por lo que quedarían por garantizar otros 44,3.

En el caso de la A-21 también está muy adelantado el tramo Sigüés-Tiermas (6,5 km) y solo faltaría por incluir 5,2 millones en los próximos Presupuestos ya que hasta ahora ya se han abonado los 57 restantes. Sin embargo, sigue a la espera de licitación el tramo entre Puente La Reina y Fago (11,6), que tiene un coste estimado de 85 millones de euros.

Además, está pendiente de ejecución la variante de Jaca (8 km) para la que los PGE solo han contemplado 100.000 euros en 2022 por lo que no se puede licitar este año. Quedaría por comprometer pues los 115 millones de euros en los que están presupuestadas las obras. La Asociación Jaca Sin Perder el Norte tiene un proceso judicial abierto en la Audiencia Nacional para forzar que se modifique el trazado del proyecto.

Desde Jaca a Somport ya se descartó en su día la conversión del tramo de la N-330 en autovía aunque los alcaldes del valle han reactivado la reivindicación de acometer mejoras en esta carretera al haberse incrementado el tráfico con la apertura de los nuevos tramos de las autovías. El proyecto redactado en 2005 valoró las obras en 43 millones de euros e incluso superó la declaración de impacto ambiental, pero se quedó guardado en los cajones del Ministerio.

Otra de las autovías que está aún sin acabar es la A-22 en el tramo Huesca-Siétamo. Esta carretera conecta con Lérida y sería un eje fundamental de comunicación en una candidatura conjunta con Cataluña. Y aunque las obras están muy avanzadas, los PGE todavía han dejado 12,7 millones pendientes de pago para los años 2023 y 2024 de los 54,7 que cuesta en total el proyecto.

Todo el eje de la N-260

El valle de Benasque podría ser otro de los epicentros de unos hipotéticos Juegos. El Ministerio ya tiene en marcha los trabajos de mejora de la N-260 entre Campo y el Congosto del Ventamillo, que finalizarán a mediados de 2023. El presupuesto inicial de 35,7 millones se ha disparado en 13,7 más por culpa de los desprendimientos y para 2023 y 2024 se han dejado 12,7 pendientes de pagar.

El Eje Pirenaico (N-260) tiene otros dos proyectos pendientes: el tramo Balupor-Fiscal, que el año pasado superó el examen ambiental, aunque los PGE solo han incluido 270.000 euros en 2022 cuando el presupuesto se estima en 57 millones; y el que va de Castejón de Sos al límite con Lérida, todavía más olvidado.

Y la lista se completa con la N-230, tanto su conversión en la autovía A-14 hasta Benabarre y la mejora integral de allí a Sopeira. En ambos casos, los proyectos también están bloqueados y con partidas testimoniales en los PGE.

Mientras, el ADIF todavía no ha iniciado las obras de los 81,7 km pendientes de modernizar entre Huesca y Canfranc y cuyo coste se estima en 79,5 millones de euros. En los PGE de este año solo se ha incluido una partida de 9,5 por lo que faltarían por comprometer otros 70. De cumplir los plazos, la línea podría estar lista para su reapertura antes de 2030 a expensas de la renovación que debe acometer Francia y de la adaptación del túnel de Somport, cuyas obras no comenzarían hasta 2025.

Estas son las carreteras pendientes:

A-23. Lanave-Sabiñánigo Sur (96,3 millones). Sin licitar.

A-23. Variante de Sabiñánigo (19,8 para acabar las obras).

A-21. Puente La Reina-Fago (85 millones). Sin licitar.

A-21. Sigüés-Tiermas (5,2 millones para acabar las obras).

A-23/A-21. Variante de Jaca (115 millones). Sin licitar.

N-330. Jaca-Somport (43 millones de euros). Sin licitar.

A-22. Huesca-Siétamo (12,7 millones para acabar la obra).

N-260. Campo-Ventamillo (12,7 millones para acabarlo).

N-260. Balupor-Fiscal (57 millones). Sin licitar.

N-230. Conversión de la A-14 entre Alfarrás y Benabarre y mejora integral desde allí a Sopeira (sin presupuestar).

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