Las restricciones que durante muchos meses han sufrido los templos religiosos por culpa de la pandemia se han dejado notar en las arcas de la diócesis de Huesca, que el año pasado recibió un 23% menos de aportaciones voluntarias de los fieles y de quienes aprecian la labor de la iglesia, es decir, de limosnas depositadas en las 210 parroquias, el Seminario y el Obispado y también para Cáritas, Manos Unidas y Misiones, pasando de 1.680.274 a 1.294.436 euros. De hecho, esta fue la principal causa de que los ingresos globales se recortaran un 13% (de 4.341.863 a 3.776.729 euros). En lo que va de año, sin embargo, la tendencia apunta a que se recuperarán de nuevo las cifras de 2019.

Así lo refleja el balance presentado con motivo de la celebración el próximo domingo 7 de noviembre del Día de la Iglesia Diocesana. La colecta que se realice en todas las eucaristías se destinará a colaborar en el sostenimiento de la Diócesis de Huesca. "Es un día para recordar que juntos logramos una parroquia viva, comprometida, apasionada por Jesucristo y entregada a los demás. Pero la labor de la Iglesia va más allá de un día y un lugar", destacan, al tiempo que hacen un llamamiento a colaborar ofreciendo "tu tiempo, tus cualidades, tu donativo y tu oración".

Otro de los principales ingresos de la diócesis, procedente de la asignación tributaria (el 0,7% de la 'x' voluntaria del IRPF) se incrementó ligeramente, de 1,204.030 a 1.213.140 euros). El resto correspondieron a patrimonio y otras actividades (107.636), a otros ingresos corrientes (1.159.833) y a otros extraordinarios (1.133).

Los gastos ascendieron a 3.744.629 euros, por lo que dejó un saldo positivo de 32.100,41 euros. El 50,26% de estos gastos se dedicaron a acciones pastorales y asistenciales (1.882.013,55 euros): programas asistenciales de Cáritas, proyectos de Manos Unidas y Misiones, casa sacerdotal diocesana, Centro Diocesano de Orientación Familiar, aportación para proyectos “Mateo 25” y otras instituciones y actividades pastorales de las parroquias y de las delegaciones diocesanas. Para la conservación de edificios y gastos de funcionamiento se destinó el 24,89% (932.113,32 euros), el 14,72% a los agentes de pastoral (551.395,31 euros), el 4,44% a la retribución del personal seglar, el 2,07% a aportaciones a los centros de formación y el 2,62% a gastos extraordinarios.

Las restricciones en las celebraciones de cultos, con los templos cerrados y aforos limitados, también provocaron un notable descenso de los bautizos (de 258 a 96), bodas (de 75 a 21), primeras comuniones (de 333 a 261), mientras que las confirmaciones crecieron (de 148 a 160). Por contra, la pandemia también disparó las extremaunciones el año pasado (de 765 a 927).

La diócesis de Huesca tiene seis centros católicos concertados (un jardín de infancia, cuatro concertados de primaria y secundaria y un privado de bachiller) en los que se atendió a 2.695 alumnos y 204 personas que componen el personal docente. Para su actividad pastoral y evangelizadora, cuenta con 62 sacerdotes, 210 parroquias, 158 catequistas, un seminarista, 168 religiosos y religiosas, cuatro monasterios, 12 misioneros y 44 monjas y monjes de clausura.

En los tres centros para promover el trabajo se atendió a 1.079 personas y en los 17 centros para mitigar la pobreza, a 9.674. Hay asimismo un centro de menores y jóvenes y otros para la tutela de la infancia con 190 personas atendidas; dos centros para la defensa de la vida y la familia (153), un centro de rehabilitación para drogodependientes (213), tres casas para ancianos, enfermos crónicos y personas con discapacidad (331), dos centros para la promoción de la mujer y víctimas de violencia (110) y dos centros culturales (154).

Entre los 32 centros atendieron a 11.924 personas. Se cuenta con 762 voluntarios: 559 en Cáritas, 11 en Cruz Blanca, 22 en las Conferencias de san Vicente de Paúl, 8 en el Centro de Solidaridad Interdiocesano y 60 en Manos Unidas. La diócesis posee 34 bienes inmuebles de interés cultural y 18 proyectos de construcción y rehabilitación.