Huesca recobra su espíritu más laurentino con los homenajes a los sanitarios y a La Confianza

El alcalde confía en recuperar San Lorenzo en 2022 "y que nos podamos volcar en unas fiestas extraordinarias".

Representantes de los sanitarios y de Ultramarinos La Confianza, con sus reconocimientos.
Representantes de los sanitarios y de Ultramarinos La Confianza, con sus reconocimientos.
Rafael Gobantes

Las fiestas de San Lorenzo están suspendidas por segundo año seguido, pero este viernes  la ciudad de Huesca se ha tomado una pequeña licencia en vísperas de la semana grande para recobrar su espíritu más laurentino rindiendo homenaje a los sanitarios "por cumplir con su obligación y compromiso de salvar vidas a riesgo de las suyas" durante la pandemia y a Ultramarinos La Confianza, un histórico comercio que ha cumplido ya 150 años.

El Ayuntamiento trasladó el acto de entrega de la Parrilla de Oro que se celebra en el Salón del Justicia cada mañana del 9 de agosto al Palacio de Congresos ante un aforo limitado a solo 200 invitados y con la música de Ensemble Bolskan Y es que, como destacó el alcalde, "aunque no haya fiestas por segundo año, sí que tiene que haber elementos laurentinos en el espíritu de los oscenses". Aun así, Luis Felipe mostró su deseo de que en 2022 regrese San Lorenzo "y nos podamos volcar en unas fiestas extraordinarias que vuelvan a ser referencia a nivel nacional".

El alcalde entregó esta "merecida" distinción "por mantener la esencia durante 150 años y proteger el patrimonio" a María Jesús Sanvicente y a su hijo, Víctor Villacampa, que subieron al escenario vestidos de blanco y verde entre una sonora ovación.

Ambos afirmaron sentir "mucha responsabilidad por recibir algo de lo que no somos artífices si no de los maestros que nos han enseñado y dejado este legado" y dieron las gracias a "tantos clientes, amigos, vecinos y comerciales que lo han hecho posible".

Confesaron que será triste no poder disfrutar de San Lorenzo en uno de los centros neurálgicos de la fiesta, la plaza López Allué, "porque en mis 75 años, yo nunca he faltado", recalcó María Jesús. Echarán de menos especialmente la Fiesta del Comercio con los Danzantes, además de los singulares escaparates que montan para esta semana laurentina y que este año serán simbólicos "para no alentar a la fiesta", señaló Víctor, que dedicó el reconocimiento a su padre, Antonio, y a sus abuelos, Víctor y Carmen.

La familia de la Confianza tuvo doble protagonismo ya que la médico internista del hospital San Jorge Teresa Omiste, sobrina de María Jesús Sanvicente, recogió la placa de homenaje a los sanitarios junto al director gerente de los sectores de Huesca y Barbastro, José Ignacio Castaño, a la enfermera Miriam Cabellud, a la encargada de limpieza Laura Calvo y al celador y jefe de personal subalterno Fernando Martín.

Llamada a la prudencia para las 'no fiestas'

Omiste confesó estar "emocionada" por este homenaje "a los dos pilares más importantes de mi vida, la familia y el trabajo". Y manifestó estar "orgullosa" de representar a todo el personal sanitario "que quizá hemos visto la parte más cruel de la pandemia aunque siempre hemos tratado de curar y aliviar a nuestros enfermos y tratar de transmitirles todo el cariño que nos mandaban sus familias por teléfono con nuestras miradas, gestos, abrazos llenos de plásticos y manos enguantada". Reconoció que están "cansados" porque no esperaban un repunte así este verano y por ello lanzó un mensaje de precaución pero también "de esperanza en que algún día terminará".

José Ignacio Castaño agradeció el esfuerzo durante estos últimos 17 meses de todos los trabajadores del Servicio Aragonés de la Salud "porque los centros han estado sometidos a un estrés funcional como nunca y gracias a la colaboración de todos los profesionales hemos podido salir adelante". Y coincidió en esa llamada a prudencia "porque cada poco tiempo aparece una nueva ola y hay que mantenerse alerta".

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