De las tirolinas al kitesurf: nuevas disciplinas que exigen especialistas

El Inaem encarga a la empresa Prames un estudio sobre las necesidades formativas en las actividades de montaña y naturaleza, un sector que genera cada año más de 1.000 empleos directos en Aragón.

Clase práctica de una formación de primeros auxilios, realizada esta semana en el río Gállego. A lo largo del descenso se van desarrollando diferentes escenarios en los que unos participantes hacen de rescatadores y otros de víctimas
Clase práctica de una formación de primeros auxilios, realizada esta semana en el río Gállego. A lo largo del descenso se van desarrollando diferentes escenarios en los que unos participantes hacen de rescatadores y otros de víctimas
Rebeca Cárdenas

Cuando Aragón aprobó a principios de año el Reglamento de Turismo Activo existían en la Comunidad Autónoma 339 empresas (230 en Huesca, 42 en Teruel y 67 en Zaragoza) dedicadas a realizar ejercicios de recreo, deportivos y de aventura en la naturaleza en los que el riesgo es un factor inherente. En años anteriores a la crisis del covid supusieron la creación de más de 1.000 empleos directos en temporada y la práctica de 187.000 actividades guiadas (sin contar las del esquí, la estrella del sector). Las aguas bravas, los barrancos, las ascensiones a la montaña y hasta 52 modalidades distintas generaron una facturación de entre 10 y 12 millones de euros, para un gasto repercutido de unos 40 millones de euros, según datos del Gobierno de Aragón.

El turismo de aventura no deja de crecer con nuevas modalidades. Solo en la nieve, existe el esquí alpino, de fondo, de montaña, excursiones con raquetas, tiro de trineo con perros o motos de nieve. La montaña mueve escalada en hielo, en roca, rocódromo, senderismo, travesía, marcha nórdica, vías ferratas, puenting, tirolina o arborismo. Y el agua, piragüismo, rafting, hidrospeed, kitesurf, paddle surf, flyboard, esferismo… Algunas difíciles de saber incluso en qué consisten.

Los estudios del mercado de trabajo hablan de una tendencia creciente de contratación en la cultura del ocio y el entretenimiento en la naturaleza a la vez que apuntan una debilidad: la falta de profesionales con formación elevada, con el consiguiente riesgo de intrusismo.

Por ello, el Instituto Aragonés de Empleo (Inaem) ha puesto en marcha un proyecto para la mejora de la formación, consciente del papel estratégico del sector, encargando a la empresa Prames un estudio sobre las necesidades de los profesionales del turismo de aventura y de las actividades en la montaña y los entornos naturales.

Una gran cantera

El centro de formación del Inaem de Huesca es una gran cantera que lleva tiempo trabajando en proporcionar enseñanza especializada y en habilitar a los profesionales de la montaña y la naturaleza, señala el director del Instituto Aragonés de Empleo, Raúl Camarón, "pero queremos profundizar, porque nos lo pide el tejido empresarial". En este sentido, recuerda la existencia del foro de prospección, donde participan agentes sociales o expertos de la Universidad, "para ajustar la demanda y la oferta con políticas activas de empleo". "Sabemos que en Huesca mucha gente vive del turismo de aventura y por ello queremos poner en el mercado formación relacionada con él", declara.

Como ejemplo del músculo de este sector, el director del Inaem cita los casi 2.000 contratos realizados entre enero y mayo del 2019, o los 500 del plan Remonta dirigido a desempleados de las comarcas turísticas afectadas por el parón económico de los confinamientos.

El Centro de Formación para el Empleo (CFE) del Inaem de Huesca se ha convertido en referente nacional en las enseñanzas de turismo activo. Lo ha demostrado en los últimos años con su apuesta por los cursos orientados a la montaña, consciente de la importancia de contar con personal preparado en diversas especialidades en uno de los sectores más pujantes de la economía de la provincia.

Solo en el 2021, ha programado una docena de cursos. En el área de turismo activo, los de Iniciación al piragüismo, conducción de hidrotrineos y embarcaciones neumáticas en aguas bravas de grado III y IV, rescate en aguas bravas, planes de seguridad y emergencia, primeros auxilios, primeros auxilios aplicados al medio acuático e interpretación del paisaje.

Y en montaña, los cursos de especialista en nivología y avalanchas, tanto de observador como de predictor, gestión de refugios y albergues de montaña, recepción y atención al cliente en alojamientos propios de entornos rurales y/o naturales, operador de altura en parques de aventura, conducción y seguridad en vías ferratas, mantenimiento y reparación de esquí y snowboard, interpretación del medio natural, ornitología o nuevas tecnologías de seguridad y comunicación en montaña.

