Pocos hoteles abiertos y una "floja" ocupación en el puente del 23 de abril

Las reservas se resienten por las previsiones de mal tiempo y los confinamientos. "En seis meses solo trabajaremos cinco días", se lamentan los empresarios, que tienen la mirada puesta en la finalización del estado de alarma. 

Los grandes hoteles, como este de Jaca, siguen cerrados.
Los grandes hoteles, como este de Jaca, siguen cerrados.
Laura Zamboraín

El puente festivo de San Jorge no trae buenas noticias al sector turístico de Aragón, después de meses sin apenas actividad. Desde el final del verano, solo ha habido movimiento de visitantes en El Pilar y en Semana Santa, y las previsiones para el 23 de abril son más bien discretas, con pocas reservas hoteleras. La previsión de mal tiempo y el temor a nuevas restricciones no ayudan, aunque los empresarios confían en que puedan animarse de aquí al viernes.

Los grandes hoteles del Pirineo siguen cerrados y los que funcionan no llenarán este puente festivo ni la mitad de las plazas. Según datos de la Asociación Turística del Valle de Tena, las reservas se limitan a dos noches, los apartamentos turísticos están al 50%, los hoteles (solo un tercio se mantienen operativos) ni siquiera llegan a ese porcentaje y los cámpines son los que mejores datos presentan, con un 80% de ocupación. "Se espera que la mayoría de visitantes sean segunda residencia y clientes de día", señalaron desde la asociación. "Hasta que no haya una apertura a nivel autonómico la actividad en alojamientos será mínima", confirman.

En el valle de Benasque el porcentaje es similar. Su asociación turística afirma que las reservas se empezaron a mover el lunes. El martes, apenas alcanzaban un 50% de ocupación en los alojamientos abiertos, que no son todos y solo funcionan los fines de semana, comenta la gerente, Eva Bizarro.

En la comarca del Sobrarbe, se prevé un puente festivo menos animado que el de Semana Santa, con porcentajes que varían del 40 al 70% dependiendo del tipo de alojamiento y teniendo en cuenta que no están todas las plazas disponibles. "Hay alojamientos que no abrirán hasta mayo. Algunos que lo hicieron en Semana Santa, luego han cerrado, y a ver qué pasa a partir del 9 de mayo", señala la presidenta de los empresarios turísticos, Paz Agraz, que tiene ya la mirada puesta en el verano y confía en la apertura no solo de Aragón sino de las fronteras con otros países de donde reciben clientes, como Francia o Bélgica, "aunque sigue habiendo gran incertidumbre". 

El presidente de la asociación del valle de Tena, Jesús Pellejero, coincide en que las expectativas están puestas en la finalización del estado de alarma, para ver qué hacen las autonomías. "Si Aragón sigue cerrada estaríamos en lo mismo. Pensamos que algo tiene que cambiar, pero a ver qué decisión toma", declara. Espera que el ritmo de vacunación se acelere para reducir los contagios, "y a ver si conseguimos tener un verano tranquilo, porque estamos sufriendo mucho". En todo caso, se perderán eventos que animan la llegada de visitantes, como el festival Pirineos Sur. 

El sector del campin

"Mientras no haya movilidad, estamos condenados. En el último medio año, apenas trabajaremos los tres días de Semana Santa y ahora dos en este puente. No compensa las graves pérdidas desde el verano", declara el presidente de la Asociación de Camping de Aragón, José Manuel Ferrero. La primavera podría reactivar el sector, siempre y cuando Aragón se abra a otras comunidades y otros países, que representan en algunos casos el 95% de los clientes. Lo positivo es que el turista aragonés se queda en casa, al no poder elegir otros destinos, amén del plus de seguridad que dan estos alojamientos al aire libre.

