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Aínsa pone coto a las viviendas turísticas para garantizar alojamiento a los nuevos trabajadores

El Ayuntamiento suspende durante un año las nuevas licencias para estudiar su regulación. En la provincia se superan ya el millar de apartamentos con más de 5.000 plazas. 

Foto de archivo de turistas en la plaza Mayor de Aínsa.
Foto de archivo de turistas en la plaza Mayor de Aínsa.
Verónica Lacasa

El Ayuntamiento de Aínsa ha puesto coto a las viviendas turísticas, cuya oferta se ha incrementado notablemente en los últimos años gracias sobre todo a las plataformas digitales de comercialización, para tratar de garantizar una oferta suficiente de alojamientos a precios asequibles a los trabajadores que quieren asentarse y a las parejas jóvenes del propio municipio.

Así, durante un año suspenderá la concesión de nuevas licencias con el objetivo de estudiar cómo regular esta actividad, bien sea modificando el PGOU o a través de un plan especial o de una ordenanza específica que permita conciliar los intereses de los propietarios con la satisfacción del derecho a una vivienda. "La intención no es prohibir pero sí delimitar dónde y cómo se puede abrir y qué se necesita, no que lo pueda hacer cualquiera y en cualquier momento", justifica el alcalde, Enrique Pueyo.

El caso de Aínsa no es único ya que la oferta de apartamentos turísticos se ha disparado en la provincia de Huesca un 20% en los cinco últimos años y ya se superan el millar con más de 5.000 plazas disponibles. En 2018 lograron su récord con 101.343 visitantes.

Según el estudio realizado por el Ayuntamiento, actualmente hay 32 establecimientos calificados como viviendas de uso turístico (un 16% del total de la oferta de alojamientos del municipio) con más de 228 plazas (13%). Y si la tendencia continúa, prevén que en 2022 podría llegarse a las 57 viviendas y 386 plazas. "Esto supone que entre 32 y 57 familias no podrían alojarse en nuestro municipio", destacan.

Este tipo de alojamientos han proliferado en los últimos años de la mano de varios ‘hitos’ que han consolidado a Aínsa como destino turístico de primer orden. Entre ellos, su inclusión en la Red de los Pueblos Más Bonitos de España, la implantación de la Zona Zero de bicicleta de montaña con la celebración de dos pruebas del Mundial y sus nombramientos como Capital del Turismo Rural y Capital de los Municipios de Montaña.

Esta proliferación ha provocado, por una parte, una drástica reducción de las viviendas en alquiler de larga estancia, que son «casi inexistentes», y un aumento de los precios de venta y fundamentalmente de alquiler. "Rondan los 400 y 500 euros y eso es mucho porque los sueldos aquí tampoco son tan altos", destaca el alcalde.

Todo ello ha dificultado la búsqueda de alojamiento a nuevos trabajadores que han llegado al municipio, desde personal sanitario a profesores o guardias civiles, hasta los empleados que vienen a cubrir los servicios ligados al turismo durante una temporada que, "por suerte", recalca, dura entre 6 y 8 meses.

Como consecuencia, el padrón de Aínsa ha crecido un 40% en los últimos 20 años. "Si sigue aumentando la población y se va estrangulando la oferta de alquiler, la gente que vega a trabajar lo tendrá muy difícil", avisa Pueyo. Además, el ‘boom’ urbanístico que se vivió antes de la crisis de 2008 se frenó en seco ya que no ha habido nuevas promociones desde hace más de diez años.

Así, el Ayuntamiento ha decidido intervenir por razones "de interés general" ya que "creemos firmemente que cada nueva vivienda de alquiler, transformada en uso turístico, agrava la imperiosa necesidad encontrar alojamientos para poder asentarse en nuestro municipio", subrayan.

Con esta medida también buscan favorecer la llegada de clientes tanto al sector hotelero, "que ha hecho inversiones importantes", resalta el alcalde, como al de turismo rural -Aínsa es la localidad con más plazas de Aragón (287)– "que da vida a muchos de los 26 pueblos del municipio".

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