Acuerdan tres meses de prisión por allanar el domicilio de una empleada de su bar  

La Audiencia de Huesca le absuelve del delito de revelación de secretos después de que la víctima retirara la acusación unos días antes de la fecha fijada para el juicio con jurado, que no llegó a celebrarse.

Palacio de Justicia de Huesca
Palacio de Justicia de Huesca
Rafael Gobantes

La Audiencia Provincial de Huesca ha condenado a tres meses de cárcel a un vecino de la localidad de El Temple de 44 años de edad por allanar el domicilio de una empleada de su bar. La Fiscalía solicitaba para él una pena de 2 años de prisión (el máximo que fija el Código Penal para este delito), pero antes del inicio de la vista llegó a un acuerdo con la defensa, representada por Francisco José García Berenguer, para rebajar la condena al apreciar una atenuante muy cualificada de reparación del daño a la víctima tras pagarle una indemnización. 

Además, el tribunal le absuelve del delito de revelación de secretos porque la víctima retiró la acusación unos días antes de la fecha fijada para el juicio con jurado, que no se llegó a celebrar al acordarse esta sentencia de conformidad. 

La Audiencia ha considerado probado que el acusado contrató en octubre de 2014 a la víctima durante un año para que trabajase en su bar, facilitándole como domicilio un piso en la planta superior del mismo inmueble. Tras renovar el contrato de trabajo, la víctima le comunicó que no deseaba seguir viviendo encima del bar por lo que el acusado habilitó otro local de su propiedad en El Temple sin que ella tuviera que pagar alquiler ni ningún otro gasto.

A partir enero de 2017, la mujer inició una relación con un hombre que no agradó al acusado, quién tomó un "comportamiento despectivo" hacia esa persona y "controlador" hacia la víctima. Esta, en abril de ese año, recibió varias llamadas ocultas en las que una persona le hablaba mal de su pareja. Ante esa evidencia y algunos comentarios que había recibido su pareja por parte del acusado asegurándole que entraba en la casa de su empleada, la víctima decidió poner algunas trampas para comprobarlo. 

El día 7 de junio de 2017, mientras la perjudicada se hallaba en su domicilio, el acusado intentó entrar en el mismo con sus propias llaves, diciéndole la víctima por wasap que ella estaba dentro. Sin embargo, él alegó que había llegado un paquete al bar y que se lo había llevado a su casa porque no estaba, siendo que no era así.

La víctima y su pareja llegaron a colocar una cámara que grabó al acusado entrando en la vivienda, aprovechando su ausencia y sin su consentimiento, al menos los días 14 y 15 de junio de 2017 utilizando sus propias llaves. Una vez dentro, se le veía revisando una bolsa de color negro y otras pertenencias de la víctima.

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