Ordesa se colapsa y cierra el acceso por segundo día consecutivo

Las recomendaciones de limitar la movilidad no frenan el aluvión de visitantes al Parque Nacional y a otros espacios naturales del Pirineo.

Imagen tomada en la mañana de este domingo en el aparcamiento de la Pradera.
Imagen tomada en la mañana de este domingo en el aparcamiento de la Pradera.
Heraldo

A pocas horas de que el Gobierno de Aragón concrete las nuevas restricciones, tras el anuncio el viernes de la reducción de aforos y la limitación de las reuniones sociales a seis personas, las ganas de salir al monte para respirar aire puro han vuelto a colapsar los espacios naturales con más tirón de la Comunidad durante el fin de semana. El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido ha cerrado por segundo día consecutivo la carretera de acceso a la Pradera al llenarse el aparcamiento. Si el sábado se cortó a las 10.30, cuando había 545 vehículos, y no se pudo reabrir hasta las 15.00; este domingo ha sido una hora más tarde, a las 11.30, con 468 coches y dos autobuses. Quienes han llegado después han tenido que dejar su coche en la localidad de Torla hasta que la circulación se ha reanudado sobre las 13.30.  

La recomendación de las autoridades sanitarias de reducir la movilidad a máximo posible no ha frenado la masiva afluencia a la montaña, especialmente los fines de semana de octubre para ver los colores del otoño y antes de que el invierno y la nieve limiten las salidas. El año pasado ya hubo que cerrar la carretera los sábados de octubre, pero el aluvión de visitantes va a más. No solo no se ve limitado por la pandemia sino que se acentúa. 

Un cartel en Torla ya advertía hoy de que el parquin estaba completo.
Un cartel en Torla ya advertía hoy de que el parquin estaba completo.
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"En el puente del Pilar se esperaba mucha gente, y a las 8.00 ya había cola para coger el autobús a la Pradera", explica un trabajador del Parque. Del sábado 10 al lunes 12 de octubre, en previsión de una mayor presión turística, funcionó el servicio de transporte entre Torla y la Pradera. El primer día, a las 11.00, se tuvo que interrumpir el servicio, ya que se había llegado a la capacidad máxima de 1.800 personas en el valle de Ordesa. 

Este fin de semana, que ya no hay autobuses y los turistas acceden directamente al parquin situado en la entrada del Parque, la afluencia ha seguido siendo masiva hasta el punto de tener que cerrar los dos días la carretera. "Desde agosto estamos notando más gente que otros años, es bestial. No solo los fines de semana, incluso a diario contamos de 200 a 300 coches en la Pradera", señaló un vigilante. 

Ordesa no ha sido el único foco de atracción. En Riglos, donde el pasado domingo se tuvo que cerrar la carretera de entrada, y más de 700 vehículos se vieron obligados a darse la vuelta, la imagen se ha repetido este fin de semana. "La carretera vuelve a estar colapsada, está todo a tope", asegura el alcalde, Juan Torralba. 

El Ayuntamiento está estudiando medidas para regular el número de vehículo, a través de una ordenanza municipal, como se ha hecho en otras localidades. Uno de los mayores problemas son las autocaravanas. "Muchas llegan el viernes y estacionan hasta el domingo en el pueblo", señala el alcalde, a pesar de que en la zona hay cuatro cámpines.  

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