Para San Jorge, solo los bungalós tienen buena ocupación (70%), mientras la acampada se sitúa en el 40%, y muchos cámpines siguen cerrados. "Los clientes saben que hay oferta y esperan hasta el final para reservar, según el tiempo que haga", señala Ferrero, quien lamenta la incertidumbre sobre lo que pasará después del 9 de mayo. "Los empresarios necesitamos certezas. La decisión de abrir o no te puede arruinar, pero quienes deciden no se juegan nada", concluye.  

Tarazona y el Moncayo, con restricciones 

El panorama para el puente del 23 de abril es similar en las tres provincias. En la comarca de Tarazona y el Moncayo el confinamiento perimetral de la localidad turiasonense ha vuelto a provocar, como ya ocurrió en Semana Santa, la cancelación de reservas. A ello se suma que gran parte del parque natural pertenece al término municipal y los visitantes no pueden acceder a él. 

“Los visitantes pueden venir a las poblaciones del entorno pero no subir al Moncayo, lo que es un contrasentido, pero la norma es así y hay que cumplirlo”, lamenta Cristina Calvo, que gestiona el restaurante de Agramonte que permanece cerrado. Los apartamentos que tiene en San Martín del Moncayo, a las faldas del monte, están al 50% pero el hotel “prácticamente vacío”.

“Los zaragozanos, que son clientes habituales por estas fechas, no se fían de que al final se cierre la capital aragonesa”, asegura. Una opinión en la que coincide el presidente de la Federación Aragonesa de Turismo Rural (Faratur), Jesús Marco, quien asume que a estas alturas las cifras de plazas ocupadas son “muy flojas” en gran parte de la Comunidad a la espera de las reservas de última hora y de si el tiempo finalmente acompaña o no “porque se anuncian lluvias”.

Calatayud y Daroca

En el caso de la Comunidad de Calatayud, Beatriz Betrián, regente de la casa Rural La Tranquera, en Nuévalos, explica que “a nivel particular ya tengo la vivienda reservada y hablando con compañeros de la zona, al estar el Monasterio de Piedra abierto y el balneario de Jaraba, parece que sí que va a haber bastante movimiento por esta zona”. En este sentido, explica que sí que se ha dado un desencadenante: “Desde que se anunció que en Zaragoza capital no habría restricciones para el puente, las llamadas se dispararon, porque la gente estaba pendiente de que hubiera algo más de seguridad”.

Por lo que respecta a la cabecera comarcal, Jorge Lázaro, concejal de Turismo del Ayuntamiento bilbilitano, explica que “a ciencia cierta todavía no sabemos nada”. “Ya en Semana Santa las reservas se hicieron con muy poco margen y con vistas a estos días supongo que será similar”, vaticina.

En la comarca Campo de Daroca, las perspectivas también van entre lo positivo y la incertidumbre. “Hay actividades preparadas, como la apertura del Museo de Historia y Artes de Daroca, pero todavía no sabemos si va a haber mucha afluencia”, explican las responsables de la oficina de turismo de la cabecera comarcal. Lo que sí han notado ya es el reciente nombramiento de Daroca como candidata a capital de Turismo Rural: “Parte de quienes han venido o nos han llamado sí que nos dicen que ya han votado”, explican.

A la espera de las reservas de última hora

La comarca turolense con mejores expectativas para el puente del 23 de abril es el Matarraña, donde se prevé una ocupación del 50% en la hostelería. El resto de la provincia se tendrá que conformar con el 20% de actividad, según las previsiones de la patronal del sector, Teruel Empresarios Turísticos (TET). Los hosteleros esperan, no obstante, que las reservas de “ultima hora” puedan mejorar unos resultados que, en principio se prevén “flojos”, según reconoció el presidente de TET, el hotelero Roche Murciano.

La patronal hostelera turolense espera que la ocupación mejore a partir de levantamiento del estado de alarma el 9 de mayo si, finalmente, se recupera la comunicación con la Comunidad Valenciana, el principal emisor de visitantes para la provincia de Teruel. Murciano señaló que los buenos resultados del Matarraña respecto al resto de la provincia responden a que la comarca “está de moda” y también a su proximidad relativa con Zaragoza.

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