El día que dos joteros de Huesca sacaron a hombros a Manolo Santana en Nueva York tras ganar el US Open de 1965

El Grupo de Coros y Danzas de Huesca, que representaba al folclore español en la Feria Mundial, acudió a la final del torneo y celebró por todo lo alto el éxito del tenista español. 

Enrique Laguarta muestra el recorte del periódico New York Post que recogió el momento en el que, ataviados de joteros, llevaron a hombros a Manolo Santana tras su victoria en el US Open de 1965.
Enrique Laguarta muestra el recorte del periódico New York Post que recogió el momento en el que, ataviados de joteros, llevaron a hombros a Manolo Santana tras su victoria en el US Open de 1965.
Rafael Gobantes

El mundo del deporte ha despedido el pasado fin de semana a Manolo Santana, una de las leyendas del tenis español que murió el sábado a los 83 años de edad. En su larga lista de éxitos figuran cuatro Grand Slams y, entre ellos, el US Open de 1965. Una victoria ante el sudafricano Cliff Drysdale (6-2, 7-9, 7-5 y 6-1) en la que se coló el protagonismo oscense ya que los miembros del Grupo de Coros y Danzas de Huesca, que se encontraba por aquel entonces en Nueva York representando al folclore español en la Feria Mundial, le sacaron a hombros ataviados de joteros

Los medios de comunicación estadounidenses retrataron aquel momento y Enrique Laguarta, uno de los bailadores de aquel grupo, guarda como un tesoro el recorte que le mandaron del New York Post con la foto de él mismo y su compañero Pepe Artieda, ya fallecido, llevando a hombros a Santana por la pista de Forest Hills

Este comisario de la Policía Nacional ya jubilado estaba estudiando Magisterio y en una de las actividades extraescolares se les ofreció la posibilidad de aprender a bailar la jota con Pepe Ruiz y Josefina Montull. "Al principio era solo por diversión, pero un día en 1964, nos propusieron a través de la Sección Femenina hacer un viaje a la Feria Mundial de Nueva York y nos fuimos tres meses. Además, al año siguiente repetimos", explica Enrique Laguarta. Allí estuvieron bailando todos los días alternando media hora de actuación y media de descanso con otros grupos folclóricos de distintos lugares de España. "Le dábamos mucho colorido al pabellón del España", asegura.

Aunque fueron a eventos de todo tipo, una de las actividades que más recuerda Laguarta durante su estancia en Nueva York fue la final del US Open. "Yo de tenis no sabía más que una pista que había visto en San Jorge, nada más", reconoce. Acudió todo el grupo con los trajes y vestidos de baturros: las bailadoras María Elena Gállego, Aurora Val, Maribel Ferreiro, Ana Ochoa, María José Escartín y Elisa Mingarro; los bailadores Pepe Artieda, Toni Cabestre, Fernando Morlán y Enrique Laguarta; el cantador Víctor Lera; y la rondalla formada por Evaristo Reula, Jesús Banzo y Antonio Marco

"Éramos una tracción para el público", afirma Laguarta que, junto a sus compañeros, no pararon de animar todo el partido con gritos de "¡Manolo!". "El juez de silla nos mandaba callar primero en inglés pero como veía que no le hacíamos mucho caso, lo aprendió a decir en castellano también", relata. 

Después de recibir el trofeo de manos del senador Robert Kennedy, hermano de JFK, decidieron saltar a la pista para celebrarlo con el tenista español. "Nos tuvimos que abrir camino entre codazos y empujones porque la Policía no nos dejaba. Pero al final pudimos cogerlo y lo llevamos a hombros hasta el vestuario", afirma Laguarta, quien agradece que Manolo Santana "estuvo muy cariñoso con nosotros".

Recorte del periódico New York Post del momento en el que, ataviados de joteros, Enrique Laguarta y Pepe Artieda llevaron a hombros a Manolo Santana tras su victoria en el US Open de 1965.
Recorte del periódico New York Post del momento en el que, ataviados de joteros, Enrique Laguarta y Pepe Artieda llevaron a hombros a Manolo Santana tras su victoria en el US Open de 1965.
Rafael Gobantes

Cuentan las crónicas que el partido estuvo suspendido cerca de una hora por la lluvia y que los componentes del Grupo de Coros y Danzas de Huesca amenizaron la espera con sus jotas ante la sorpresa del público. Entre los espectadores también había bailarines andaluces de un tablao flamenco y tunos de la Universidad de Barcelona "aunque habían salido de fiesta la noche anterior y solo llegaron tres al partido", recuerda Laguarta.

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