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Panticosa proyecta el primer tobogán alpino de España de 6 kilómetros
La iniciativa municipal se suma a la construcción de las pasarelas, por donde esta Semana Santa han pasado 1.440 personas al día. El objetivo es diversificar la oferta turística.
La apuesta de Panticosa por diversificar la oferta turística no se queda en las pasarelas sobre el río Caldares, recién estrenadas con un éxito inesperado, ya que en esta Semana Santa la afluencia está siendo de 1.440 personas al día, su máxima capacidad. El Ayuntamiento trabaja ya en un proyecto para construir el primer tobogán de montaña del país, un equipamiento que permitiría a los turistas deslizarse a lo largo de 6 kilómetros con un desnivel de 720 metros. La inversión mínima calculada ronda los 2,5 millones de euros.
El Ayuntamiento se ha fijado en otros ejemplos existentes fuera del país, como el Tobotronc de Andorra, una atracción del ecoparque de aventuras Naturlandia, que se oferta como el tobogán alpino más largo del mundo, con 5,3 km de longitud y 400 metros de desnivel total. El recorrido se completa en casi 10 minutos, en función de la velocidad. También existen equipamientos similares en los Alpes. Y en Francia, cerca de Puigcerdá (Gerona), se ha estrenado otro este año, que visitaron los responsables municipales de Panticosa el pasado otoño.
El proyecto aprovecharía el actual telecabina de Panticosa, una infraestructura para el transporte de esquiadores que salva una distancia de 1,5 kilómetros. Subiría a los visitantes y ahorraría costes. El tobogán saldría de una cota de 1.870 metros, en la zona de Petrosos de la estación de esquí, a donde llega el telecabina, y conduciría a los usuarios hasta la base: Pasaría primero por una zona de pistas y luego por un bosque cerrado, "con un gran atractivo paisajístico", comenta el alcalde, Jesús María Uriz.
De momento, se ha encargado a una empresa la redacción del estudio de viabilidad, con un informe medioambiental y de trazado, un primer esbozo antes de solicitar los permisos al Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga). El alcalde asegura que ya están trabajando los ingenieros y un geólogo. "Han venido para hacer las estaciones de llegada y salida y han recorrido el trazado. Esperamos que en un mes o mes y medio esté el estudio hecho para enviarlo al Inaga, luego vendrá el proyecto y la construcción". La empresa ya hizo la ampliación de la pista Estrimal de Panticosa, que conecta la cota de 1.500 metros con la base de la telecabina, en el casco urbano.
El tobogán alpino sería compatible con el uso de la pista. Desciende cerca de ella, pero sin interferir la actividad de los esquiadores y sigue el trazado del telecabina haciendo curvas. "Funcionaría todo el año, tanto en verano como en invierno". Los usuarios pueden ir frenando en el descenso y cuando alcanzan los 40 kilómetros por hora, el máximo, se bloquea automáticamente.
A la hora de concebir el proyecto, Panticosa se ha fijado en los Alpes. "Con el cambio climático, muchas estaciones que estaban sobre 800 metros tienen poca nieve y están poniendo toboganes de este tipo. En Andorra también existen un par de instalaciones. Teniendo en cuenta que por la de Soldeu pasaron 45.000 personas el año pasado, nos planteamos si se podía hacer aquí. Contactamos con empresas y nos dijeron que era factible", asegura el alcalde.
A la vez que se construían las pasarelas, el Ayuntamiento se planteó otro tipo de iniciativas. Sus miras también están puestas en el deporte de la bicicleta de montaña, cada vez más popular. El año pasado construyó una pista de trekking de 30 km y hay prevista otra de descenso para todos los públicos. "Queremos diversificar el turismo para que la gente que venga a Panticosa pueda pasear, ir en bici, se suba al tobogán o recorra las pasarelas", indica Uriz.
Para la financiación del tobogán se quieren pedir subvenciones de los fondos que llegarán de Europa destinados al turismo en zonas rurales. "También habría que hacer una unión de empresa con Formigal para el uso del telecabina", aclara el responsable municipal. Respecto a las posibles críticas por la proliferación de infraestructuras en la montaña, el alcalde opina que "ya hay una estación de esquí y la infraestructura es mínima, no se trata de un monte virgen". El impacto por la ocupación de terreno o la colocación de pilonas es menor que en un telecabina, asegura.
