Jaca, el municipio con menos contagios, se queda sin turistas

Los empresarios se quejan de que afrontan las mismas restricciones que otros territorios cuando la incidencia es escasa: 7 casos por cada 100.000 habitantes en la última semana. 

Terrazas vacías en Jaca, que cuida la prevención con estos carteles para separar el tránsito en las calles.
Terrazas vacías en Jaca, que cuida la prevención con estos carteles para separar el tránsito en las calles.
Laura Zamboraín

La ciudad de Jaca es la de menor incidencia de covid, entre los municipios de más de 10.000 habitantes de Aragón: suma 7 casos por cada 100.000 vecinos a siete días, frente a los 207 de Teruel, en el otro extremo de la tabla, lo que la sitúa en niveles de nueva normalidad. En todo el mes de febrero, la zona sanitaria solo ha registrado 13 positivos.

Sin embargo, las restricciones son las mismas que en otras ciudades. Empresarios, comerciantes y hosteleros no entienden que los buenos datos no conlleven medidas más flexibles, es "un agravio comparativo", dicen, y piden una ampliación de horarios para poder dar cenas, algo que permitiría a los negocios cubrir por lo menos los gastos.

El alcalde, Juan Manuel Ramón, considera que se ha llegado a esta situación porque "las cosas se han hecho razonablemente bien", pero también advierte de que no hay que pensar "que está todo perfecto", y es consciente de que los confinamientos perimetrales "nos han protegidos del exterior".

La semana pasada, sin ir más lejos, alertó de un elevado número de contactos estrechos de un positivo. "Si seguimos en esa dinámica de controlar los contactos estrechos, podremos seguir estando en esos datos, a la espera de las vacunas". Para el alcalde, sería positivo flexibilizar las medidas, "en el sentido de que fuera, como un premio por hacer bien las cosas", sobre todo en los horarios de la hostelería. No olvida en su reivindicación las compensaciones económicas por la complicada situación de muchos negocios.

"Cumplimos a rajatabla el tema de los aforos, y muchos días se va gente sin comer porque no podemos abarcar más, no dejamos que formen colas y en todo momento se mantiene la distancia", explica Elena Lanuza, del restaurante Lilium de Jaca. "Mucha gente sale de trabajar a las 20.00 y no puede irse a tomar nada, por eso creemos que por lo menos los fines de semana deberían dejarnos hasta las 22.30. De esta manera, gente de Jaca y los pueblos saldrían a cenar", añade. Esta medida, que a su juicio no supone graves afecciones, sería suficiente para que muchos negocios pudieran pagar los gastos mínimos.

"Nos sentimos ninguneados y maltratados", asegura José Manuel de Prada, otro empresario. "Se nos ha dicho que las restricciones se modularían según las condiciones sanitarias de cada momento. ¿Qué condiciones se deben dar para ver flexibilizados nuestros horarios y aforos?". Si en noviembre, con un nivel 2 de alerta sanitaria y mayor incidencia se permitía un 50% de aforo en el interior hasta las 23.00 en hostelería, "¿por qué el Gobierno de Aragón sigue castigando a la provincia de Huesca y al Pirineo en particular?", se pregunta.

Por su parte, la presidenta de la Asociación de Empresarios de Comercio y Servicios de la Jacetania (Acomseja), Marian Bandrés, recuerda que en su día ya pidieron corredores seguros o algún sistema de reservas para dar "vida a los negocios". Coincide en que se debería aplicar a cada zona las medidas oportunas, "y aquí ha habido una injusticia total". Entienden que sin salud no hay economía, "pero sin economía, cargándosela gratuitamente como han hecho, tampoco habrá quien pague la salud".

Según Marian Bandrés, salvo alguna excepción, tanto hostelería como comercios cumplen las medidas y protocolos. Y ahora, "solo nos conformamos con que dejen abrir hasta las 22.30, porque la temporada está perdida e igual da que abran los confinamientos perimetrales que no".

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