El obispo de Lérida dice que tiene que "obedecer" la orden del juez de entrega de los bienes

"La justicia civil habla y toma unas decisiones de obligado cumplimiento que este obispado acata", afirma en un comunicado, aunque sin renunciar a los recursos. 

El obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez, y su homólogo de Lérida, Salvador Giménez, en el juicio.
El obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez, y su homólogo de Lérida (derecha), Salvador Giménez, en el juicio.
Rafael Gobantes

El obispado de Lérida ha mostrado su disposición a "acatar" y "obedecer" las decisiones judiciales en el litigio de los bienes, aunque sean en ejecución provisional de una sentencia que todavía no es firme. El pronunciamiento de la diócesis catalana se produce un día después de la entrega parcial de los bienes (23 de las 111 obras, las de menor valor) en el Museo de Barbastro-Monzón y tras la petición aragonesa al juzgado de que sancione con 500 euros diarios al obispado y el museo ilerdense, que de forma solidario estaban obligados a cumplir con el plazo de entrega del 15 de febrero, algo que no hicieron al restituir solo una parte. 

"En estos momentos la justicia civil habla y toma unas decisiones de obligado cumplimiento que este obispado acata, reservándose la posibilidad de ulteriores recursos", señala en un comunicado difundido este martes. Asegura al mismo tiempo que " ha actuado siempre de buena fe, utilizando los recursos legales a su alcance, sin ofensas hacia nadie, negociando y dialogando sobre fórmulas aceptables por ambas partes, como lo han hecho los obispos anteriores. Si no se consiguió más hasta la fecha no fue por un ánimo de desobediencia o rebeldía, sino por sentirse poseedor de razón en este litigio", para concluir que tiene que "obedecer las órdenes del juez, aunque sean de ejecución provisional".

El obispo de Lérida, Salvador Giménez, ya envió una carta el pasado día 8 a la presidenta del Consorcio del Museo de Lérida, la consejera de Cultura de la Generalitat de Cataluña, en la que le solicitó información sobre la entrega y le ofreció su ayuda para colaborar en el cumplimiento de la orden dictada por el juez. Esta carta fue aportada un día después al juzgado de Barbastro, "dado que el auto ordenando el traslado obligaba solidariamente al Obispado y al Consorcio". 

El consorcio, órgano gestor del museo, ya dijo que la entrega de una pequeña parte se hacía teniendo en cuenta que el obispado, que fue el que las depositó en el museo, había comunicado la voluntad de entregarlas a Aragón. 

La diócesis catalana hace un repaso de la historia del largo litigio para justificar que las obras se recogieron de las parroquias aragonesas por el obispo Josep Messeguer (1890-1905) con la finalidad de "evitar la desaparición o el expolio de obras religiosas" y erigir un museo, actuando "sin engaños", con los mecanismos de "permutas, donativos o compraventas", y de lo contrario "muchas hubieran desaparecido". Un argumento que la sentencia no reconoce al no haber documentos legales de las transacciones.

Admite que las resoluciones vaticanas ordenaron, tras años de trámites, que las mencionadas obras debían volver a su origen. "Ha habido muchos intentos de negociación entre ambas instituciones pero sin éxito", añade. Hasta que en 2017 el obispado de Barbastro-Monzón abandonó la vía de la justicia eclesiástica e interpuso en la justicia civil una demanda en contra del Consorcio y el obispado de Lérida. 

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