Cornelio Zorrilla no se libra de ser colgado en Bielsa, pese a la suspensión del Carnaval

No hay ningún acto oficial, pero en Bielsa el carnaval se lleva por dentro. Este sentimiento explica que este viernes por la mañana haya aparecido en la fachada del Ayuntamiento el célebre personaje de Cornelio Zorrilla, con un cartel en el que se puede leer 'Ni este año me libro'. Todos los actos han quedado suspendidos por la pandemia, lo que no ha evitado que hasta el domingo, Cornelio esté presente en la plaza para recordar la tradición de una de las fiestas de disfraces más antiguas de Aragón.  

Cornelio es un muñeco confeccionado con paja que se disfraza cada año con algún tema alusivo a la actualidad política y que representa todo lo malo que le ha sucedido al valle. En un juicio popular, es declarado culpable y se le cuelga en la ventana del ayuntamiento, donde permanecerá viendo el Carnaval hasta el domingo de madrugada, cuando será quemado en la hoguera dando fin a la fiesta.

Este año hace un guiño al movimiento SOS Pirineos, convocante de las más de 20 movilizaciones que han tenido lugar en las últimas semanas por el parón del turismo invernal y para reclamar ayudas al sector, castigado por el cierre de las estaciones de esquí. 

Bielsa, como el resto de localidades, suspendió la fiesta prevista para este fin de semana, que se celebra desde tiempos inmemoriales. Ni en la Guerra Civil se había aplazado, a pesar de que este episodio histórico golpeó duramente al valle. Las trangas no saldrán para armar ruido con sus enormes cencerros y asustar al público, ni las cintas de colores de las madamas ondearán entre los cientos de espectadores que se concentran en las calles, ni el ‘onso’ anunciará la llegada de la primavera, ni el 'amontato' llevará un hombre a la espalda. 

"Está suspendido totalmente. No habrá ningún acto", señalaron desde el Ayuntamiento, incidiendo en la "responsabilidad". Pero el anuncio oficial no ha impedido que algún espontáneo haya querido recordar la fiesta colgando a Cornelio Zorrilla. En todo caso, el sábado será un día diferente, con la plaza Mayor vacía, una imagen inusual.