"Me pegó, amordazó, maniató y me encerró desnuda en un armario aunque pude huir"
Una mujer víctima de un presunto secuestro cometido por su expareja en Barbastro renuncia a presentar acusación "porque es un enfermo mental". A la Guardia Civil le confesó que "había visto la muerte de cerca".
La víctima de un presunto secuestro cometido por su expareja el 14 de agosto del año 2020 en Barbastro ha reconocido en la primera jornada del juicio que celebra la Audiencia Provincial de Huesca que el acusado le pegó, la amordazó y la maniató desnuda para encerrarla en un armario aunque pudo liberarse por sus propios medios. No obstante, ha renunciado a presentar acusación contra él, que se enfrenta a penas que suman 13 años de prisión, argumentando que "es un enfermo mental y no deberían juzgarle".
Unos meses antes de estos hechos, él ya fue detenido por agredirla sexualmente y grabarlo con un teléfono móvil para luego difundir las imágenes, algo que la mujer ha negado ahora en parte asegurando que ella no se opuso a mantener relaciones sexuales con él sino a que las grabara en vídeo. No obstante, esto forma parte de otro proceso judicial.
La expareja de la víctima se ha acogido a su derecho a no declarar mientras que el segundo procesado, dueño del piso donde ocurrieron presuntamente los hechos, ha rechazado también las acusaciones por las que la Fiscalía pide para él un total de 12 años de cárcel como cooperador necesario de la detención ilegal de la chica.
La mujer ha reconocido que el 14 de agosto de 2020, el compañero de piso le llamó para que fuera a a su casa a buscar a la perra que le cuidaba y cuando llegó, se encontró con su expareja, que en ese momento tenía en vigor una orden de alejamiento de ella y la prohibición de regresar a Barbastro como consecuencia de la detención por una presunta agresión sexual. Pese a ello subió con él a una habitación del piso superior de la vivienda y allí él le dio un golpe en la cara y comenzaron una discusión porque él creía que le había sido infiel durante su reciente estancia en prisión.
Durante la pelea, le pidió que se desnudara para cachearla, a lo que ella accedió, y tras ello la amordazó con cinta americana y la maniató para meterla dentro de un armario que bloqueó con una televisión para que no pudiera marcharse. Sin embargo, también ha recalcado que al poco tiempo consiguió desatarse y salir del armario. Entonces, trató de escapar de la vivienda, pero se encontró con un expareja en las escaleras de salida y él le ordenó que subiera de nuevo a la planta superior.
La mujer también ha reconocido que su expareja le pidió el teléfono móvil porque quería ver los mensajes ante la sospechas de que le había sido infiel. Ella le dijo que lo había dejado en el coche y entonces él fue a buscarlo y lo consiguió después de romper una de las ventanillas del vehículo. En ese momento, tuvo la oportunidad de escapar "pero no quise irme porque mi prioridad era que se tranquilizase la situación", ha señalado.
Al volver con el teléfono, ella lo apagó y se lo volvió a dar a su expareja y ha insistido en que no sabe sí él pudo acceder a los contenidos "aunque conocía la contraseña", ha apuntado la mujer, que a preguntas del abogado defensor ha admitido que le perdona "porque no era consciente de lo que hacía". Y es que ha asegurado que aquella tarde le vio consumir una gran cantidad de droga con otras personas. En un momento dado aprovechó un descuido para escapar y posteriormente presentó denuncia en compañía de un amigo. "Estuve a ratos sola y podría haber huido", ha sentenciado.
El propietario de la vivienda, por su parte, ha afirmado que aquel día él se marchó a pasear una perra por Barbastro y que cuando volvió se encontró a su amigo con su expareja en la vivienda y se enteró de que habían tenido una pelea ya que ella llevaba un golpe visible en la ceja. "Le pregunté a ella qué hacía allí si se habían peleado. Y le dije que se largara, que nadie le prohibía que se fuera", ha manifestado, negando rotundamente que él o su compañero de piso la hubieran retenido en el domicilio. La Fiscalía también le acusa de resistencia a la autoridad por causar heridas a dos agentes durante su detención, algo que también ha negado.
Un testigo ha corroborado la versión inicial que presentó la víctima en su denuncia ya que le confesó que se había escapado de la casa después de que su expareja le hubiera pegado y amordazado y le hubiera metido dentro de un armario, además de quitarte el móvil. La mujer también le contó que el otro acusado le había engañado para ir al domicilio sin decirle que estaba allí su anterior novio.
"Es un claro paradigma de una víctima de violencia de género"
Mientras, un teniente de la Guardia Civil ha explicado que la víctima tenía numerosos golpes en la cara y en diversas partes del cuerpo y que cuando presentó la denuncia sentía "un miedo atroz" hasta el punto de que le llegó a asegurar que "había visto la muerte de cerca". Además, considera que es el "claro paradigma" de una víctima de violencia de género que ha sufrido malos tratos físicos y psicológicos y que, sin embargo, luego retira la denuncia contra su agresor por "la presión de su entorno".
En este sentido, ha destacado que los vídeos que presuntamente le grabó su expareja cuando mantenían relaciones sexuales para luego difundirlos "son denigrantes y de lo peor que he visto en mi carrera". Por ello, lo ha calificado como "una persona extremadamente peligrosa" con más de 50 antecedentes y una veintena de detenciones que se relaciona, además, con "algunos de los peores delincuentes de la provincia de Huesca".
Tanto este teniente como otros miembros de la Guardia Civil que participaron en la detención de los dos acusados han coincidido en afirmar que ambos se resistieron aunque no llegaron a agredirles. En esos forcejeos, no obstante, algunos de ellos sufrieron lesiones leves.
