Carreteras vacías y negocios cerrados en el inicio del puente festivo

El puerto de Monrepós o el túnel de Bielsa apenas registran tráfico y en los pocos hoteles abiertos, la ocupación no pasa del 10%. 

Monrepós apenas ha registrado tráfico este viernes en dirección al Pirineo.
Monrepós apenas registraba tráfico este viernes en dirección al Pirineo.
Rafael Gobantes

Carreteras prácticamente vacías, muchos negocios turísticos cerrados y bajos porcentajes de ocupación en aquellos hoteles que han decidido permanecer abiertos. Es el panorama de este inicio del puente festivo de Todos los Santos. Por el puerto de Monrepós, que en otras circunstancias registraría un intenso tráfico, apenas circulaban coches en la tarde de este viernes. Y es que los visitantes potenciales del Pirineo se han reducido a los aragoneses, excepción hecha de los residentes en las tres capitales de provincia, bajo confinamiento.

La carretera entre Campo y Seira que da acceso al valle de Benasque, cerrada por obras en octubre y noviembre, se reabrió a las 13.00 del viernes hasta el lunes y no ha cambiado de decisión. El Ministerio de Transportes se  comprometió a hacerlo durante los puentes festivos. Sin embargo, pocos turistas han aprovechado la circunstancia. "Prácticamente están todos los negocios cerrados, el 90%", comenta el alcalde de Benasque, Ignacio Abadías, "casi no pueden venir de ninguna parte". 

Las reservas han caído en picado. El hotel Barceló Monasterio, en Boltaña, el más grande de la comarca del Sobrarbe mantiene el servicio, pero no supera el 8% de ocupación, con 137 habitaciones. También hay hoteles abiertos en Aínsa, pero con pocas expectativas de recibir clientes, salvo los que se apunten a última hora, teniendo en cuenta además que al golpe por los confinamientos en España se han sumado las restricciones a la movilidad en la vecina Francia.

Esta situación contrasta con la del puente del Pilar. El túnel de Bielsa registró para los días festivos en torno al 12 de octubre un volumen de circulación comparable al 2019, pero en el inicio del de Todos los Santos ya ha notado las consecuencias de los confinamientos. "Ha habido muy poco tráfico, y casi todo eran camiones", destaca el director del Consorcio, Andrés Olloqui. En esta zona, las limitaciones impuestas por Francia, además de afectar al turismo han provocado el cierre de las tiendas de Parzán, cerca de la frontera, cuya clientela procede mayoritariamente del país vecino. Los tres negocios han decidido no abrir estos días ante las malas perspectivas para la venta.

Lo mismo ha hecho el balneario de Panticosa, que ha cerrado sus instalaciones hasta principios de diciembre. Antes del anuncio del paso de Aragón al nivel 3 de alerta sanitaria, el establecimiento estaba al completo para este último fin de semana de octubre. Otro lugar emblemático del turismo en Aragón, el Monasterio de Piedra, ha hecho lo mismo, "ya que las personas que lo visitan proceden de Zaragoza, Huesca y Teruel, ciudades ahora confinadas, y de otras Comunidades Autónomas que no podrán acceder a Aragón por el cierre perimetral", explicó su director, José Pont.

En otras circunstancias, se lamentan los representantes de las asociaciones turísticas, habría sido un magnífico puente teniendo en cuenta el buen tiempo que está haciendo este otoño. Prueba de ello es el tirón del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, que ha llenado el parquin de la Pradera todos los fines de semana de octubre. 

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