Un libro rescata la herencia de los 500 años de historia de la Universidad de Huesca
El profesor Pablo Cuevas ha recopilado 13 investigaciones que ponen de relieve su peso educativo, cultural, económico y hasta urbanístico.
"Salvando las distancias, si comparamos la Atenas actual con la de Pericles y Aristóteles, no tienen nada que ver. Y la Huesca actual tampoco se parece en nada a la de hace varios siglos, cuando su Universidad era una de las más florecientes de España. Por eso, quizá sea bueno que los jóvenes rescaten esas raíces para que se sientan orgullosos de ese pasado". Son palabras de Pablo Cuevas, profesor del IES Ramón y Cajal y coordinador de un libro que rescata una pequeña parte de la vasta herencia que dejó la extinta Universidad de Huesca, que dio vida a la ciudad entre 1354 y 1845 hasta el punto de que la población estudiantil alcanzó el 14 % del total de sus habitantes a finales del siglo XVIII.
La obra ha sido editada por el Instituto de Estudios Humanísticos de Alcañiz, el Centro de Estudios Clásicos de la Universidad de Lisboa y la UNAM de México. Además, colaboran, entre otros, de la Catedral de Huesca, el Instituto de Estudios Altoaragoneses y el Ayuntamiento de Huesca.
Cuevas recopila trece investigaciones "que no habían tenido la repercusión que merecían y que refutan afirmaciones que se siguen haciendo sobre la también llamada Universidad Sertoriana". Todas ellas ponen de relieve tanto el gran peso educativo y cultural de sus facultades de Artes, Medicina, Derecho Civil, Derecho Canónico y Teología, además de la Escuela de Gramática, como su impacto demográfico, económico e incluso urbanístico.
Y para ello ha contado con expertos como José Arlegui, Antonio Naval, Sergio Paúl, Rosa Mª Marina, Laura Fontova, José Mª Lahoz, Guillermo Vicente, Laura Alins, Juan Francisco Baltar, Macario Olivera y José Ramón Laplana. El propio Pablo Cuevas participa con un estudio sobre ‘El teatro en Huesca durante el Siglo de Oro y su Universidad’.
La presentación tuvo lugar este viernes en el Salón del Tanto Monta coincidiendo con un aniversario especial. Y es que también un 12 de marzo, aunque de 1354, Pedro IV de Aragón firmó el privilegio de fundación de la Universidad. "Había una disputa entre Zaragoza y Huesca por tenerla y al final el rey se decidió por la segunda, porque entonces era una ciudad más grande y con mayor nivel cultural", explica Cuevas.
Su verdadero auge lo vivió entre finales del siglo XV y principios del XVI gracias especialmente a las rentas que aportó la Iglesia y reyes como Felipe II "que fueron grandes valedores»" destaca. Cuando surgió la Universidad de Zaragoza en 1583, «pudo haberse deprimido pero ocurrió todo lo contrario ya que se tuvo que reforzar para competir con una rival tan poderosa». De hecho, hasta que se fundó la de Barcelona en 1840, Huesca fue "la referencia" para muchos territorios catalanes, resalta este profesor.
Sucumbió al centralismo
Con todo, acabó desapareciendo en 1845 "por razones políticas". Pablo Cuevas, aludiendo al estudio realizado por Laura Alins, destaca que "no hicieron una evaluación de las cualidades académicas, ni del número de estudiantes, ni de su situación económica, ni de su prestigio. Lo que ocurrió fue que con el centralismo que se fue fortaleciendo con el Estado liberal y burgués, se consolidaron grandes ciudades en cada región y aquí en Aragón, Zaragoza hizo valer mejor sus influencias».
Asegura que ya está pensando en coordinar un nuevo volumen con más estudios "porque los temas que se pueden abordar son casi infinitos". "Otras universidades como Salamanca tienen un grupo consolidado de investigación y aunque no llegamos a tanto, la historia de la Universidad de Huesca da mucho de sí", recalca.