Conocimiento y experiencia

Con el estudio encargado a Prames se quiere mejorar la formación de los profesionales, que deben adaptarse a una legislación actualizada hace solo unos meses. El decreto 39/2021, de 10 de febrero, del Gobierno de Aragón, por el que se aprobó el Reglamento de las empresas de turismo activo, obliga a que monitores, guías o instructores posean los títulos o certificados necesarios. Regula también los requisitos en las actividades para las que no existan enseñanzas regladas y que permiten obtener habilitaciones profesionales acreditando conocimientos o experiencia.

En 2019, Aragón fue la primera Comunidad en entregar certificaciones profesionales a los guardas de refugios tras un proceso de evaluación

Un caso paradigmático es el de los guardas de refugios, un puesto para el que no existe una titulación específica. En 2019 el Gobierno de Aragón entregó certificaciones profesionales a 44 guardas. Aragón se convirtió así en la primera Comunidad española en titular de esta manera al colectivo, una vez reconocida su experiencia a través de un proceso que había comenzado un año antes. Un equipo de evaluadores comprobó que cada candidato sabía gestionar las reservas y el alojamiento; preparar desayunos y cenas; comunicarse en francés o inglés con un cliente; mantener las instalaciones; progresar con seguridad por terreno de montaña, especialmente en apoyo de los servicios de emergencia; o asistir como primer interviniente en caso de accidente.

Según Alberto Campo, técnico de Prames, el estudio pretende "incidir en las necesidades de un mercado en auge". El trabajo encargado por el Inaem se realiza en varias fases. La primera consiste en la detección de necesidades con una fotografía de la provincia de Huesca, de su territorio, recursos naturales o económicos. A partir de aquí establece cinco sectores estratégicos que englobarían a todos los profesionales: turismo activo, hostelería, medio ambiente y forestal, seguridad y protección civil y nieve.

Ya se ha hecho un primer sondeo de participación a través de cuestionarios dirigidos a profesionales y usuarios que ha permitido detectar ciertas necesidades. Tras el verano habrá otro proceso de consulta ciudadana a través de un comité de expertos y unas mesas de trabajo.

Paquetes formativos

"El Inaem lleva varios años haciendo paquetes formativos y el centro que tiene en Huesca ha detectado que aun existiendo formaciones regladas como los técnicos deportivos de montaña o certificados de profesionalidad de pister o guardas de refugios, sigue habiendo una parte de profesionales que no tienen una formación concreta de su puesto de trabajo", explica Campo. Y es que en el turismo activo, "siempre surgen nuevas disciplinas que requieren especialización".

Gustavo Ortas, responsable de formación de la empresas Ur y que imparte cursos para el Inaem.
Gustavo Ortas, responsable de formación de la empresas Ur y que imparte cursos para el Inaem.
Rebeca Cárdenas

Gustavo Ortas, responsable de formación de la empresa Ur de aguas bravas, en Murillo de Gállego, encargado de impartir cursos, habla de las exigencias del nuevo decreto, que requiere una titulación de técnico deportivo para actividades guiadas (barrancos, escalada, esquí…) o una habilitación a través de certificados de profesionalidad. "El Inaem ha trabajado en los últimos años en mejorar la formación. El centro de Huesca es pionero en España, y esto se agradece desde el sector", señala.

Estacionalidad e intrusismo

Su apuesta pasa por seguir el ejemplo de otras Comunidades, huir de la atomización y unificar las enseñanzas dentro del sistema público. También por abrir el abanico de competencias entre actividades invernales y estivales para facilitar que se pueda trabajar todo el año. "Aragón exige una titulación para realizar una temporada que puede durar tres meses", comenta Ortas. De ahí que la palabra desestacionalizar, tan importante para el turismo, lo sea igualmente para los guías, que en invierno podrían tener un contrato en una estación de esquí y en verano, en una empresa de barrancos. "Necesitas las dos para poder trabajar un año casi completo", aclara.

Otro problema es que las Comunidades tiene distintas leyes y exigen titulaciones diferentes. "No es sencillo encontrar profesionales cualificados", dice, en un sector donde además hay mucha movilidad internacional: guías de piragüismo hacen el verano en Aragón y el invierno en Asia. Lo mismo pasa con el esquí.

Sobre el intrusismo, Ortas afirma que "la administración trabaja para combatirla", como demuestra la quinta temporada de inspecciones en barrancos, ríos, cumbres y vías ferratas, a cargo de la Unidad Adscrita de la Policía Nacional, una labor que cuenta con el beneplácito de las asociaciones de empresarios.

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