Derribada una casa del siglo XV en la antigua judería de Huesca

Los propietarios aseguran que se reconstruirá la fachada, tal y como se les exigía. El Ayuntamiento avala la legalidad de las obras tras realizar una inspeccion técnica.

El edificio, donde algunos estudiosos sitúan una antigua sinagoga, tras el derribo de la fachada.
El edificio, donde algunos estudiosos sitúan una antigua sinagoga, tras el derribo de la fachada.
Verónica Lacasa

El número 25 de la calle San Jorge de Huesca, un histórico edificio del siglo XV donde algunos estudiosos situaban una antigua sinagoga, ha quedado reducido a escombros por las obras de construcción de una vivienda unifamiliar. El propietario del edificio, que es a la vez el arquitecto, asegura que reconstruirá la fachada derribada a principios de semana, siguiendo las prescripciones impuestas en el proyecto de edificación y que para ello ha guardado tejas y ladrillos. 

El departamento de Educación y Cultura del Gobierno de Aragón ha anunciado que estudiará la situación del inmueble y adoptará "las acciones oportunas si se comprueba que no se han cumplido las especificaciones solicitadas". Por su parte, el Ayuntamiento de Huesca avala la legalidad de las obras.

Su anterior propietario era la Universidad de Zaragoza. Iba a construir aquí un centro sociocultural, pero su remodelación requería una gran inversión y finalmente lo vendió a un particular. El inmueble, de 112 metros cuadrados, cuyo uso debe ser el de vivienda, está situado entre el Coso y la avenida del Parque, en la zona conocida como Barrionuevo, donde se localizó la antigua judería de Huesca. Está catalogado con el nivel de protección 3 que implica algunos condicionantes, como un estudio arqueológico.

Según el departamento aragonés de Cultura, se plantearon dudas sobre si este edificio podría tratarse de la sinagoga menor de Huesca. Por este motivo, se pidió protección de BIC en 2017 que finalmente se denegó a la vista del informe técnico. Este concluyó que se había llevado a cabo una profunda alteración que, entre otras cosas, había provocado la desaparición de la posible primitiva compartimentación del edificio original. Además, no existían restos que pudieran ser vinculados a la existencia en dicho solar de una sinagoga.

Una vez conocido el informe, la Comisión Provincial de Patrimonio estableció que, en el caso de que se hiciera cualquier intervención sería precisa una prospección arqueológica. En febrero de 2020 se planteó un proyecto de edificación que fue aprobado por la Comisión Provincial de Patrimonio con la especificación de realizar "una restauración fidedigna de las fábricas de la fachada a la calle, respetando los materiales y rejuntados originales". Además, en el proyecto de obra presentado a la Comisión de Patrimonio, a instancias del Ayuntamiento de Huesca, se incluía la conservación de la fachada.

Por su parte, fuentes cercanas al actual propietario defienden la legalidad de la actuación porque se reconstruirá la fachada, que estaba en muy mal estado. Según han asegurado, este miércoles se han personado en la obra técnicos municipales y se les ha dado pruebas de la conservación de las tejas y los ladrillos. Además, el dueño tiene la intención de volver a montar el arco original de la puerta, alterado por la colocación de una viga para sujetarlo. "La fachada quedará tal y como estaba", garantizan. 

Esta es la idea que han transmitido al Ayuntamiento de Huesca. Fuentes municipales indicaron que en verano ya se instaló un andamiaje porque se temía el colapso de la fachada. La protección de grado P3 está condicionada precisamente a la existencia de un riego para la seguridad. Se incluyen en él los edificios con considerables valores arquitectónicos o históricos en su configuración exterior, y que poseen una tipología y composición arquitectónica interior adecuada, o fácilmente adaptable a nuevos usos urbanísticamente convenientes, pero sin llegar a poseer en esta organización interior valores suficientes para justificar su protección integral.

La concejala de Urbanismo, María Rodrigo, ha explicado que el proyecto recibió el visto bueno municipal con unas condiciones "muy claras" por su consideración de P3. Pese a que el Gobierno de Aragón no decretó protección alguna sobre el edificio, el Ayuntamiento trasladó el expediente a la Comisión Provincial de Patrimonio, que dictaminó favorablemente con una serie de recomendaciones sobre los materiales constructivos a utilizar. 

Las obras comenzaron el pasado 19 de septiembre. Este jueves, el Ayuntamiento ha enviado a técnicos de disciplina urbanística y al arquitecto responsable de la licencia para revisarlas y comprobar si eran conformes a la licencia, una vez que se ha sabido que parte de la fachada, donde estaba el arco, se encontraba en el suelo. Según el informe técnico, "vistas las obras, se ajustan a lo recogido en el proyecto y a las exigencias urbanísticas municipales". 

La concejala ha aclarado que solo se ha "desmontado" un tercio de la fachada, la correspondiente al arco. "Si se va a reconstruir, hay que quitarlo", ha señalado María Rodrigo, mientras que el material de la pared principal, tejas y ladrillo, "está amontonado allí y se recuperará". Afirma además que se contrató a un arqueólogo. 

Pese a todo, en la ciudad ya han surgido voces críticas con la actuación de derribo y el papel de las administraciones. La Plataforma para la Defensa del Patrimonio de Huesca, que lucha para evitar el derribo de parte del antiguo Seminario, lamenta la destrucción de la fachada y critica "la pasividad, inacción y desprecio al patrimonio por parte de las administraciones implicadas: Ayuntamiento, Comisión Provincial de Patrimonio y DGA". 

"Seiscientos años ha resistido la fachada de la calle San Jorge n.º 25 hasta que una potente pala excavadora la ha derribado en unos pocos minutos. Un proyecto autorizado como rehabilitación de vivienda unifamiliar se ha convertido en demolición de un inmueble histórico", ha señalado la plataforma, que se ha dirigido a la Dirección General de Patrimonio solicitando protección para el conjunto edificado entre los números 25 y 29 dado que a su juicio posee valores materiales e inmateriales de gran interés para la ciudad. Pese a ello, añade, "la tercera parte de lo construido, inexplicablemente, ha terminado en una escombrera". Esta cuestión ya la resolvió la administración, que denegó la protección BIC por las numerosas alteraciones de la edificación original.   

Por su parte, para Sonia Alastruey, coordinadora de Chunta Aragonesista en Huesca, resulta "evidente" que ni se ha respetado el proyecto de edificación ni lo dictaminado por la Comisión Provincial de Patrimonio y pide "paralizar las obras, denunciar a quienes han llevado a cabo semejante tropelía, y obligar a reconstruir la fachada exterior igual que estaba". Alastruey lamenta que la piqueta se haya llevado por delante "la vivienda más antigua que quedaba en pie en nuestra ciudad, datada de finales del siglo XV situada en la antigua judería y que pudo albergar la sinagoga menor".

La concejala de Urbanismo ha cuestionado que la vivienda más antigua de Huesca esté "extramuros" y ha reaccionado contra las críticas, consideradas "aventuradas", a la vista del informe técnico de hoy. Valora además el "esfuerzo de unos particulares por reconstruir una casa" que se estaba deteriorando. 

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