"Gracias a la academia seguimos la rutina de estudio"

El Ayuntamiento de Sallent de Gállego ha contratado una academia como refuerzo para los 22 alumnos que cursan 3º y 4ª de la ESO y 1º de bachillerato en Sabiñánigo.

Alumnos de Salllent de Gállego en el aula habilitada como academia en el centro social
Alumnos de Salllent de Gállego en el aula habilitada como academia en el centro social
Laura Zamboraín

"Me parece una buena idea, porque si estoy en casa, seguramente no me pondría a estudiar o lo haría durante menos tiempo, pero estar aquí es más fácil". Quien habla así es Carlota Santos, una de las alumnas de Sallent de Gállego que acude a la academia que ha puesto en marcha el Ayuntamiento de la localidad para atender a los 22 chicos que cursan 3º y 4º de la ESO y 1º de bachillerato en dos institutos de Sabiñánigo los días que no tienen que acudir.

Se trata de un acompañamiento, una ayuda para los jóvenes, y en ningún caso, se adelanta materia. Trabajan con las indicaciones que les dan los profesores pero, en lugar de hacerlo en casa, donde en ocasiones pierden la concentración, están en el centro social de Sallent, donde disponen de un profesor que les resuelve las dudas que pueden surgirles.

Los alumnos están divididos en dos grupos, "el morado y el amarillo", y uno va a clase presencial los lunes, miércoles y viernes y el otro martes y jueves. Y cada semana van alternando los días. "En el instituto estamos 6 horas, aquí 4 y hacemos los deberes que nos mandan, y lo que no entendemos se lo podemos preguntar a un profesor para que nos lo explique", añade Santos. De esta manera, asegura, no pierden "la rutina de estudio".

"Es una manera de obligarnos a hacer las tareas, porque en casa tenemos videoconsolas, televisión, el teléfono móvil y nos distraemos más, o nos levantaríamos más tarde", subraya otro de los alumnos, Antón Gericó.

En el centro social se ha habilitado un aula en la segunda planta. Además, los días que se quedan en Sallent no les toca madrugar.

Marina Corral es una de las profesoras de la academia Juan XXIII que presta el servicio. Un día hay un docente de letras y otro de ciencias y les echan una mano. Su función es ofrecer "un acompañamiento" y "crear una rutina que se puede romper al ir a clase un día sí y otro no". En todo momento se sigue el ritmo que marca el profesor del instituto.

Una iniciativa "efectista"

Esta iniciativa pionera no es del agrado del departamento de Educación. El consejero Felipe Faci reconoció en las Cortes de Aragón que hay que "motivar" a los alumnos que no asisten a clase diariamente y mejorar la atención cuando no están en el centro, aunque calificó de "efectista" la contratación de esta academia por parte del Ayuntamiento de Sallent de Gállego. "Como docente nunca reconoceré que la figura de una academia o de un profesor de clases particulares pueda suplir la docencia porque hay un proyecto curricular y un trabajo por competencias que ellos no tienen", subrayó.

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