El obispo de Lérida insta ahora a la Generalitat a que entregue los bienes antes del lunes

Salvador Giménez acepta la decisión judicial pero dice desconocer las gestiones realizadas por el Museo de Lérida para la devolución las 111 obras de las parroquias, cuyo plazo vence el día 15.

El obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez, y su homólogo de Lérida, Salvador Giménez, en el juicio.
El obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez, y su homólogo de Lérida, Salvador Giménez (derecha), en el juicio que los enfrentó.
Rafael Gobantes

Después de 25 años de una férrea oposición a la devolución de las obras de arte de las parroquias aragonesas, el obispado de Lérida parece tener prisa ahora para que se entreguen antes del día 15. En una carta dirigida a la consejera de Cultura de la Generalitat y presidenta del Consorcio del Museo de Lérida, donde están depositados los 111 bienes, el prelado ilerdense insta al cumplimiento de la orden judicial. Así se lo ha comunicado al juzgado de Barbastro, en un intento de evitar posibles responsabilidades si se excede el plazo, dado que el decreto de ejecución de la sentencia obliga a realizar la entrega tanto al Consorcio como al obispado y apercibe a ambos de "multas coercitivas mensuales" e incluso posibles responsabilidades penales. 

El obispado ha puesto en conocimiento del juzgado la carta dirigida a la Generalitat  instando a "llevar a cabo la devolución" y a darle información de los trámites efectuados para el traslado. "Las obras no están depositadas en un local de este obispado", precisa, es decir, no puede disponer de ellas. 

En la misiva a la consejera, el prelado de Lérida, Salvador Giménez, recuerda a Ángels Ponsa la reunión celebrada el 19 de enero, "en la que expresé con claridad y lealtad mi posición respecto a la devolución de las obras en litigio, comprobando al mismo tiempo un sentir unánime por parte de los restantes patronos (Ayuntamiento y Diputación de Lérida y Comarca del Segriá) en el sentido de dar cumplimiento al auto del juez de Barbastro". Este magistrado, el 17 de diciembre, acordó la ejecución provisional de la sentencia del 11 de diciembre del 2019 para que fueran devueltos a las parroquias de la diócesis de Barbastro-Monzón antes del 15 de febrero, es decir, el próximo lunes. 

El obispo le dice también a Ponsa que carece de información sobre las gestiones y trámites realizados por el Museo "o si existe alguna dificultad técnica que impida el traslado" y le informa además de la reunión mantenida en la sede de la diócesis el 23 de enero con los distintos consejos consultivos para informar del litigio. "Hubo una general comprensión y aceptación de la decisión judicial, aunque se lamentó la situación creada y los perjuicios que la misma ha provocado a nuestra diócesis en todos los órdenes", señala en la carta, donde le insiste en la necesidad de "proceder a su cumplimiento". Aclara que las obras en litigio no están depositadas en un local de este obispado, "lo que seguramente hubiera facilitado la entrega", sino en el edificio del museo", bajo la custodia y administración del consorcio, por lo que ha elevado la petición a quien lo preside, la consejera de Cultura. En otras ocasiones, la diócesis catalana ya ha utilizado este mismo argumento de su falta de capacidad para disponer de unos bienes que se llevó de las parroquias aragonesas pero ahora están en manos de un tercero.

​Una "pequeña diferencia" de cuatro semanas en el plazo de entrega

Por su parte, el Museo de Lérida, a través de su abogado, Jordi Vives, ha vuelto a solicitar al juzgado una ampliación del plazo. Lo ha hecho en respuesta a un escrito del Gobierno de Aragón, que también es parte en el proceso y que pidió al juez confirmar la fecha del 15 de febrero. El juzgado concedió un plazo de dos meses para entregar los bienes, ajustado según el obispado de Barbastro-Monzón, pero insuficiente para el museo, que dijo necesitar 12 semanas, además de otras cuatro para tramitar la contratación de la empresa de transporte especializado (el día 9 se cumplió la fecha límite de presentación de ofertas).

Según Jordi Vives, "al final las diferencias entre ambas partes son pequeñas, y la horquilla de tiempo oscilaría entre las ocho semanas de traslado más cuatro de licitación (12 semanas) y las 12 semanas de traslado más cuatro de licitación (16 semanas). Así que son cuatro semanas lo que separa las posiciones de las partes". Lo califica de "pequeña discrepancia" y, ante la duda, "debería primar el principio de prudencia y, por ello, debería preferirse un plazo más amplio a uno más corto al objeto de asegurar que el traslado se realizaría con las mayores garantías y seguridad posible".

  

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