El historiador que se topó con las iglesias del Serrablo hace 100 años y las salvó de la ruina

Se cumple un siglo desde que el zaragozano Rafael Sánchez Ventura descubrió un patrimonio monumental a orillas del Gállego, entonces en ruinas y a punto de desaparecer.

Aspecto que presentaban antes y después de su restauración las iglesias de San Juan de Busa (arriba) y Lárrede.
Aspecto que presentaban antes y después de su restauración las iglesias de San Juan de Busa (arriba) y Lárrede.
Amigos del Serrablo

El verano de 1922 cambió la historia del arte en el Serrablo. El zaragozano Rafael Sánchez Ventura descubrió las iglesias ubicadas a la orilla del río Gállego. Un hecho vital que además fue el origen de la asociación Amigos de Serrablo, gracias a la cual los 19 templos de ese territorio siguen en pie, tras las labores de recuperación, consolidación y restauración llevados a cabo en los últimos 50 años. Un trabajo, asegura el historiador Domingo Buesa, "casi más meritorio que el propio descubrimiento", ya que sin su intervención estarían en ruinas o desaparecidas.

Sánchez Ventura veraneaba en La Pardina, en Sabiñánigo, y en una de sus excursiones se topó con San Pedro de Lárrede. Dicen que se quedó atónito, ya que no se parecía a nada conocido en la arquitectura medieval de Occidente. Fue 11 años después, en 1933, cuando saltan al mundo científico gracias al estudio detallado de este historiador, en colaboración con Íñiguez Almech, en el ‘Anuario Español de Arte y Arqueología’. Fruto del mismo se restauró Lárrede y se declaró monumento nacional.

Miembros de la asociación de Amigos del Serrablo en la iglesia de Lárrede. De izquierda a derecha, Eduardo López, Alfredo Gavín, Pilara Piedrafita, María Jesús Gavín, Antonio Aliende y Leonardo Puértolas.
Miembros de la asociación de Amigos del Serrablo en la iglesia de Lárrede. De izquierda a derecha, Eduardo López, Alfredo Gavín, Pilara Piedrafita, María Jesús Gavín, Antonio Aliende y Leonardo Puértolas.
Laura Zamboraín

Mucho se ha escrito desde entonces sobre su adscripción al arte mozárabe o románico. "En 1933 interesa al régimen potenciar los estudios de arte mozárabe", explica Buesa. Son iglesias "raras" y nadie las vincula con claridad. "Hasta que en 1966, el historiador Antonio Durán Gudiol da por primera vez una cronología firme y dice que se construyeron entre el 950 y el 1020". En 1973, en ‘Arte Altoaragonés’, señala que son mozárabes, pero en 1982 otras publicaciones dicen que son románicas (se pueden situar en el reinado de Ramiro I, en los orígenes del Reino de Aragón). "Se abre la polémica entre los que opinan una cosa y otra", indica Buesa.

Él escribió con Durán Gudiol la primera guía monumental y artística de Serrablo en 1978 defendiendo la tesis mozárabe. "Yo posteriormente, en otras publicaciones, entro a valorar que tienen elementos mozárabes, como las torres que recuerdan los alminares musulmanes, y elementos decorativos aplicables al mundo musulmán". No obstante, añade, cuando se entra por ejemplo a la iglesia de Lárrede, "no notas ese espacio muy compartimentado característico del arte mozárabe, es un espacio único, como en San Juan de Busa, que podría ser más románico". Lo que sí está claro es que la construcción se debe al proceso de cristianización de esas zonas en el siglo X.

El papel de la asociación y la deuda con Sánchez Ventura

Cuando se descubrieron, las iglesias se encontraban en un estado lamentable. Gracias a la asociación Amigos de Serrablo, con Julio Gavín y Durán Gudiol a la cabeza, se restauran. Según explica la actual presidenta, Pilara Piedrafita, se ha intervenido en las 19, aunque no están todas abiertas al público. Algunas se enseñan en las visitas guiadas de la Comarca del Alto Gállego (Lárrede, San Juan de Busa y Oliván). Otras las muestran voluntarios. Pero la idea es encontrar un sistema, aplicando las nuevas tecnologías que permita verlas en cualquier momento.

Amigos de Serrablo celebró en 2021 sus 50 años de vida. Nació en 1971 con el objetivo de recuperar este grupo de iglesias medievales en ruinas y a punto de desaparecer. La celebración continuará hasta agosto de 2022, al cumplirse un siglo del descubrimiento. La asociación también quiere cerrar "una deuda" con Sánchez Ventura y junto con el barrio de Santiago de Sabiñánigo ha solicitado al ayuntamiento que un espacio ajardinado le rinda homenaje. Es "de justicia", dicen, reconocer a una persona desconocida para parte de la ciudadanía, pero que puso los pilares de un trabajo de recuperación continuado por Durán Gudiol.

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