El cierre de la hostelería en Cataluña traslada bodas y comuniones a Aragón

Los restaurantes de localidades limítrofes como Binéfar o Fraga han empezado a notar la fuga de clientes, a la espera de las nuevas limitaciones impuestas por el Gobierno aragonés a partir de la próxima semana.

El Hotel Ciudad de Binéfar ya está notando los efectos del cierre en Cataluña.
El Hotel Ciudad de Binéfar ya está notando los efectos del cierre en Cataluña.
Heraldo

El cierre de bares y restaurantes en Cataluña está teniendo un efecto en las comarcas orientales de Aragón, cuyo sector hostelero se plantea como alternativa tanto para los conductores en tránsito que necesitan un lugar donde comer como para la celebración de eventos. Esta fuga está a expensas de las nuevas restricciones anunciadas por el Gobierno de Aragón sobre reducción de aforos y limitación de las reuniones sociales a seis personas a partir de la próxima semana.

Un ejemplo claro es el Hotel Ciudad de Binéfar, que en menos de 24 horas recibió cinco peticiones desde la vecina Comunidad para la celebración de bodas y comuniones. Una persona llamó el viernes por la tarde para contratar una comida de comunión el domingo. "Lógicamente le he dicho que es imposible organizarla en tan poco tiempo", explicó Verónica Csete, responsable de celebraciones, eventos y recepción del hotel, que dispone de salones modulables con capacidad para 800 personas, por lo que no habría problemas de aforos. Para este fin de semana hay programada una comunión de una familia leridana. Y para el día 24 una boda de una pareja de Barcelona que se casará en la Ciudad Condal y trasladará el banquete a Binéfar.

En el restaurante de diario del hotel también se notó la primera jornada de cierre, con un 20% más de servicios. Verónica Csete es consciente de que los eventos de la próxima semana están condicionados a las nuevas restricciones. "Esperaremos a ver qué dice el Boletín Oficial de Aragón".

En Fraga, los restaurantes de carretera también han notado una mayor afluencia de clientes, que esperan confirmar en los próximos días, ya que de lunes a jueves crecen de forma notable los desplazamientos entre las dos comunidades. De momento, "han sido contadas las comidas o bocadillos que hemos preparado de más, pero la situación podría cambiar la próxima semana, ya que los viernes es uno de los días de menor actividad", señalaron desde el Área de Servicio Bajo Cinca. También experimentaron un leve incremento de clientes en La Parada del Ángel, que está situado en la A-2, justo en el límite entre las provincias de Huesca y Lérida.

En esa misma zona, el Hostal Oasis fue el que más dijo notar el cierre de los establecimientos situados en Cataluña. De hecho, consiguió llenar las mesas de su comedor y parte del bar, lo que "no ocurría desde el inicio de la pandemia", explicaron desde el establecimiento. De sus nuevos clientes, muchos eran transportistas, aunque también hubo grupos familiares o trabajadores de otros sectores que viajaban en dirección a Cataluña.

En Benabarre, David Grasa, del restaurante Arp, dijo que por ahora no hay datos concluyentes, solo ha pasado un día, pero sí entiende que se va a generar mayor demanda. "Depende del comportamiento de la gente, que espero sea lo más responsable posible y que no se traduzca en una salida incontrolada de nuestros vecinos, pero es evidente que los trabajadores que se mueven por esta zona entre Aragón y Cataluña van a tener nuestros restaurantes como única opción".

También los responsables de Can Rocamora, en Arén, consideran que este cierre de la hostelería catalana se va a notar "en positivo, seguramente", aunque reconocen que, de momento, no han notado gran diferencia y que el viernes se están moviendo en cifras de clientes y reservas similares a otros.

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