La tormenta 'Odette' deja estampas invernales inusuales para un mes de septiembre

La estación meteorológica de Cogulla, en Cerler, ha registrado la madrugada de este domingo la mínima del país, con -5,9 grados, y las mayores rachas de viento, con 114 km/h.

Estación meteorológica de Sarrios, en la estación de Formigal.

"Estamos a principios de otoño, que nadie piense que estamos en invierno". El delegado de la Agencia Estatal de Meteorología en Aragón se refería así al precipitado cambio de tiempo de este fin de semana. Tras el paso de la tormenta 'Odette', con hasta medio metro de nieve en cotas altas y rachas de viento de 100 kilómetros por hora, Rafael Requena aclaraba que lo inusual "no es que aparezca la nieve en septiembre, hace un mes lo hizo en las cumbres y era agosto, lo inusual es la cantidad y el contraste térmico". 

La estación meteorológica de Cogulla, situada en Cerler, a 2.300 metros, ha registrado la madrugada de este domingo la mínima del país, con -5,9 grados. También ha dado la mayor velocidad del viento (91 km/h) y las rachas más fuertes (114). Torla ha sido el segundo punto más frío, con -1,9 (en el Cebollar, a 1.900 m) y Panticosa, el tercero, con -1,1 (en Petrosos, a 1.850). Destacan también, entre los diez primeros puestos, los 2 grados de Benabarre minutos antes de las ocho de la mañana, pues esta estación ya está situada en un núcleo de población.

Y es que en el Pirineo, desde el pasado viernes, ya se han visto los primeros quitanieves, rebaños bajando precipitadamente de los pastos de verano en los puertos e incluso alguno se ha atrevido a coger los esquís, eso sí, en altitudes muy elevadas. Queda mucho todavía para tener un manto continuado, pero en la estación meteorológica de la Aemet en Sarrios, en la estación de esquí de Formigal, se acumulaban el sábado 25 centímetros. 

Por encima de 2.800 metros la nieve no se retirará, comenta el guarda del refugio de Góriz (Fanlo) Joan María Vendrell, que el sábado sacó los esquís para estrenarlos cerca de este albergue a 2.200 metros en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. A una altitud similar está el de Respomuso (Sallent de Gállego), que en este episodio de borrasca ha llegado a acumular 55 cm, aunque este domingo ya ha bajado a 28. Y es que el fuerte viento que ha soplado cerca de las cumbres se ha llevado por delante buena parte del manto, de forma que en la mayoría de los refugios ya solo quedan unos pocos centímetros. 

"Hemos pasado del otoño al invierno y del invierno al otoño en unas horas", comenta Joan María Vendrell. En lugar de la última semana de septiembre, más bien parecía la primera de noviembre, añadía.

En el refugio de Cap de Llauset (Montanuy), el situado a mayor altitud del Pirineo aragonés, 2.425 m, y el más oriental, el viento ha sido protagonista. La nieve acumulada por efecto de las fuertes rachas provocó acumulaciones de nieve hasta la rodilla, pero horas después el paisaje se veía casi sin nieve, según Mikel Lorente, que trabaja en este albergue. "La sensación es invernal". 

La lluvia del pasado fin de semana y el frío, la nieve y el viento de este han confirmado el final de la temporada estival en el Pirineo. Este domingo persiste la alerta por viento, con rachas de hasta 80 kilómetros/hora en las comarcas del norte de Aragón y en las de la zona oriental. Y en cuanto a nieve, la cota está en torno a 2.200 metros al principio del día, bajando de forma transitoria hasta 1.200, aunque con poca precipitación, y subiendo por la tarde hasta los 1.800-2.000.

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