Los primeros yaks domésticos de España están en Orós Bajo

A simple vista parecen vacas peludas, pero no lo son. Bien lo sabe Ricardo Azón, ganadero de Borda Matías, en Orós Bajo (Biescas) que tras muchos años dándole vueltas se ha decidido y ha traído a Aragón dos hembras y un macho jóvenes para poder iniciar la reproducción.

Primeros ejemplares de yaks domésticos, en una ganadería de Orós Bajo
Primeros ejemplares de yaks domésticos, en una ganadería de Orós Bajo
L. Zamboráin

La ganadería de Borda Matías, de Orós Bajo (Biescas), cuenta desde hace unos días con nuevos inquilinos: los primeros yaks domésticos de España. A simple vista, parecen pequeñas vacas peludas, pero su cola es diferente, más parecida a la de un caballo y tienen también una cruz más prominente, como una pequeña joroba. Los pesos oscilan entre los 300 kilos de las hembras y los 500 ó 600 de los machos adultos.

“Después de muchos años dándole vueltas, por fin hemos conseguido traer unos ejemplares” explica Ricardo Azón, ganadero de esta explotación de Orós Bajo. Tras muchos intentos por contactar con criadores de países europeos, donde principalmente se cría, como en Alemania, Austria y Suiza, “conseguimos conocer a unos ganaderos franceses, procedentes del Macizo Central, donde los criaban desde hacía una década, a partir de animales austríacos y suizos”, subraya. Tras varias visitas a esa ganadería, “nos cautivaron y decidimos intentar traerlos a nuestra granja, iniciando el primer rebaño en nuestro país”.

“Estamos más acostumbrados a verlos en los documentales, en el Himalaya, y son primos hermanos de las vacas. Están muy próximos genéticamente e incluso puede haber híbridos”. Este animal “está adaptado a climas y altitudes extremas, de hecho de dice que están en el techo del mundo”, añade Azón.

En concreto, a Orós bajo han llegado dos hembras y un macho jóvenes y sin parentesco para poder iniciar la reproducción de esta especie en tierras oscenses, aunque está prevista la incorporación de algún animal más a corto plazo. El ganadero señala que son animales muy sociables y curiosos, cuya adaptación “ha sido perfecta”, sin ningún problema más allá del establecimiento de la jerarquía en el rebaño, ya que procedían de manadas diferentes.

Los primeros yaks domésticos de España son de color negro, “aunque el macho tiene un toque plateado”. Los tonos más habituales son los oscuros aunque los hay grises, marrones y pintos.

"Establecer un rebaño de cría de esta especie en España y contribuir a su difusión"

El objetivo de la importación es “establecer un rebaño de cría de esta especie en el país, contribuir a su difusión y al conocimiento de sus productos, especialmente carne y lana”. Son animales “multiusos” tal y como destaca Azón. En sus zonas de origen, son el motor de la vida para las comunidades que los crían, ya que le suministran todo lo necesario para la supervivencia en ambientes extremos: combustible (estiércol seco), carne, leche, lana y trabajo, tanto carga, montura o labores agrícolas. En los países occidentales, se cría principalmente para la obtención de carne y algo también por su lana y como animal de carga en rutas de montaña.

El yak es un animal de crecimiento lento y su cría y engorde suele realizarse únicamente a pasto. Ofrece carnes con poca grasa, aunque infiltrada, y baja en colesterol. Son carnes rojas, hechas, y con un ligero sabor a caza, ideales para guisos, salchichas y hamburguesas. Para obtener su lana, deben cepillarse en primavera que es cuando se desprenden de su capa interior de pelo. Este pelo interior es una de las fibras más finas, cálidas y ligeras del planeta y empieza a ser muy apreciada en la industria de la moda, también como apoyo a las comunidades productoras del Tíbet y Mongolia.

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