El montañero vasco fallecido se despeñó 500 m cuando avanzaba con crampones y piolet por una ladera helada del Aspe

La Guardia Civil advierte de que en el Pirineo occidental hay muchas zonas de hielo por encima de los 2.200 m y "se corre el riesgo de sufrir accidentes muy graves como los que han ocurrido en los últimos días".

Los especialistas de la Guardia Civil localizaron el cuerpo del montañero en una ladera helada del Aspe.
Los especialistas de la Guardia Civil localizaron el cuerpo del montañero en una ladera helada del Aspe.
Guardia Civil

El montañero vasco fallecido el sábado en el pico Aspe, en Ansó, se despeñó 500 metros cuando avanzaba con crampones y piolet por una ladera helada. Así lo ha confirmado este domingo la Guardia Civil, que ha dado más detalles del fatal accidente. La víctima, según el Diario Vasco, es Fermín Caminos, un joven de 26 años y natural y residente en la localidad guipuzcoana de Berastegi.

El 112 trasladó a la central del 062 sobre las 13.50 un aviso de que una persona se había precipitado ladera abajo en el pico Aspe y que los comunicantes lo habían perdido de vista y no sabían donde había caído. 

Inmediatamente se dirigieron al lugar especialistas del Sereim de la Guardia Civil de Jaca, el helicóptero de la Unidad Aérea de Huesca y un médico del 061. Tras llegar a la zona, realizaron una primera búsqueda visual sin éxito, teniendo que dar varias pasadas hasta que finalmente localizaron al montañero a unos 2.200 metros de altitud.

La Guardia Civil advierte de que en el Pirineo occidental hay muchas zonas de hielo por encima de los 2.200 m y "se corre el grave riesgo de sufrir accidentes muy graves como los que han ocurrido en los últimos días".

El helicóptero dejó a los especialistas en el lugar, teniendo que descender de la aeronave con muchísima precaución debido a que la superficie estaba muy helada y peligrosa para progresar hasta el accidentado, incluso haciendo uso de crampones. Una vez llegaron hasta él únicamente pudieron confirmar su muerte, dado que tenía lesiones incompatibles con la vida.

El fallecido se encontraba realizando la ascensión al pico Aspe por su ruta normal de la cara norte, con la intención de descender esquiando por el lado sur. En el momento del accidente, progresaba con piolet y crampones por una ladera helada y en un momento dado, por causas que están por determinar, se precipitó unos 350 metros, recorriendo unos 500 metros de distancia.

La Guardia Civil de Huesca ha vuelto a alertar del peligroso estado de la nieve por la combinación en días precedentes de abundantes lluvias y el posterior rehielo por las bajas temperaturas muy por debajo de los cero grados, sobre todo en cotas inferiores a los 2.200 metros de altitud del Pirineo más occidental. Todo ello ha propiciado que la superficie nevada en todas estas zonas se encuentre muy dura y en muchas zonas con una capa de hielo superficial "que exige prestar especial atención en la elección de itinerarios adecuados, al progresar por este tipo de terreno así como el uso adecuado del material de progresión (crampones, piolet y casco), de lo contrario se corre el riesgo de sufrir accidentes con consecuencias muy graves como los que han ocurrido en los últimos días", recalcan. 

El propio Luis Alberto Hernando, triple campeón del mundo de 'trail running’ y miembro del Greim de la Guardia Civil, ha hecho también un llamamiento a la prudencia a través de sus redes sociales recomendando dejar para otro fin de semana la práctica del esquí de montaña porque la mala situación del monte.

Desde la Guardia Civil aseguran que estas especiales circunstancias son similares en el vecino Pirineo francés, donde los servicios de rescate en montaña (Pelotón de Alta Montaña de la Gendarmería Nacional Francesa con base en Olorón) están lanzando advertencias parecidas a través de sus redes sociales. De hecho, el pasado miércoles una senderista española de 66 años murió en el pico de Midi d'Ossau cuando caminaba con raquetas, resbaló y cayó en un arroyo cubierto de nieve sufriendo lesiones en el cráneo.

Rescatan a un cazador tras una caída y a dos montañeras extraviadas

Por otra parte, la Guardia Civil también rescató el sábado a un cazador de 74 años herido tras sufrir una caída de unos 30 metros en Sabiñánigo y a dos montañeras de 43 y 49 años, vecinas de Guipúzcoa, que se perdieron de noche en la Selva de Oza

A las 14.54 recibieron un aviso de un accidente de un cazador en el Barranco de Batiello (Sabiñánigo). Se dirigió al lugar personal del Sereim de Jaca junto con la Unidad Aérea de Huesca y un médico del 061. Una vez localizado, el herido es atendido y estabilizado por el sanitario, siendo evacuado del lugar mediante un clico de grúa para ser trasladado por el helicóptero al Hospital San Jorge de Huesca. El accidentado estaba cazando cuando se precipito unos 30 metros produciéndose lesiones graves. Se trata de un hombre de 74 años vecino de Sabiñánigo.

De madrugada llegó otra llamada a través del 112 informando de que dos montañeras habían salido a las 8.00 del viernes para ascender al pico Castillo de Acher (Hecho) desde la Selva de Oza y todavía no habían contactado con sus familiares. Acudió personal del Sereim de Jaca en vehículo oficial. Tras localizar el coche de de las montañeras estacionado en la Selva de Oza comenzaron a pie el recorrido que habrían realizado, observando unas señales luminosas en un collado, por lo que se dirigieron a ese punto y tras dos horas y media de ascenso, las encontraron.

Estaban fuera de la senda, en una zona de barranco y con síntomas de hipotermia debido a las bajas temperaturas y agotamiento. Tras proporcionarles bebida caliente, alimentos y ropa de abrigo y comprobar que se encontraban en condiciones de poder realizar el descenso, iniciaron el mismo, llegando al lugar donde se encontraba su vehículo estacionado sobre las 2.30 de la madrugada. 

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