Juicio con jurado a un vecino de El Temple por allanar la vivienda de una empleada de su bar

La Fiscalía pide dos años de prisión para el acusado, que fue grabado entrando en el piso que había dejado a la víctima mientras trabajaba en su establecimiento. 

El juicio se celebrará el día 27 en el Palacio de Justicia de Huesca.
El juicio se celebrará el día 27 en el Palacio de Justicia de Huesca.
Rafael Gobantes

Un vecino de la localidad de El Temple se enfrentará del 5 al 9 de abril en la Audiencia Provincial de Huesca a un juicio con jurado por allanar presuntamente la vivienda de una empleada de su bar. La Fiscalía solicita para él una pena de 2 años de prisión (el máximo que fija el Código Penal para el delito de allanamiento de morada), la prohibición de acercase a la víctima durante tres años y la obligación de indemnizarla con 5.000 euros por daños morales. 

Cabe recordar que el tribunal del jurado es competente para juzgar delitos de  homicidio, amenazas, omisión del deber de socorro, allanamiento de morada, infidelidad en la custodia de documentos, cohecho, tráfico de influencias, malversación de caudales públicos, fraudes y exacciones ilegales, negociaciones prohibidas a funcionarios y la infidelidad en la custodia de presos.

Según el escrito provisional de la Fiscalía, el acusado, Francisco F. S., propietario del bar Las Vegas de El Temple, contrató en octubre de 2014 a la víctima durante un año para que trabajase en el establecimiento, facilitándole como domicilio un piso en la planta superior del mismo inmueble. Tras renovar el contrato de trabajo, la víctima le comunicó que no deseaba seguir viviendo encima del bar por lo que el acusado habilitó otro local de su propiedad en El Temple sin que ella tuviera que pagar alquiler ni ningún otro gasto.

A partir enero de 2017, la mujer inició una relación con un hombre que no agradó al acusado, quién tomó un "comportamiento despectivo" hacia esa persona y "controlador" hacia la víctima. Esta, en abril de ese año, recibió varias llamadas ocultas en las que una persona le hablaba mal de su pareja y le informaba que este le había enseñado una foto íntima que la perjudicada tenía en su teléfono, algo que era cierto aunque resultaba imposible que la hubiera visto en otro móvil ya que ella no la había compartido con nadie.

Ante esa evidencia y algunos comentarios que había recibido su pareja por parte del acusado asegurándole que entraba en la casa de su empleada y que había visto fotos y wasaps de su teléfono, la víctima decidió poner algunas trampas para comprobarlo. Así, dejaba el teléfono en una posición determinada y en un lugar comprobando luego que estaba descolocado, o ponía botellas de agua tras las puertas viendo posteriormente que estaban caídas, verificando de esta forma que el acusado entraba en su casa.

El día 7 de junio de 2017, mientras la perjudicada se hallaba en su domicilio, el acusado intentó entrar en el mismo con sus propias llaves, diciéndole la víctima por wasap que ella estaba dentro. Sin embargo, él alegó que había llegado un paquete de Correos al bar y que se lo había llevado a su casa porque no estaba, siendo que no era así. 

La víctima y su pareja llegaron a colocar una cámara que grabó al acusado entrando en la vivienda, aprovechando su ausencia y sin su consentimiento, al menos los días 14 y 15 de junio de 2017 utilizando sus propias llaves. Una vez dentro, se le veía revisando una bolsa de color negro y otras pertenencias de la víctima.

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