¿Cuánto CO2 ahorraría la telecabina de Benasque frente a 2.300 coches de esquiadores?

Un estudio encargado por el Ayuntamiento concluye que la contaminación del transporte por cable se reduciría entre un 70 y un 100% respecto al vehículo privado.

Colas de vehículos en la carretera que sube a la estación de Cerler en invierno.
Colas de vehículos en la carretera que sube a la estación de Cerler en temporada de esquí.
Ángel Sahún

La construcción de una telecabina entre Benasque y Cerler ahorraría a los esquiadores  tiempo de viaje y atascos en una carretera de montaña plagada de curvas. Pero sus beneficios van más allá de la comodidad de los conductores a la hora de acceder a la estación de esquí. El Ayuntamiento de Benasque, que ha retomado el proyecto, defiende también su sostenibilidad desde el punto de vista ambiental. Según un estudio encargado por el consistorio, reduciría entre un 70% y un 100% las emisiones contaminantes, al sacar de la carretera en un sábado de temporada de esquí más de 2.300 vehículos que suben a las pistas. El principal obstáculo de la infraestructura, compuesta por 68 cabinas y con un trazado de 2 kilómetros, es el coste, 13 millones de euros.

El informe, realizado por la consultora de ingeniería I+C, hace una comparación de emisiones contaminantes a la atmósfera entre la telecabina monocable, cuyo estudio de impacto ambiental está ahora en información pública, y la circulación de vehículos a motor por la carretera que une Benasque y la estación de esquí de Cerler. 

El cálculo se ha realizado tanto en emisiones directas en kilogramos de CO2 como en la generación de energía eléctrica. La telecabina no emite carburos, ya que el motor es eléctrico, pero sí puede suponer una emisión indirecta por el uso de energía. Se ha tomado como referencia los datos de aforo de vehículos de un estudio de movilidad realizado por la empresa IDOM para Aramón en 2018. En concreto los de un sábado de marzo, día de mayor afluencia de esquiadores, cuando por la carretera A-2617 entre Benasque y el aparcamiento de Cerler circularon una media de 2.350 vehículos por sentido, con una ocupación total de 5.875 personas. La distancia es de 7,3 kilómetros y el desnivel, de 380 metros.

El informe diferencia entre coches de gasolina (40%), diésel (57%) y eléctricos (3%), según las estadísticas de matriculación en España. El trayecto se cubre en 12 minutos, en un recorrido de montaña con curvas cerradas, pero este tiempo se puede ver ampliado por posibles nevadas y retenciones en horas punta. Y si se opta por el aparcamiento situado a mayor altitud, el del Ampriu, se amplía en 10 minutos. Por otro lado, el telecabina tardaría 6 minutos y 40 segundos en el acceso.

La suma total de kilos de dióxido de carbono emitidos a la atmósfera el día elegido, teniendo en cuenta la contaminación de los distintos tipos de vehículo, suma 5.917,6 kilos. Por contra, considerando la potencia necesaria para accionar la telecabina, con una capacidad de transporte de 2.400 personas a la hora, el consumo eléctrico para  las mismas personas sería de 1.237 KWh empleando 2,44 horas en la operación, lo que supone 433 kilos de CO2. No obstante, lo lógico es el uso a lo largo del día, por lo que se ha tenido en cuenta una jornada completa de 10 horas de operación, que elevaría esa cifra a 1.770 kilogramos de CO2, pudiendo desplazar hasta 48.000 personas al día.

Esto supone una reducción del 70% de las emisiones con respecto al vehículo privado. Sin embargo, si la electricidad contratada es energía verde, es decir, de origen renovable, las emisiones se reducirían en un 100%. Y la práctica totalidad de las comercializadoras de electricidad permiten esta modalidad de contratación en la actualidad, según la consultora I+C. 

"Hemos comparado dos supuestos iguales: transportar a un número de personas en un vehículo privado y en telecabina", explica Juan Navarro, de la empresa de ingeniería I+C, con sede en Villanueva de Gállego y una de las pocas especializadas en transporte por cable que hay en España. "Un vehículo de gasolina es muy ineficaz, gasta energía al subir y no la recupera al bajar, algo que no ocurre con la telecabina". 

Según comenta este experto, otros países alpinos ni se plantean la cuestión a partir de determinado número de visitantes. "Es imposible pensar en acceder a un punto elevado en coche. Países que son muy montañosos tienen la cultura del teleférico y en España, hay sitios que lo entienden y otros que no", indica, defendiendo su utilidad también de cara a la desestacionalización del turismo, al permitir el uso en verano para que los visitantes puedan acceder a las estaciones a practicar otros deportes.

El proyecto es defendido por el Ayuntamiento, que ha iniciado los trámites sacando a información pública durante 30 días el estudio de impacto ambiental del proyecto básico de una telecabina monocable, y por la asociación de empresarios del valle. “Cualquier estación alpina, incluyendo el Pirineo francés, tiene una comunicación por cable desde el pueblo base”, declara el alcalde, Ignacio Abadía. No es el caso de Aragón, con la única excepción de Panticosa

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