Solo 30 zonas de la Comunidad Autónoma de las 122 en que se divide el mapa sanitario han logrado capear la pandemia con menos de 100 casos desde marzo. Todas pertenecen al Aragón rural, a áreas de baja densidad demográfica (entre 1.000 y 3.000 habitantes), con una población envejecida y lejos de los focos de contagio urbanos. Tres de los coordinadores de los centros de salud con menos positivos, Ateca (Zaragoza), Benabarre (Huesca) y Mosqueruela (Teruel), hablan de cómo se vive la crisis sanitaria en territorios con menos presión pero siempre en alerta, porque si en algo coinciden es en que han tenido la suerte de cara.

Ariza es la zona con menos casos en Aragón, cinco. A pocos kilómetros, Ateca, con el doble de población, apenas sobrepasa la decena. Una cifras muy bajas en comparación con otras áreas, destaca Pablo de Lora, coordinador del Equipo de Atención Primaria de Ateca, quien reflexiona sobre los factores que han podido influir en ello: "la baja densidad de población, el grado de aislamiento, la escasa movilidad y la distancia a grandes núcleos".

Protección a los mayores

Desde el principio se observó una gran responsabilidad, disciplina social y cumplimiento de las medidas de prevención por parte de la población autóctona, así como una buena concienciación, destaca el facultativo. "La gran proporción de personas mayores, más vulnerables, generó un sentimiento de protección hacia ellos por parte de los más jóvenes", asegura. No quiere olvidar el papel de los ayuntamientos en la desinfección y limpieza de espacios públicos y el seguimiento de las normas por parte de bares y comercios.

El centro de salud, con serios problemas de espacio funcional, gracias a los fondos covid y la colaboración del Ayuntamiento de Ateca, se reformó creando una nueva zona de asistencia, aislada de las consultas generales, para poder atender con seguridad a los pacientes con clínica sospechosa. De Lora es consciente de que en otras muchas zonas "se han hecho los mismos o mayores esfuerzos y, sin embargo, están en peor situación que la nuestra". Por eso, es importante "ser perseverantes y no bajar la guardia". En la provincia de Zaragoza hay 11 con menos de 100 casos. Además de Ariza (6) y Ateca (11), están Sos del Rey Católico (16), Herrera de los Navarros (26), Alhama de Aragón (29), Luna (31), Sástago (38), Morata de Jalón (59), Villarroya de la Sierra (56), Sabiñán (81) y Calatayud Rural (82).

"En un día todo cambia"

También Javier Citoler, coordinador del centro de salud de Benabarre, el área con menos incidencia en Huesca (25 positivos para casi 2.000 habitantes), es consciente de que "todo esto puede cambiar de un día para otro, ha ocurrido en otras partes". "Somos una zona pequeña con una población envejecida y por tanto que se sabe más vulnerable y está más sensibilizada con las medidas", dice. La bunquerización de la residencia ha sido otro factor a tener en cuenta.

En total, ocho zonas sanitarias de la provincia han sufrido menos de 100 contagios. Además de Berdún (18), por debajo de Benabarre pero no menor población, están Ayerbe (35), Hecho (36), Broto (40), Berbegal (46), Lafortunada (67) y Monzón Rural (99).

"Los positivos se han controlado bien con aislamientos. Han sido en general importados, contagios que se han producido fuera. Ahora tenemos alguno, pero contados, y toco madera, porque estamos con el miedo de que tarde o temprano nos puede llegar", señala Citoler. Su centro lógicamente aguanta menos presión, pero no funciona con protocolos distintos. Se prioriza la atención telefónica, aunque se pueden permitir mayor atención presencial. 

La prueba del verano

En la provincia de Teruel, la zona sanitaria de Mosqueruela es donde la covid ha golpeado con menor fuerza. También se trata de un territorio poco poblado y con una media de edad alta, pero otros de las mismas características han tenido menos suerte. Es el caso del área de Báguena, en la misma provincia, donde desde marzo se han confirmado 113 casos con 17 fallecidos. Con menos habitantes que la primera, era hasta junio la única de Teruel sin casos, hasta que un mes después el virus entró en la residencia de Burbáguena.

Por detrás de Mosqueruela están, con menos de 100 casos, Cantavieja (22), Calaceite (25),  Muniesa (35), Alfambra (40), Villel (45), Cedrillas (60), Sarrión (83) y Calanda (97).

La fortuna ha estado también a favor de Mosqueruela. La mayoría de los 11 positivos se confirmaron en julio y septiembre, ninguno en octubre. En opinión del coordinador de este centro de salud, Valeriano Olivas, ha resultado clave la distancia a los focos de contagio de las ciudades. "La lejanía de Zaragoza y Teruel siempre ha sido un inconveniente, pero en este caso ha sido una ventaja. Zaragoza la tenemos a casi 3 horas y apenas hay relación ni comercial ni social". Su referente es Castellón, en una de las comunidades autónomas con mejor incidencia del virus.

Temían el verano, cuando la población se multiplica por cuatro o por cinco. "Pasamos de estar aislados hasta junio a encontrarnos con los turistas...", pero superaron la prueba. Respecto a la residencia de ancianos, "aquí nos movemos todos en el mismo círculo", precisa Valeriano Olivas. Los trabajadores son de Mosqueruela y también las visitas.

Sus pacientes acuden al médico bajo los mismos protocolos que en otros lugares. "Hemos pasado de una consulta abierta, donde la gente no solicitaba hora, llegaba, se sentaba y pedía la vez, y de paso hacía tertulia en la sala de espera, a tener que cerrar la puerta" y pasar por el trámite del teléfono y la cita previa. "Cuesta aceptarlo, pero debemos seguir así porque no sabemos qué pasará mañana", advierte Olivas. 

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