Una médico psiquiatra niega que el acusado de secuestrar a su expareja en Barbastro sufriera un trastorno mental

El fiscal mantiene sus peticiones de 13 y 12 años de prisión para los dos procesados. La defensa solicita una importante rebaja de penas al rechazar los principales cargos (detención ilegal y descubrimiento de secretos).

Segunda jornada del juicio por el presunto secuestro de una mujer en Barbastro a manos de su expareja.
Segunda jornada del juicio por el presunto secuestro de una mujer en Barbastro a manos de su expareja.
Pablo Segura

La Audiencia Provincial de Huesca ha dejado visto para sentencia este martes el juicio contra un hombre de 38 años, A. C. P., por secuestrar presuntamente a su expareja en Barbastro con la complicidad de un amigo de 53, J. M. B. P. La Fiscalía ha mantenido sus peticiones de 13 y 12 años de prisión para los dos acusados, respectivamente, mientras que su abogado defensor, Alejandro Sarasa, ha solicitado una considerable rebaja de las penas para ambos rechazando los principales cargos que les imputan: detención ilegal y descubrimiento y revelación de secretos (por haberle cogido el móvil a la víctima para ver su contenido por las sospechas de infidelidad).

En esta segunda y última jornada ha declarado un testigo de los hechos, amigo del principal acusado, que el 14 de agosto de 2020 acudió a la casa donde presuntamente se cometió el secuestro. Ha reconocido que vio a la víctima "con un ojo morado" y que se le abrazó llorando. Pero también ha asegurado que en ningún momento le pidió auxilio para poder escapar de la vivienda. "A nada que hubiera pegado dos gritos la hubiéramos ido a ayudar", ha relatado. Y es que pasó dos horas en la casa con otro amigo y los dos acusados tomando alcohol y drogas. Sin embargo, al final la mujer huyó por sí sola utilizando precisamente el coche de este testigo. 

También ha sido el turno de los peritos. Una médico forense que examinó a la víctima poco después de denunciar los hechos ha explicado que presentaba numerosas lesiones contusas en el cuerpo causadas por golpes, además de hematomas y erosiones en la piel, así como una lesión en un dedo del pie. Según su informe, tardaron siete días en curar. 

Otro médico forense que trató a los tres agentes de la Guardia Civil que intervinieron en la detención de los dos acusados y que resultaron lesionados ha especificado que presentaban daños en las manos "típicos de intentar sujetar a una persona que se resiste". 

Mientras, la médico psiquiatra que exploró al principal acusado ha negado que en el momento de los hechos su capacidad para conocer las consecuencias de sus actos estuviera alterada por un trastorno mental. A su juicio, su actuación fue "premeditada"

La defensa, por su parte, ha esgrimido un informe realizado tres años antes por el Instituto de Medicina Legal de Aragón a raíz de otros hechos en el que se aseguraba que su cliente padecía una inteligencia límite, un trastorno bipolar y advertía de que un consumo continuado de drogas podía provocarle una falta de control de sus impulsos. Y es que ha pedido la eximente incompleta por enajenación mental de su cliente.

Sin embargo, la médico forense lo ha rebatido insistiendo en que "una enfermedad o un consumo abusivo de sustancias no siempre supone una anulación de las capacidades sino que hay que valorar en hecho en sí y en este caso no fue algo impulsivo".  Además, ha recordado que no requirió ninguna asistencia médica ni ingreso psiquiátrico tras su detención. 

Además, un agente de la Guardia Civil ha recordado que durante la inspección ocular de la casa hallaron diversos indicios como huellas, un cuchillo de gran tamaño, varias bolsas pequeñas con droga en su interior y cinta adhesiva. Además, ha destacado que el armario donde presuntamente fue encerrada la víctima era de pequeñas dimensiones y sin luz, aunque la puerta carecía de llave. 

En el turno de conclusiones, el fiscal considera que el testimonio de la víctima sobre el relato de los hechos fue "veraz" a pesar de haber "descafeinado" su declaración para intentar exculpar a su exnovio, contra el que no ha presentado acusación particular. Algo que es normal en estos delitos donde hay una relación sentimental ya que se sufre una sensación de miedo y un síndrome de Estocolmo que rebaja la gravedad de los hechos", ha subrayado. Además, ha destacado la importante del informe psicológico de su expareja  "porque demuestra que actuó en plenitud de sus facultades intelectivas y volitivas". 

Por su parte, el abogado defensor ha rechazado el delito de detención ilegal afirmando que, como mucho, podría considerarse como un delito de coacciones "porque estuvo escasos segundos dentro del armario y luego tuvo la oportunidad de huir y pedir ayuda muchas veces". Alejandro Sarasa también ha subrayado que la víctima "perdonó" a su expareja por haberle quitado el móvil para ver sus mensajes por lo que en aplicación del Código Penal se le debería absolver. Del resto de delitos imputados, ha solicitado una rebaja en todos ellos. En cuanto al otro acusado, ha reclamado la absolución de los principales cargos "porque no tiene ninguna responsabilidad" y dejar el resto en penas menores e incluso en sanción administrativa en el caso de la resistencia. 

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